Capítulo 018

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En el parque, Federico y Diana conversaban con tranquilidad y se sacaban risas el uno al otro. Después de aquel momento de verdadera “intimidad” que habían compartido, las cosas volvieron al cauce tan informal, que se suponía, debería existir entre ellos dos. A la hora de la despedida y después de saludar a todos los que también estaban allí, Diddy y Caro se encaminaron junto a Federico hasta donde estaba estacionado el auto. Carolina se apresuró a despedirse, para darles un momento a solas.

FEDERICO: Oye, ¿sigue en pie lo de mañana a la noche?

DIANA: No te aseguro nada, ya sabes, por mi hermano, pero tú avísame cuando estés solo y vemos.

FEDERICO: Está bien.

DIANA: (Se da cuenta que él quiere decirle algo más) Dime lo que sea.

FEDERICO: Es que no quiero cruzar un límite.

DIANA: ¿Qué tienes?

FEDERICO: Mira, Diana, yo no se qué habrá pasado con tu hermano que están tan alejados, pero déjame darte un consejo aunque no me lo hayas pedido.

DIANA: Te escucho.

FEDERICO: Me doy cuenta que lo adoras, cuando hablas de él se te ve la admiración y el amor que le tienes y estoy seguro que es mutuo, ¿verdad? (Diana asiente) Entonces, no se hagan reproches y disfrútense. No sabes lo que daría yo por tener una oportunidad como esa.

DIANA: (Algo en el gesto de Federico hizo ver a Diana que algún gran dolor estaba en su espalda, pero no era momento de hablar de eso) Gracias y ahora estoy convencida que mañana en la noche, vas a volver a caer en mis garras.

FEDERICO: ¡Eso sería fabuloso! (Mira para todos lados y al ver que nadie los observa, le da un besote) Adiós, Chaparrón.

DIANA: (Sonríe) ¡Adiós, Lucas!

Ya dentro del auto y camino al aeropuerto, Diana le comentó a Carolina la sensación que tuvo con Federico.

CAROLINA: ¿Un dolor? ¿Cómo a qué te refieres?

DIANA: No se, Lina. Cuando habló de “tener una oportunidad como esa”, me pareció que era algo que venía desde su experiencia y no desde la lógica.

CAROLINA: Tal vez haya perdido algún hermano.

DIANA: Ajá, puede ser. Mañana lo voy a averiguar.

CAROLINA: ¿Mañana? ¿Se van a volver a ver?

DIANA: Si. En la noche, así que desde ya te digo que no vuelvo a casa.

CAROLINA: Yo pensé que a esta altura ya te habrías aburrido. Digo, (mira su reloj) 36 horas entusiasmada con él.

DIANA: ¿Y? ¿Te parece mucho o qué?

CAROLINA: No, me parece que es la nada misma, pero en tu caso, son 35 horas más de lo que te dura el entusiasmo con cualquier otro. En general, después de la cama, ya ni los pelas.

DIANA: Es que, en general, después de la cama, ya no tienen nada más que ofrecer, en cambio, Federico… (Suspira)

CAROLINA: ¿Federico qué?

DIANA: En primera, no es cualquier otro, es sexualmente ideal para mí y quiero seguir explorando esa faceta. Y segundo, hay algo en él que hace que me guste tenerlo cerca, conversar. No se, será que me hace reír mucho, es un tipo muy divertido y es relajado, no se ahoga en un vaso de agua. Sabe que lo nuestro es lo que es y no pretende nada más y eso me gusta, me excita.

CAROLINA: Ya veo…

DIANA: (Ese tono de superación de Carolina la hizo reír) Mejor cállate y sigue manejando…

Doble VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora