En el trayecto a su casa, Esteban conversaba con su madre acerca de Carolina.
ESTEBAN: ¿Eso te dijo?
ESTELLA: Tal cual, no confía en ti. ¿La puedes culpar?
ESTEBAN: La verdad que no. ¿Qué hago?
ESTELLA: Ya veremos, hijo. Déjame tratarla más a fondo y ver qué le descubro. ¿Te gusta mucho, no?
ESTEBAN: Como ninguna otra me gustó jamás.
ESTELLA: Es bueno saberlo, porque esa mujer tiene que ser para ti, tienes que casarte con ella.
ESTEBAN: ¿Casarme?
ESTELLA: Si, Esteban, casarte. Carolina no es una de las gatas con las que andas, es la única digna de ser tu esposa. Ya después si la engañas con una o con mil, mientras lo mantengas en secreto, será tu problema…
Ignacio, ya en su casa, se había encerrado en su despacho e iba por su tercer whisky cuando Carlos, su socio y único confidente real, llegó a verlo.
CARLOS: ¿Qué te pasa? (Se sirvió un poco de alcohol para él)
IGNACIO: Lo mismo de siempre y no se hasta cuándo podré resistirme…
CARLOS: (Se sienta) La mujercita esa… Si que te trae loco. (Sonríe)
IGNACIO: No hagas ese gesto, porque si, estoy perdiendo la cabeza…
CARLOS: Mientras no pierdas la objetividad, no hay problema, Ignacio.
IGNACIO: ¿De qué hablas?
CARLOS: Seamos sinceros, Nacho. Esa tipa está tan buena que raja la tierra y cualquiera pierde la cabeza por ella, pero tú, no eres de los que se quedan con las ganas.
IGNACIO: Sigo sin comprender.
CARLOS: Lo que digo es que espero que tus “urgencias” no sean más fuertes que tu compostura y termines por forzarla.
IGNACIO: Eso no, obligar a una mujer no sirve, no me excita, no me llena…
Diana observaba a Federico con cautela de no ser sorprendida. Tuvieron que armar una entrevista convincente para que se pudiera comprobar como real la coartada que el periodista le había dado a Esteban y se encontraba dándole los últimos retoques a la misma, sin darse cuenta que la mujer que estaba sentada del otro lado del escritorio, lo desvestía con la mirada… Una vez terminada la charla sobre el nuevo proyecto de Pereyra e hijo, Federico fue directamente al punto que realmente lo había llevado hasta ahí.
FEDERICO: ¿Me vas a decir por qué demonios desapareciste así y no me contestas los llamados ni mails, ni mensajes de texto?
DIANA: (Se hubiera tirado encima de ese hombre y le hubiera hecho de todo, lo deseaba como nunca, pero debía tener mesura y no rendirse a sus ganas) Creo que el silencio habla por si solo, Federico. No se a qué viene semejante puesta en escena.
FEDERICO: No seas ridícula, bien sabes que entre nosotros hay más que sexo.
DIANA: (Cruzaba las piernas para reprimir lo que sentía y lo que su cuerpo le estaba pidiendo a gritos) No es así, no para mí, por lo menos…
FEDERICO: ¿Ah no? Para ti, lo que fuera que había entre los dos, ¿se terminó?
DIANA: ¿Qué más quieres que pase Federico? Ya hicimos de todo, en todas las posiciones y por todos los ángulos…
FEDERICO: (Larga una carcajada) No seas mentirosa, sabes perfectamente que ninguno de los dos está satisfecho y te repito, lo que hay aquí (Señala en medio de los dos) es más que sólo sexo.
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Doble Vida
RomansaSinopsis Diana es una mujer liberal, moderna y deshinibida que oculta un gran dolor detrás de una hermosa sonrisa. Toda la vida se ha preparado mental y físicamente para enfrentar al hombre que destruyó a su familia y acabar con él. Si bien ese es e...