Capitulo 26.

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3 Meses Después.


Faltaba solo 1 día para navidad, las calles están cubierta por nieve, en las noches el frio te hacia estremecer hasta los huesos. Los hogares adornadas con lucecitas de colores y dentro de ella un árbol de pino con una estrella brillante o un ángel en la cima.

Mei volvió a su vida normal con Lili. La pequeña se encontraba más viva que nunca, la pequeña estaba esperando la noche buena para abrir sus regalos. Ella pudo con la muerte que la acechaba hace 3 meses atrás, no está curada totalmente, pero ya no está entre la vida y la muerte.

Mei sigue trabajando en el club más activa que nunca recuperando las semanas que falto en el pasado, además la situación económica de ella ha estado empeorando el dinero no alcanzaba y está a punto de cometer un error que pronto le traerá consecuencias. 

El sonido de la alarma la despertó, aun con los ojos cerrados busco el reloj sobre la mesita para darle un golpecito y apagarlo, adormilada se sienta sobre la cama y estira los brazos arriba de su cabeza estirándose, suelta un bostezo y gira a su izquierda abriendo los ojos, Lili la miraba, se había despertado antes que ella, eso la sorprendió, sonriendo volvio a acostarse  y abrazo a Lili, esa niña era su generador eléctrico que le daba la suficiente energía para tener su día a día.

-buenos días cariño-dijo Mei besando la sien de Lili

-hola mami

-¿cómo amaneciste?

-acostada mami-bromea

-¡Liliana!

-sabes que no me gusta que me llames Liliana... es feo-frunció las cejas saliendo de la cama.

-es tu nombre

-no, me llamo Lili-añadió saliendo de la habitación -¡ Lili!

Mei negó con la cabeza divertida mientras se levantaba de la cama y se dirigía al baño. A la pequeña no le gusta el nombre Liliana, ella se prometió usarla solo cuando sea mayor y para eso faltaba aun unos cuantos años más.

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Faltaban solo unas horas para que Brais Duncan llegara a Chicago hace un mes se marchó con su padre en un viaje de negocios con destino a Italia.

Recostó su cabeza en la almohada que la azafata le había dado, miro su laptop tratando de distraerse con la película favorita de Tatiana "Anaconda" una película totalmente aburrida, no sirve como buena distracción, el bostezo se le escapaba a cada segundo.

Tatiana viajo con ellos, resulta que su ex novia fue contratada como secretaria de su padre. Mei al enterarse de que Tatiana viajaría en Italia con Brais, sus celos se hicieron presente, solo que sus celos no salieron a flote, se mantenían dentro de ella. No quiera demostrar a Brais que sentía celos por su ex, no son parejas para reclamar nada entre ellos, Brais nunca se animo a decir lo que siente por Mei, solo se tratan como amigos con encuentros de amigovios. Los besos de amigos que se dan tienen un sabor que sus bocas temen pronunciar en ocasiones.

La mano de Tatiana agarro la mano de Brais, él  bajo la vista mirando  la mano de su ex novia, empezaba a trazar pequeños círculos en su mano.

-¿Qué haces?

Sin responder a su pregunta levanto la mirada encontrándose con Tatiana mirándolo con una sonrisa traviesa.

-¿No quieres recordar los viejos tiempos  señor Duncan?

Brais arqueo las cejas sin entender, ella puso los ojos en blanco aun divertida. El chico se preguntaba que le hacía tanta gracia hasta que recordó algo.

-¿ya recuerdas?

El retiro su mano bruscamente del agarre de Tatiana.

-no me jodas Lifford -gruño mirando por la ventanilla del avión.

Brais escucho bufar a Tatiana. Ella estaba dispuesta a que Brais regresara con ella, pensó que podía hacerlo por las buenas pero se equivocó, con una sonrisa en su cara retiro la laptop para comenzar a hacer las cosas por las malas. A ella no le importaba que su chico este con esa puta barata ya sabía que Mei es algo pasajero en la vida de Brais, que su chico solo la amaba a ella y a nadie más.

Tatiana venia vestida con una falda holgada elegante de color gris y una camisa blanca transparente que dejaba ver el sujetador blanco con encaje. Su ventaja era que estaba en un avión privado y podría hacer lo que tiene en mente, el padre de Brais estaba en otro lado.

Con un movimiento rápido se sentó en las piernas de Brais. El chico se sorprendió cuando sintió los labios de Tatiana chocar contra los suyos, abrió los ojos como platos, trato de separar a Tatiana, pero solo logro separar sus labios.

-¡¿Qué carajos haces?!-gruño por lo bajo mirándola mientras que le agarraba ambos brazos.

Ella lamio sus labios pintados de rojo, necesitaba un polvo, su cuerpo deseaba tanto a Brais, se arrepintió por haberle engañado, no debió hacerlo, semejante hombre que tenia como novio en ese tiempo, pero la calentura y el interés eran grandes en ese tiempo. Alzo su falda hasta sus caderas para poder moverse mejor.

-estoy reviviendo el pasado amor-respondió empezando a mover su cadera en círculos.

Brais mordió su labio para no dejar escapar un gemido Tatiana sabía perfectamente cómo hacerle perder la conciencia, ella es una diosa en el sexo.

-Tatiana detente-logro articular él.

-se perfectamente que eso no es lo que quieres-susurro en el oído del chico empezando a dar pequeños brincos en el regazo de Brias.

Un gemido salió de los labios de Brias Duncan. Tatiana sonrió a sus adentros al sentir el duro miembro de Brais, empezó nuevamente a mover su cadera en círculos gimiendo en el oído de Brais sintió como el chico empezaba a besar su cuello. Tatiana empezó a dar pequeñas mordeduras en el cuello del chico. Ella feliz empezó a desabotonar su blusa para empezar a ofrecerle su cuerpo al hombre que tenia debajo de ella.

Las manos de Brais agarraron su cintura con firmeza para sacarla de su regazo y ponerla en el asiento con brusquedad, se levantó de su lugar con torpeza caminando hacia el sanitario. Tenia una enorme erección palpitante en ese momento, pero no estaba loco para volver a acostarse con Tatiana.


EXÓTICADonde viven las historias. Descúbrelo ahora