Christian Grey ha desaparecido, se desconoce que sucedió con su Helicóptero, se presume que esta muerto...
Esta historia narra lo que ocurre después de este amargo suceso
Espero que les Guste, es mi primer fanfic, soy b...
El desayuno transcurre en total normalidad, el señor Grey se ha mostrado muy amable conmigo y me pide que me quede en su casa el tiempo que necesite. Le doy las gracias por su ofrecimiento, sin embargo no pretendo quedarme mucho tiempo. ¡Hoy tengo cita médica! y Grace insistió en que iría conmigo y depende de lo que me diga seguiré con mis planes de mudarme e ir e trabajar.
Llaman al señor Grey de Grey's House. Es Taylor, al parecer Ros ya se encuentra en la empresa y desea ponerse al día con ella en cuanto al manejo de la misma. Mia se va a reunir con Lily esta tarde, al parecer esta noche se hará una misa en honor al alma de Christian por su descanso eterno, la familia Grey es muy católica, aunque Christian sin duda no lo era. Le hubiese parecido una reunión patética y escalofriante todo ese show.
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Una vez que estamos solas en casa Grace y yo, me dirijo a la habitación de infancia Christian y decido llamar a mi madre para comunicarle la noticia de que será abuela. Siento un poco de nervios, sin embargo Grace me ha brindado su apoyo incondicional y decido llamarle y colocar el altavoz para poder revisar algo de trabajo que he pedido que me mande por correo.
— ¡Hola, Mamá! — Le digo con afecto.
— Cariño, ¿cómo has estado? ¡No he sabido nada de ti desde que saliste del hospital! ¿Por qué no me has llamado? — Me pregunta.
—Mamá, han pasado muchas cosas esta semana, y el médico me ha ordenado estar tranquila, más bien ¿Por qué no me has llamado tú?, ¡pensaba que vendrías a acompañarme para el sepelio de Christian! —Le digo.
— ¡Hija, lo lamento mucho! En verdad, no sé qué decirte, pero Bob esta en ocupado con algunos negocios en el club y no puedo dejarlo solo. Tu entiendes, ¿Verdad mi amor?
Tengo ganas de decirle que no entiendo, pero lo dejo pasar.
— ¡Mamá! tengo algo importante que decirte, me acabo de enterar, no sé cómo vayas a reaccionar. —Le digo.
—De que se trata querida, dímelo. —Me anima.
—Mamá... ¡Estoy embarazada! —Del otro lado de la línea se escucha un silencio sepulcral. –Mamá, ¿Estás ahí?
—Sí, te he oído. —Me dice.
—Y... ¿vas a decir algo?
—Bueno, no sé lo que quieres que diga Ana. Yo hubiera pensado que habrías esperado varios años por lo menos antes de saltar a la maternidad. Pensaba que eras más inteligente cariño, sé que Christian era rico y todo eso, pero yo habría pensado que estarías en un control de natalidad más confiable. — Me dice, y me quedo atónita... no puedo dar crédito a las palabras que dice mi propia madre. — ¡Cariño, te ha salido el tiro por la culata! así de seguro que no vas a conseguir la gran carrera que querías ahora ¿verdad? Y ahora que Christian murió... ¡estás sola! ... ¿Cómo vas a rehacer tu vida? Ese pobre niño no tiene un padre que vele por él. Te ha pasado lo mismo que a mí.
