Capitulo 28.

3.1K 173 3
                                    

Son las tres de la madrugada, las calles estaban en total silencio, baje del taxi en frente de la casa de la señora Duncan,  busque la llave dentro de mi bolso, la señora me había dado un duplicado de la llave para poder entrar sin problema a la casa y no andar timbrando de madrugada. 

  Con cuidado de no hacer ruido subí los escalones hacia la habitación de Lili. La señora D, le preparo para su propio cuarto a Lili, el cual seria la habitación antigua de Jessica, mi niña es muy consentida en esta casa.

Cuando estaba por abrir la puerta unas manos me rodearon la cintura, por el susto brinque en el lugar, el perfume de Brais inundo mis fosas nasales, olía a canela, girando sobre mis talones quede frente a Brais, mi pobre corazón latía a mil por hora por el susto que me dio este hombre, Duncan sonrió de lado enarcando una ceja.

Maldito idiota

-¿porque no contestabas el celular? - susurro en la oscuridad. 

La luz de la luna que entraba por la ventana iluminaba el pasillo, lo mire confundida por su pregunta.

esperaba por lo menos de su parte un Hola ¿Cómo estas? ¿tienes hambre? ¿estas cansada? 

Metí mi mano en mi cartera agarrando mi móvil y prendiéndolo encontrándome con llamadas perdidas y mensajes tal vez de él.

-lo tenía apagado-musite alzando la vista

Siempre apagaba el celular cuando llegaba al club. No se permitía a los empleados usar los celulares en hora de trabajo reglas de Marco. Con pasos sigilosos se acercó a mí hasta quedar muy cerca de mi rostro.

- te extrañe -salió de su boca mirándome con ternura - ¿estas bien? ¿Qué tal el trabajo? ¿tienes hambre? ¿ necesitas algo?

Sonreí abrazando mi cuerpo para dar unos pasos atrás, no lo veía hace un mes, me ponía nerviosa tenerlo nuevamente cerca de mí. Hacía que dentro de mi estómago las mariposas, no, el hace que una manada de monos bailaran dentro de mi estómago,  creo que hasta hacían una fiesta e invitaron al zoológico,  siento cosquilleos al extremo que me hacen sentirme más nerviosa de lo habitual. 

Malditos monos y sus fiestas alocadas

-¿no dirás nada? -pregunto por mi silencio, esperando alguna respuesta de todas las preguntas que me había hecho. 

-bueno...yo...eh

Soy un desastre, tierra ya trágame, me harías un gran favor.

-digo yo...yo

¿Qué pasa conmigo? nunca fui así con el ¿Por qué ahora soy así?

-también

Sí, no tengo solución soy un desastre, necesito alguna maquina del tiempo para no tener que pasar esta parte, que vergüenza. Mis manos estaban sudorosas, me siento nerviosa  a su lado, no puedo controlar mis latidos.

-¿también que?-dijo sonriendo trayéndome a su cuerpo.

-también te...te extrañe-dije apresuradamente

¡Rayos! me estoy comportando como una estúpida

-soy un desastre en est...

Siempre tiene que interrumpir lo que digo con un beso. Nah para que quejarme si extrañaba sus labios. Solo espero que no se acostumbre siempre a interrumpirme cuando hablo, para luego callarme con un beso, no me estoy quejando solo, solo estoy diciendo.

.......


Me senté en su cama mirando su antiguo cuarto. Paredes blancas y desnudas sin ningún poster de alguna mujer desnuda o de autos. Todo está ordenado hasta diría que parece una habitación gay, solo fui una vez a la casa de un amigo gay, pero su casa tenia colores pasteles y muchos adornos muy llamativos, Brais tiene una habitación sencilla. Es la primera vez que veo una habitación tan impecable, limpia y sencilla.

-¿por qué no buscas otro trabajo?-lo escuche decir

-¿siempre haces preguntas de la nada? -me siento en la cama para quitarme las botas.

-sí, ahora contéstame-dijo sentándose a mi lado

-necesito el dinero para los tratamientos y medicamentos de Lili

-yo te...

- estoy agradecida que me ayuden a costear los gastos de Lili, siento que me estoy aprovechando de ustedes.

- nosotros te ayudamos con mucho gusto, amamos a Lili, tal vez no sea nuestra hermana o alguien de sangre nuestra, pero nosotros ya le consideramos como familia a ambas.

- Brais, mi intención nunca fue aprov...

- lo hacemos de corazón, esa niña significa mucho para nosotros, mamá y Jessica aman a Lili - apunto la puerta- yo amo a Lili - se apunto a si mismo - podemos ayudarte sin problemas con sus gastos, sabemos que sus tratamientos y medicamentos son caros, Mei, no nos niegues nuestra ayuda hacia Lili.

-yo puedo sola con todo esto-gruñí mirándolo mal, me levante de su lado y camino hacia el otro extremo de la habitación.

Me molestaba que aun insistiera con eso, no me gusta que las personas tenga compasión por nosotros, si logre sacarnos a Lili y a mi de las calles, yo puedo otra vez sola con este tema, no necesito ayuda de nadie. Odiaba mas que Brais me mire como o hace ahora, tenia esa mirada de compasión. Tal vez estoy siendo una completa idiota por estar pensando de este modo.

El levanto las manos en modo de rendición. Se levantó y me agarro de los brazos atrayéndome a él.

¿Qué no se da cuenta ? esos malditos monos están alocados en mi estomago, haciendo la fiesta del año cuando le tengo cerca.

-ya no insistiré -susurra- es mejor dormir, ya es algo tarde, mañana debo ir  a trabajar. 

Asentí tratando de salir de su agarre, necesitaba que se alejara.

-quiero que duermas conmigo.

Arquee una ceja al escuchar su petición, dormir con Brais es la octava maravilla del mundo, mi energía al día siguiente amanecía de la mejor forma, buena vibra para todo, buen día para todos, amor para todos.

-tendré las manos quietas y no hare nada de lo que tu no quieras -me dio un beso rápido para soltarme- lo prometo.

Después de un largo debate acepte dormir otra vez con Brais, tenia puesta su remera para dormir, me quedaba bastante grande, me llegaba hasta la rodilla. Brais salió del baño usando solamente un pantalón holgado color gris, trague en seco mirando sus abdominales bien marcado. Tengo unas enormes ganas de poner en esos abdominales chocolate derretido y lamer.

-sé que tengo un cuerpo escultural, pero no es para que babees tanto cariño-hablo el egocéntrico.

Me sonroje poniéndome de costado para no mirarlo más. Sentí como se acostaba a mi lado pasando una mano por mi cintura atrayéndome más a él.

-no te enojes-dijo con voz suave en mi oído.

-no estoy enojada-susurre girándome quedando a unos centímetros de su cara.

-¿buenas noches?-beso mi nariz, sonreí dándole un beso rápido en la comisura de sus labios.

-buenas madrugas-añadí girándome de nuevo para sentir como el sueño me vencía.


EXÓTICADonde viven las historias. Descúbrelo ahora