Capitulo 12.

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Tenía un presentimiento de que algo malo iba a pasar. Marcos vino con pasos rápidos hacia mí, se veía estresado, mire lo que traía en sus manos. Otra vez no, no ese conjunto horrible.

-¡Mei, te dije que no te pusieras ese conjunto! -apunto mi atuendo de hoy- ¡no me gusta!-dijo frunciendo el ceño-ve a cambiarte y ponte la lencería roja.

-esa no me gusta Marcos-gruñí

-no me importa si no te gusta... ¡ve a cambiarte ahora!-exigió apuntando con su dedo el vestidor.

A regañadientes camine agarrando la lencería que sostenía en sus manos.

Maldito Marcos

Entre en el vestidor mire con desagrado la lencería que Marcos me dio. Muy transparente para mi gusto y brillosa, no me gustaba, tenía una flor de costura en el centro de la braga, sus tiras eran muy finas, el sujetador tenia pequeñas flores de costura en el centro para tapar la areola del pezón.

Qué patético

Me quite el corsé negro que tenía puesto, me gustaba este atuendo que tenia puesto porque no dejaba tanto en la imaginación como este conjunto, además, no combina el color con mi antifaz dorado.

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Le lance una mirada de desagrado a Ana, sabía perfectamente que no soy de esas clases de bailarinas.

-Ana, no me acostare con un hombre que no conozco -reitero por milésima vez 

-el hombre ofrece mucho dinero -mira su planilla con la lista de todos los clientes - es uno de nuestros mejores clientes hasta ahora.

-no soy una mujerzuela Ana

-Mei el dinero que...

-¡he dicho que no!-concluí dándome la vuelta, dejándola con la palabra en la boca.

Estos tacones me estaban matando, me dolían los pies, tenía tanta ganas de sentarme, pero si me ven unos de los trabajadores sentándome seguro no me pagan por estar holgazaneando y no trabajando.

Mordí mi labio mirando como una bailarina bailaba en el escenario. Ella sabia lo que hacia en el escenario, a pesar de que su coordinación con el tubo era algo torpe.

Camila Hood es una nueva bailarina del club empezó a trabajar desde la semana pasada, es como Ashley se acuesta con cualquier hombre que tenga una polla con dinero.

Aquí no les importa si bailas o no bien con tal de bajarles la calentura, ya se conforman estos animales. 

-no sé porque la aceptaron si no sabe bailar bien-escuche hablar a alguien detrás de mi.

-tiene bonito cuerpo-dije dándome la vuelta mirando a Marcos.

- yo veo una imitación barata de las Kardashian.

-a los depravados de aquí no les importa que sea una imitación barata.

-cariño eso lo tengo mas que claro -dijo cruzando los brazos.

Ashley me mira con una sonrisa fingida desde el otro costado del escenario, le mostré mi dedo corazón sin importarme si alguien del publico vio mi gesto obsceno hacia una de las bailarinas.

-aun no comprendo porque se odian tanto.

-ya tampoco.

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Guarde todas mis cosas en mi mochila negra degastada, busque mi celular para ver si alguien había llamado, al prender el móvil  la pantalla se iluminó mostrando 20 llamadas perdidas y 2 mensajes de la señora Duncan. Mi pulso se aceleró al ver lo que decía el  mensaje.

 Mi pulso se aceleró al ver lo que decía el  mensaje

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Salí literalmente volando del club sin darme tiempo de agarrar mi mochila, corrí hasta una parada de taxi.

Mi respiración estaba acelerada y mi corazón palpitaba a mil por hora, mi cara seguro estaba blanco por el susto. Mordí mi labio hasta sentir el sabor metálico. Indique al taxista que debía irme al hospital central, con las manos sudadas y los nervios de punta apure al taxista. Mi pequeña luz no debe apagarse, sentía el peso del mundo sobre mis hombros.

Baje del taxi y corrí con el corazón en la mano hacia las puertas de urgencias, mire el lugar buscando a la señora Duncan ella se encontraba sentada en una esquena acompañada de Brais.

Con grandes zancadas me acerqué hasta ellos. Al escuchar mis pasos levantaron sus miradas para ponerse de pie.

-¿Lili?-pronuncie con la voz agitada

-le están haciendo unos estudios-dijo Brais mirándome preocupado-¿estás bien?

Asentí mirando a la señora Duncan, ella trataba de consolarme regalándome una sonrisa pequeña

-¿estudios?

-si -dijo ella sentándose de nuevo, se veía igual que yo pálida por el susto - el doctor nos pidió, ya esta todo pago 

-¿porqué?

-comenzó a tener fiebre una vez que te fuiste, luego su nariz empezó a sangra -comento Brais 

-¿sangrar?-pregunte entrando en pánico, Brais me tomo de los hombros para hacerme sentar a lado de él.

-tranquila, ella esta bien - me asegura agarrándome la mano.

Solo asentí jugando nerviosamente con mis dedos mirando un punto fijo de la sala de espera. Brais me comentaba sobre los estudios que pidieron que se realizara, lo cual no me sonaba del todo bien.

La puerta se abrió dejándome ver a mi pequeña Lili, me puse de pie, ella al verme vino corriendo junto a mí, la alce en mis brazos dándole un beso en la mejilla. La calma inundo mi cuerpo.

Estaba algo fría, recosté su cabeza en mi hombro, ella era la única familia que tenía en este mundo, no quiero que nada malo le pase. No quiero perderla como perdí a Laura. Ella es mi todo.

-mami quiero ir a casa-murmuro en mi oído

- si amor iremos a casa - la abrazo con fuerza.

EXÓTICADonde viven las historias. Descúbrelo ahora