Capitulo 47.

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 Mei

Despierto alterada por el sonido de la máquina, los latidos del corazón de Lili no eran normales porque la maquina no marcaba que seguía latiendo su corazón y eso no es normal. Quede parada frente a la maquina unos segundos mirando la línea roja que mostraba en la pantalla luego mire a Lili sus labios morado y su pequeño rostro sin vida aun, no podía reducir eso porque...sabía que aún no estaba muerta. Ella seguía viva, trague el nudo que se formó en mi garganta y reaccione salí corriendo de la habitación hasta detenerme en el pasillo y gritar por ayuda, dos enfermeras y el doctor llegaron corriendo trate de entrar junta Lili con ellos, pero una enfermera de cabello rubio detuvo mi entrada.

-quédese aquí, todo saldrá bien- me dice la enfermera tratando de tranquilizarme asentí llevando mis manos a mi cabello. La enfermera entro a la habitación dejándome sola en el pasillo.

En mi cabeza retumbaba el sonido de la máquina, con las manos temblorosas busque si llevaba mi celular en mi bolsillo me alegre al saber que sí. Marque el número de Brais pero me mandaba a buzón, lo intente unas cuanta veces más que al fin me atendió. Le esplique lo que había pasado y si podía venir lo más pronto posible para luego colgar me quede mirando la pantalla de mi móvil.

Brais tenía una reunión con unos agentes de Rusia sobre el proyecto que al final y gracias a mi insistencia lo tomo, por ese motivo no estaba acompañándome esta noche.

Brais llego corriendo por el pasillo hasta llegar frente mío. Me levante del asiento el me envolvió en sus brazos, beso mi cabeza susurrando que todo saldrá bien pero lo único que yo hacía era negar y llorar en sus brazos.

Después de calmarme nos sentamos a esperar alguna noticia. Los enfermeros entraban y salían con pasos rápidos sin darme oportunidad de preguntar el estado de Lili.

-iré a ver que hay en la cafetería -me dijo Brais levantando de mi lado- ¿quieres algo aparte de café?

-no, gracias-murmuro mirando la puerta

-de todas formas te traeré unos pastelitos -comunica antes de marcharse

Cierro los ojos recostándome por el respaldo de la silla, estaba cansada no había dormido nada. Aun no hay noticia, ya no salen de la habitación de Lili como lo hacían anteriormente. La cabeza me palpita.

-inhala y exhala Mei-me digo tratando de calmar mis nervios, inhalo y luego exhalo.

Escucho varios pasos por el pasillo viniendo a mi dirección abro los ojos y volteo la cabeza topándome con las caras preocupadas de Marcos y la señora D. Cuando llegaron hasta mi comenzaron con sus preguntas.

¿Como esta?

¿Va todo bien?

¿Te han dicho algo?

¿Qué paso?

Me hacían varias preguntas más, que me daban más dolor de cabeza. Brais llego a mi rescate diciéndoles que se sentaran que él les iba a contar todo viendo que no tenía ganas de hablar con nadie.

Me entrego mi café y una bolsa marrón que contenía pastelitos en silencio comí mis pastelitos y bebí de mi café mientras escuchaba la conversación que los tres mantenían en ocasiones Brais se volteaba a mirarme.

Ya han pasado cinco horas continuo sin noticias. Ya estaba acostumbrándome al olor del hospital baje la mista mirando el piso blanco sentí a alguien sentarse a mi lado sabia de quien se trataba recosté mi cabeza en su hombro el paso un brazo por mi cintura, suspire cerrando los ojos.

-no quiero que se valla Brais

- no se ira

-yo sé que si- alce la cabeza mirándolo- ella me lo dijo antes de dormir

Brais frunce su boca negando en su mirada se reflejaba dolor recosté mi cabeza en su hombro de nuevo mirando a la señora D me regalo una pequeña sonrisa que no le llegaban a los ojos, sus ojos se encontraban rojos de tanto llorar no me quiero imaginar cómo estarán los míos. Cierro los ojos al sentir la mano de Brais deslizarse por mi cabello.

Escuche la puerta abrirse abro los ojos levantándome el doctor nos queda mirando a todos, su rostro no reflejaba nada.

-¿ustedes son familiares de Lili?-pregunta mirándonos a todos nuevamente hasta detener su mirada en mí.

-soy su madre-digo caminando hasta él.

El doctor asiente apretando sus labios observo como los enfermeros salen todos de la habitación de Lili no escucho el pitido de la máquina.

-¿como esta?-pregunto mirándole a los ojos el no aparta la mirada sigue con su expresión seria.


EXÓTICADonde viven las historias. Descúbrelo ahora