Capitulo 9.

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-hola -salude a la chica que se encontraba frente mío-¿hoy tampoco me hablaras?

Ella sonrió negando con la cabeza mire como venía vestida hoy. Su atuendo era de lencería transparente menos sus bragas pero su sujetador dejaba mucho a la imaginación, alce la vista viendo cómo se ruborizaba por mi mirada, sonreí de lado.

-no te preocupes no te hare nada-asegure sentándome en el sofá rojo.

Ella se sentó en la cama, agarro una almohada para abrazarlo contra su pecho y así tapar su cuerpo de mi vista. 

Ella sentía vergüenza  me dije a mi mismo.

-¿tampoco puedo ver quien se oculta detrás de ese antifaz?

Ella volvió a negar mordiendo su labio. Reí

-¿te gusta trabajar en este lugar?

Negó

-¿lo haces por algún motivo importante?

Asintió

-¿cómo cuál?-ella se quedó mirándome- ¡oh si! no puedes hablar.

Rasque mi cuello quedándome sin preguntas, su piel pálida y su cuerpo esbelto con unos buenos atributos me hacían imaginar cosas imprudente.  Tenía curiosidad por ella una parte de mi sentía que la conocía y que ya la había visto antes. Tampoco quiero afirmar que es la vecina nueva de mi madre.

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-¿ me dirás que hiciste en esa habitación? -pregunto  Jess cuando me vio entrar a mi apartamento.

-solo hablamos

Mentira me dijo mi subconsciencia tu hablaste, ella solo se quedo mirándote y respondiéndote con gestos.

-no te creo Brais

-eres como un grano en el trasero Jessica

-tú eres una mala persona que no quiere contarle nada  a su hermana.

-pero si te estoy diciendo que solo hablamos

-como sea-rodo los ojos, bufe por su gesto-nos vemos mañana Brais

-adiós-dije tirándome de boca abajo en el sofá.

Estoy cansado del trabajo, aun no termine de revisar los documentos que papá me había pasado. Me levante del sofá y fui a buscar la carpeta. Me pase leyendo toda la madrugada los documentos aburridos. El café negro solo me daba mas sueños, unos golpes en la puerta me hicieron despertar completamente, me levante del sofá el reloj de la pared marcaba las  04:21 am. No creo que Jessica se haya olvidado la contraseña para abrir la puerta.

Puse mis manos en la manecilla de la puerta con un clic abrí, alce mi vista y quede anonado.

-¿qué haces aquí?-pregunte sin apartar la mirada de ella.

EXÓTICADonde viven las historias. Descúbrelo ahora