Capítulo 002

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EN EL PRESENTE…

Bruno y Federico venían caminando. Estaban yendo al ayuntamiento para cubrir el anuncio del nuevo centro comercial que se iba a construir. Los muchachos se conocían desde el primer día de la universidad y eran amigos, hermanos del alma, además de colegas. Sin dudarlo, uno daba su vida por el otro. Mientras se acercaban a destino, Bruno le contaba a su amigo de la cita que había tenido la noche anterior

BRUNO: No sabes, hermano, esa mujer me llevó al cielo.
FEDERICO: Se te nota en la cara. ¿Va en serio o es una más?
BRUNO: ¡Yo que se! Déjame ir un paso a la vez.
FEDERICO: No se cómo haces para pasar de mujer en mujer sin sentir nada profundo por ellas.
BRUNO: No todos somos sentimentalistas como tú.
FEDERICO: Al menos le dijiste la verdad.
BRUNO: Ella sabía exactamente lo que lo le proponía. Sólo sexo, por ahora, más adelante, Dios dirá. Cambiando de tema, ¿viste a Luciana?
FEDERICO: Si, pasó la noche conmigo y la llevé a la escuela esta mañana.
BRUNO: ¿Bien?
FEDERICO: Si.
BRUNO: ¿Y con la madre?
FEDERICO: Perfecto. Carmela está feliz y por lo que me dijo mi hija, el futuro esposo de mi ex esposa, es un tipazo.
BRUNO: ¿Y eso no te molesta?
FEDERICO: No. Yo amé mucho a Carmela y tengo adoración por Luciana, pero lo nuestro no funcionó. Lo mejor que puede pasar es que un buen hombre esté con ella y si ese hombre respeta y quiere a mi hija, mejor, ¿qué más puedo pedir?
BRUNO: Eso es cierto.
FEDERICO: Y Diego es buena persona, sino, mi hija no me hablaría tan bien de él.
BRUNO: Tu hija tiene más olfato que tú, si ella lo quiere es por algo.
FEDERICO: Hablando de eso, tu ahijada quiere verte el sábado en su cumpleaños.
BRUNO: Y ahí voy a estar.

En el ayuntamiento, Ignacio Pereyra y su hijo, Esteban, ensayaban el discurso.

ESTEBAN: Está quedando muy bien, papá.
IGNACIO: Tengo que reconocer que si, esta vez lo hiciste bien, Esteban
ESTEBAN: Gracias por la parte de “ESTA VEZ”.
IGNACIO: ¿Tu madre?
ESTEBAN: Me llamó hace cinco minutos y ya salió para aquí.
IGNACIO: Más le vale que llegue a tiempo.
ESTEBAN: Papá, falta una hora para empezar y vivimos a diez minutos de acá.
IGNACIO: Tu madre tiene la virtud de llegar tarde a todos lados.
ESTEBAN: La más interesada en esto es ella, así que, dudo que llegue tarde.
IGNACIO: ¿La estratega?
ESTEBAN: Diana está en camino.
IGNACIO: Ella llega justo en el momento indicado. ¿Te gusta, verdad?
ESTEBAN: Me encanta, pero no como tú lo piensas.
IGNACIO: ¿No?
ESTEBAN: Es una mujer muy profesional y si, es bellísima, pero no es mi tipo.
IGNACIO: Claro, a ti te gusta su amiga.
ESTEBAN: Carolina. Exactamente, esa es la mujer para mí.
IGNACIO: ¿Vienen las dos?
ESTEBAN: Si… (Ignacio recibe un llamado que lo pone nervioso)

Diana y Carolina, precisamente se encontraban en camino al ayuntamiento y tan ocupadas estaban en su conversación, que no vieron a los dos periodistas que doblaban la esquina y fueron chocadas por ellos. Lo que tenían en las manos, voló por el aire.

FEDERICO: (Juntando las cosas del piso) ¡Perdón!
DIANA: ¡Qué desastre!
BRUNO: (Las miraba embobado) No las vimos, disculpen.
CAROLINA: (Secamente) Nos dimos cuenta.
FEDERICO: (Seguía juntando las cosas) Bueno, no se enojen, fue un accidente. (De a poco, empieza a levantar la vista y nota las piernas de Diana, luego su cadera, su torso y finalmente se pone de pie y se encuentra con la mirada más hermosa que había visto en su vida)
DIANA: (Lo miraba fijamente, algo en ese hombre la inquietó) ¿Son mis cosas o las suyas? (Señalando lo que Federico juntó del piso)
FEDERICO: Creo que un poco de ambas.
CAROLINA: Será cuestión de revisar.
BRUNO: Exactamente.
CAROLINA: Mira, allá hay más.
BRUNO: Vamos a juntarlo…

Mientras los amigos se encargaban de reunir el resto de lo que se había caído, Diana y Federico no dejaban de mirarse y aunque en un principio, ella sintió cierta hostilidad por el choque, ante la sonrisa del hombre que tenía en frente, su propia sonrisa, empezó a asomar…

Doble VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora