capitulo 45.

2.7K 160 3
                                    


Mordí mi labio inferior nerviosa, de un lado a otro camino cerca de la puerta de Lili. Brais se había ido a traer a su madre, la señora no soportaba estar lejos de Lili, me había quedado sola sin compañía para que me sostenga, si en algún momento me desplomo.

Me habían sacado a la fuerza de la habitación de Lili. Según ellos estaba haciendo un escándalo por el estado de Lili, pero como no quieren que haga un escándalo cuando tu propia hija empieza a vomitar liquido trasparente mientras lloraba de dolor. Claro ninguna madre preocupada no armaría un escándalo por eso, la angustia me carcomía al no saber noticias de ella. La puerta se abrió gire quedando frente al doctor.

-¿como esta?-pregunte tratando de ver más allá del doctor, fruncí el ceño al no ver nada.

-tranquila... Lili está bien solo está algo debilitada por lo ocurrido ahora está tomando una siesta –suspiro aliviada- es normal en su estado señorita que tenga líquidos en sus pulmones o en su vientre, su cáncer es avanzado y es comprensible suponer eso... ya la hemos revisado y no hay ninguna anomalía por el momento-dice suspirando para mirarme con pena- soy sincero con mis pacientes señorita y seré sincero contigo, Lili tiene el 15% de probabilidad de vivir.

Un nudo se formó en mi garganta al escuchar eso, cerré los ojos con fuerza tratando de no imaginarme lo peor. Tengo esperanzas, saldremos de esta como lo hemos estado haciendo nosotras dos solas.

-cuanto tiempo le queda-musito abriendo los ojos.

Unas manos se posaron en mi hombro alce la mirada para ver a Brias sonriéndome, trate de devolverle la sonrisa, pero fracase mire nuevamente al doctor. 

-un mes o menos

Caí al piso sin importarme el dolor que sentía al caer, Brias trato de levantarme, pero me resistí mirando el piso. Escuche a Brias hablar con el doctor, pero no prestaba atención a su conversación. La mano cálida de la señora D se posa en mi espalda y la otra en mi mejilla, alce la mirada encontrándome con la suya. Me sentía fría y totalmente desorbitada con esta noticia, tal vez sea una broma y esto es solo un sueño, una horrible pesadilla, me empiezo a pellizcar con fuerza  el muslo hasta sentir el ardor, aun me negaba en aceptar esta realidad para ambas.

-Mei, cariño no te desplomes por algo que tal vez no sea cierto muchas veces los doctores se equivocan-dice tratándome de hacerme sentir mejor.

-mi vida cada día es una mierda señorada D-me levanto del suelo para caminar por el largo pasillo.

Escuche a Brais llamarme, pero no le hice caso, necesitaba estar sola tratar de analizar todo lo que me dijo el doctor y saber qué puedo hacer para no dejar que Lili me deje.

Sé que la vida de alguien no puedes detener que solo hay un ser que puede llevarse la vida de las personas. Quisiera estar en estos momentos en el lugar de mi niña para que ella pueda seguir con su vida, prometí a Laura cuidarla que ella estaría bien conmigo, pero lastimosamente estoy fracasando en eso.

Suelto una carcajada con amargura al llegar a un pasillo desierto, me siento en el suelo y recuesto mi espalda por la pared. Mis ojos arden parpadeo antes de que las lágrimas vengas un sollozo escapa de mis labios para convertirse en un llanto agacho la cabeza mi rostro queda oculto entre las cortinas de mi cabello, doy un golpe con mi puño al piso por sentirme impotente ante todo, un dolor me invadió al dar otro golpe más fuerte al piso que no tenía ninguna culpa.

-a lili no le gustaría ver a su mami dañándose-oigo una voz familiar.

Alzo la vista, Brais me mira con tristeza vuelvo a bajar mi mirada al suelo. Trato de controlar mis sollozos pero solo logro empeorar. El sonido de mi tristeza convertidos en llantos inundan todo el pasillo.

-vete- dije hipando ahora- quiero estar sola en mi desgracia.

-no te dejare sola-asegura-te acompañare en tu desgracia como tú lo dices.

Se sienta a mi lado estira sus brazos para atraerme a su cuerpo, sin poder resistir lo abrazo el me abraza con fuerza. Creo que necesitaba esto.

Nos quedamos así un buen rato, aún seguía llorando. Las lágrimas se volvieron difíciles de controlar seguro tenia las orejas rojas al igual que mi nariz, mis mejillas y mis ojos.

-¿tienes ganas de oír unos chistes?-pregunto Brais sobando mi espalda

-No

-eso pensé... pero no importa tratare de hacerte reír-dice con seguridad, entendía que estaba buscando la forma de distraerme de la realizada un momento, pero la realidad me golpeaba cada vez mas fuerte.

-Brais-dije sin ánimos.

No estaba de humor como para escuchar unos chistes. Solo quiero llorar solo eso deseaba hacer en estos momentos.

-aquí vamos, el chico le dice a la chica ¿amor que me vas a regalar para mi cumpleaños? , la chica le responde...ves ese auto que esta allá, el chico dice si emocionado, la chica le responde bueno una licuadora de ese mismo color.

Me separo de él, Brais alza sus cejas esperando a que me ría de su chiste. Es un mal chiste, solo te dan ganas de reír por lastima.

-eres pésimo contando chistes-digo riéndome.

-al menos te hice reír- murmura haciéndose el indignado.

Asentí riéndome en su pecho, Brais me acompaña también riéndose de sí mismo.

-tengo otro amor.

-ya te dije que eres pésimo con los chictes Brais-rio levantado mi rostro - es mejor que no sigas, por favor.

-este es bueno-me asegura, arqueo las cejas no convencida, ríe mirándome y besa mi frente.

-lanza tu chiste pésimo amor

-¿qué hace una abeja en un gimnasio?-lo miro sin entender- tú dices ¿qué hace?

Lo miro raro y le pregunto con lentitud.

-zumba-dice y explota en carcajadas- oh vamos estaba buena esa.

-es el peor chiste que he escuchado- me rio nuevamente de él.




---

Muchas gracias por su apoyo, saludos mis lectores. 💖 💗




EXÓTICADonde viven las historias. Descúbrelo ahora