Capitulo 35.

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Con el calor de la tarde Mei regresa a su casa, el cansancio que sentía en ese momento era enorme, sus pies le dolían de tanto caminar y sus ojos le ardían como el infierno por tanto llorar.   Ingreso a su hogar para encontrar a un  Brais molesto estaba con el ceño fruncido, la mandíbula tensa y sus labios formaban una delgada línea recta, Mei quedo parada en el umbral de la puerta sin mover un musculo o decir alguna palabra. Apretó los puños y cerro la puerta de tras de ella.

-¿te quedaras ahí parado mirándome?- le preguntó Mei rompiendo el silencio entre ellos mientras dejaba sus cosas en el perchero que estaba a una esquina de la puerta- ¿dirás algo?

El encarno una ceja sentándose al comienzo del escalón paso una mano por su rostro frustrado.

-¿porqué llegas a estas horas?

-no quería regresar a casa tan temprano -susurro la chica-quería dar una vuelta.

El joven asintió mordiéndose la lengua para no soltar todo lo que tenía en su cabeza.

-Lili salió con mi hermana regresaran a la noche-dijo levantándose y pasando a lado de ella.

- ¿estás enojado conmigo?

Abrió la puerta mirando hacia la calle, miro unos niños jugar en la vereda.

-tal vez lo este -articulo sin mirarla y cerrar la puerta detrás de él - me estas volviendo loco - surra para el mismo para luego marcharse.

Ella deja escapar un gran suspiro dejando caer su cuerpo al piso de madera acostándose en ella mirando el techo blanco hundiéndose en sus pensamientos para luego sollozar. La noche llegó dejando las calles a oscuras y en penumbras, Lili corrió escaleras arriba sonriendo garrándose con fuerza de las barandas de madera, mientras subía hasta llegar a su cuarto y escuchar el grito de enojo de parte de Mei.

-¿¡Liliana, cuantas veces te debo decir lo mismo!?S -grita Mei saliendo de la cocina con las manos mojadas por lavar los platos- ¡no corras subiendo las escaleras!

Lili asomo su cabeza por el barandal de madera, su madre  frunció los labios, ese gesto le causo gracia a Lili.

-mami estoy bien...respiro bien-habla sonriendo- no te preocupes.

-bien

Lili observo como su madre se dirigía de nuevo hacia la cocina, esta semana la pequeña veía siempre a Mei estresada, gruñona y cansada.

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 La música retumbaba en el Bar BLU JACK, el muchacho levanto la mano nuevamente pidiendo su quinta ronda de Wiski a los pocos segundo otro pequeño vaso de vidrió se posó en su frente. Se encontraba con los codos en la mesa las manos a cada lado de su cabeza con la vista en su vaso.

-es raro verte por aquí Brais

El chico levanto la cabeza al oír la voz de Tatiana, tan solo oírla le da dolor de cabeza, recuesta su cuerpo en la silla para observarla mejor.

-¿Qué quieres?-dijo con brusquedad

-vine a brindarte mi compañia.

-no la necesito.

-¿Por qué estás aquí?

-no es la primera vez que estoy por estos lugares.

-lo sé, pero sé que solo vienes cuando algo te pasa.

-vaya me conoces-dijo sin gracia el joven bebiendo el wiski- ahora mismo no estoy para aguantar tu voz, así que te pido que te largues de mi vista.

-dejarte aquí solito no suena una buena idea- mira  a su alrededor.

Sin querer gastar más saliva Brais solo se dedicó a escuchar las estupideces que salían de la boca de Tatiana con cada trago de wiski el joven iba perdiendo los cinco sentido por tanto alcohol en su cuerpo. Tatiana no perdería la oportunidad de aprovecharse de la situación acerco su boca al oído del chico para susurrar una oferta que Brais no rechazo.

No estaba en sus cinco sentidos para darse cuenta de lo que estaba haciendo.

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Mei observo a las personas tomar lugar otros pidiendo bebidas mientras esperaban el espectáculo el lugar estaba lleno de personas nuevas y otras que siempre que se abren las puertas del CLUB SAFARI  no pierden el tiempo para entrar.

El barman sonrió al ver que Mei se le acercaba. Su vestimenta como siempre no ocultaba nada llevaba puesto una mini bragas blancas con un rabo de conejo en la parte trasera, el sostén blanco y unas orejas de conejo que llevaba puesto en la cabeza haciendo juego con la vestimenta y con el moño en su cuello. La típica conejita de play boy.

-¿qué te sirvo conejita?-coqueteó el barman sonriendo

-lo de siempre

El asintió mientras preparaba la bebida, el barman no dejaba de divagar sus ojos por el cuerpo de Mei.

-te duraran más si me tomas una fotografía-le dijo molesta la joven.

-¿no se puede admirar tu cuerpo amor?

-no seas imbécil-sisea

Con rabia se alejó de la barra, el barman sonrió al ver como Mei contoneaba al caminar su trasero.







Espero sus estrellas por cada capitulo mis queridos lectores. Besos.


EXÓTICADonde viven las historias. Descúbrelo ahora