Capitulo 33.

2.6K 143 1
                                    

Grite al sentir algo frio impactar en mi espalda, gire sobre mis talones encontrándome con la sonrisa juguetona de Brais, me percato que tiene una bola de nieve listo para ser lanzado.

-¡no lo harás! -articule gritando al sentir nuevamente impactar en mi espalda otra bola de nieve, gire mi cabeza, Lili sonrió tirándome otra bola de nieve - ¡dos contra uno eso es injusto! -vocifere ocultándome detrás del auto de Brais.

-¡claro que no¡- oí a Brais responder - ¡Lili empieza el tiroteo de bolas de nieve!

-yeihhhh - gritan ambos empezando a tirar bolas de nieves hacia mi dirección. Pasamos un buen rato jugando los tres con la nieve hasta que Lili empezó a cansarse. Brais propuso ir a McDonald estábamos por llegar a nuestro destino, había olvidado los medicamentos de Lili y mi billetera encima la mesita de la sala, tuvimos que regresar a la casa nuevamente.

Estaciona el auto en la acera, me bajo del auto con apuro y voy en dirección a la casa por los medicamentos, hoy hacia bastante frio en la ciudad, esperemos que a Lili no le agarre alguna pulmonía o resfrió, pero esta muy bien abrigada para que pesque alguna gripe.

------


 Todo estaba cubierto por una fina capa de nieve, Brais y yo agarrábamos a Lili de la mano, como una familia.

-él me obligo a lanzarte todas esas bolas de nieve -apunta al castaño - es la mete maestra detrás de esto

-tu podrías haber dicho no-gruñí sintiendo la parte trasera de mi chaqueta algo mojada.

-solo nos estábamos divirtiendo-comenta mientras caminábamos por el parking

Le quite el dedo corazón, él me miro sorprendido e indignado por mi reacción, pero sabía que solo estaba actuando.

- Estas dando un mal ejemplo a al niña- regaña tratando de abrazarme.

Lo fulmino con la mirada y agarro con fuerza la mano de mi hija para entrar en el local, empujo con fuerza la puerta de vidrio y sentimos la calefacción del lugar, caminamos hasta la fila de personas que esperaban turno para ser atendidos.

-¡no soy una niña,  soy una señorita!-contradijo Lili - no ves que mis uñas están pintadas de rosa, las niñas no se pintan las uñas, solo las señoritas como yo.

El chico enarco su ceja con diversión al comentario de Lili. Ella se quedó mirando sus uñas pintadas de rosa con orgullo y admiración. Las niñas de ahora son un tema serio, quieren crecer tan rápido y no saben que la vida adulta es una carga muy pesada, solo sueñas con ser un niño de 10 años.

-¿Mami... me compras una cajita feliz?-le lanzo un beso confirmando su pedido.

Después de ser atendidos buscamos una mesa disponible y el único estaba cerca del baño, maravilloso lugar. La niña se encariño mucho por el castaño, desde mi asiento veía como ambos se miraban y hacían chistes entre ellos, parecíamos una familia, Lili comiendo una manzana picada que pedimos por el combo de McDonald y Brais robando algunos trozos de ella para hacerla enojar.

Nos percatamos como Lili se quedaba mirando a los niños jugar en el pequeño parque que se encontraba en el interior del local.

-¿quieres que te acompañe al parque de juegos?-pregunto Brais alzando a Lili en sus brazos.

-no creo que los niños quieran jugar conmigo

-¿porqué dices eso?

Mordí el interior de mi mejilla sabiendo con certeza su respuesta.

-pensaran que les mudare mi enfermedad-murmura abrazando a Brais ocultado su rostro en la curva de su cuello.

-cariño no digas eso-musita sobando su brazo -si quieres yo jugare contigo-se ofreció Brais besando la coronilla de su cabeza.

-eres muy grande para entrar en los tubos de la diversión

-puedo volverme pequeño como una hormiga-bromea

Ella acepto y ambos se fueron hacia los tubos de diversión del parque, algunas madres se quedaban fascinadas mirando a Brais jugar con Lili, seguro pensaban que esa niña hermosa es su hija.



EXÓTICADonde viven las historias. Descúbrelo ahora