Capítulo 44

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POV Anastasia

Ray llegó a la una de la tarde a Bellevue. Venía en su vieja camioneta de cabina abierta, atrás estaban las piezas muy bien embaladas de lo que parece ser la cuna de mi bebé.

Se baja de su camioneta para abrazarme, darme un beso y ver a su nieto crecer dentro de mí.

— ¡Annie, tengo que decirte lo hermosa que te ves! —Me dice muy contento.

—Gracias papá, pero es normal que lo digas, soy tu hija. —Le digo sonriéndole.

—De hecho Raymond, yo no se lo he dicho pero creo que tienes mucha razón —Le dice Carrick detrás de mí. — ¡Tienes una niña muy hermosa! —Me sonrojo al oír lo que Carrick dice.

— ¡Lo sé amigo!—Le dice Ray sonriendo orgullosamente.

Ellos se saludan, como si fuesen amigos de toda la vida, y Carrick lo ayuda a desmontar la cuna de mi bebé junto con Elliot.

— La podemos armar en la sala para ver cómo quedó Luego, podemos desarmarla nuevamente y la llevare a Washington Park, con ella mandare a hace los planos de decoración en la habitación del bebé. ¿Te parece pequeña? —Me dice y yo solo asiento. — ¿Podemos armarla en casa mamá?... —Pregunta Elliot a su madre.

— ¡Pues claro que pueden quiero ver cómo quedó! —Le dice Grace intrigada y emocionada como el resto de nosotros.

Elliot y Ray se ponen a la tarea de ensamblar la cuna de mi hijo junto con Carrick. El señor Theodore, supervisa cada paso del trabajo. Las mujeres nos devolvemos a la cocina a terminar los preparativos de la cena, preparar unos pasa bocas para la tarde y terminar de acomodar la mesa, los chicos dicen que quieren darme una sorpresa.

Media hora después todo está listo, Elliot va a la cocina y me cubre los ojos dirigiéndome a la sala. Cuando me quita las manos, veo la cuna más hermosa que he visto en mi vida, es una cuna con motivos náuticos tallados en los bordes muy bonita, tiene un pequeño timón en la cabecera, a un costado hay una cómoda que puedo usar para guardar su ropita y aparte esta una peinadora con los mismos motivos de la cuna. Estoy maravillada, Ray ha hecho un gran trabajo, se nota el cariño que le puso, se esmeró al hacerlo.

— ¿Te gusta, mi niña? La he hecho pensando en cuando mi nieto crezca se pueda modificar, estas pueden quitarse y quedar como mesitas de noche —Me dice señalando la cómoda al lado de la cuna. — ¡Quitas esto y te queda como una cama de niño grande! —Me dice sonriendo, yo estoy sin palabras, simplemente me echo a llorar.

—No llores mi niña. —Me dice mi padre abrazándome. — ¿Qué no te gusta?—se ve preocupado.

— ¡Está hermosa! — alcanzó a decir. — ¡Gracias, Papá!

— ¡Il est magnifique!— Comenta Mia con una gran sonrisa en el rostro, al igual que yo. — ¡Eres Genial, Ray!

—La verdad que sí, Ray ¿Que no te gustaría hacer unos trabajos para mí?, necesito a alguien que me ayude con la carpintería en unos proyectos que estoy terminando. —Le dice Elliot.

—Me encantaría Elliot, pero eso sería después de navidad, tengo un trabajo pendiente en Vancouver que terminar y me temo que pasaré todo el mes allí, ya me he comprometido con mis clientes. —Dice mi padre.

— ¡Pero pensé, que pasaríamos Navidad juntos! —Le digo perpleja.

—Lo sé, cielo. Pero ya me he comprometido con esta gente, se trata de unos irlandeses que están montando un café en Vancouver, cerca de la universidad. Lucy y Megan son buenas chicas, son hermanas. Se están encargando de instalar el negocio mientras su pariente se recupera de un accidente que tuvo recientemente, el vendrá pronto a supervisarlas y quedarse con ellas. —Dice mi padre. —Ellas están arreglando el negocio muy bien. Lucy es una chica muy sagaz en eso. Abrirán en un par de meses pero necesitan mi trabajo terminado lo antes posible, para la inspección del local.

Aprendiendo a Vivir Sin TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora