Capitulo 11.

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-la señora Duncan me dijo que me regalaría una muñeca Barbie-comento la pequeña rubia jugando con su pato de hule.

-ahora tendrás 2 muñecas-dije secándole sus piernitas

-si Ariel necesita para su amiga, te gusta el nombre Cenicienta

Asentí, la alce en mis braza para salir del cuarto de baño. La baje en la cama, para comenzarla a vestir.

Por ahora Lili se queda cada noche en la casa de la señora Duncan, su ayuda me facilita trabajar sin estar preocupándome por ella.

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-Buenas noches señora Duncan-salude entrando a su casa, ella salió de la cocina limpiándose sus manos con su delantal de flores.

-Hola Mei- sonrió fijando su vista en Lili-que hermosa estas Lili

-gracias -dijo jugando con el borde de su vestido rosa- iré a la sala para ver caricaturas. 

-¿quieres quedarte a cenar Mei?- ofreció sonriendo

Negué con la cabeza, mi vista se clavó en Brais que venía bajando las escaleras con unas cajas y bolsas negra en mano.

-tengo que llegar al trabajo temprano, tengo que cubrir a una compañera.

-hola Mei - dice pasando a lado mío para salir a fuera. 

- Brais te puede llevar-propuso- no tendrá ningún problema en darte una mano hoy.

El muchacho vuelve a entrar en la casa con las manos vacías - Además tu trabajo queda cerca de un lugar donde quiero ir después.

-gracias pero ya es mucho con que le deje a Lili y...

-no se preocupe, cuidar a Lili no es nada se comporta como un ángel, además, Jessica se ha encariñado mucho con ella y últimamente me esta visitando mas a menudo.

-no tengo ningún problema en llevarte Mei

Sin nada mas que decir solo sonrio aceptando esta vez su ayuda. No suelo hablar con él a no ser que este en el bar. Mentira es él quien me habla en el bar mientras yo me quedo callada.

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Brais conduce en silencio el auto y  en ocasiones  lo miraba durante el viaje. Es un hombre muy apuesto, me gustan mucho sus labios se ven muy apetecibles.

-¿cómo te va en tu trabajo? -pregunto poniendo la radio.

Mordí mi labio, me sentía feliz por estar nuevamente a su lado, ahora que no tengo el antifaz para ocultar quien soy puedo hablar tranquilamente con él.

-todo bien por ahora- cierro los ojos escuchando la música- ¿Qué tal tu trabajo?

-es algo estresante, mi padre me acumula muchos documentos que tengo que verificar.

-¿en que trabajas? - abro curiosa los ojos.

-soy abogado-respondió girando su cabeza para mirarme un segundo luego fijo su vista en el camino nuevamente

-eso es genial-el asintió sonriendo- ¿Qué traes en las cajas?

-mi ropa-arquee la ceja confundida- mi madre lava mi ropa, no tengo tiempo para hacerlo yo mismo, solo estoy libre en las noches y rara veces los lunes o sábados.

- entiendo.

- siempre quise hacerte una pregunta

el miedo inundo mi cuerpo, aquí termino todo Mei, él ya sabe que eres tu la chica del bar.

- claro, pregúntame lo que quieras -trague en seco.

- ¿de que color son tus ojos? - para en un semáforo en rojo el auto.

un alivio enorme salió de mi boca, gire la cabeza para mirarlo - son de color verde opaco.

- cuando te vi por primera vez pensé que eran violetas.

- cuando la luz da directo a mis ojos se ven de ese color - aclaro mirando al frente,  el color de mis ojos son tan exóticos. A veces ni yo se de que color son.

El camino al bar Los Duques se tornó silencioso, solo se escuchaba American Idiot de Green Day que cantaba en la radio, moví mi pie al ritmo de la música amaba esa canción era una de mis favoritas de ese grupo.

-¿te gusta Green Day? - dice cuando me escuchó cantar.

-Don't wanna be an american idiot,one nation controlled by the media-asentí cantando- me fascina sus músicas.

-information age of histeria, it's going out to idiot american - canto él con su voz ronca.

 Cantamos juntos la música hasta llegar al Bar Los Duques. Se estaciono en la parada del bus que estaba enfrente del bar.

-gracias por traerme

-si necesitas ayuda puedes llamarme-dijo guiñándome el ojo.

Abrí la puerta del copiloto para salir del auto. El celular me vibro avisando un mensaje nuevo.

- cuídate, seguro mi madre ya te envió mi numero para cualquier cosa.

Mire mi celular y veo un mensaje de la señora Duncan, levanto la mirada para encontrar la suya.

-si, gracias - digo para cerrar la puerta del auto y ver como el se marcha.




EXÓTICADonde viven las historias. Descúbrelo ahora