Capítulo 40

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POV Grace

Estos meses me han parecido largos y eternos... creo que mi tristeza se fue acrecentando día con día, cada vez que miro esta casa, que ahora se ve tan vacía sin mis niños, me da mucha tristeza y pesar. Mia regresara para Acción de Gracias, eso me ha dicho. Ha pasado una buena temporada con Ana en Montesano! Lo cual le agradezco, no quería que Ana se sintiera sola, mientras que Ray se fuera a trabajar a sus negocios, Mia ha sido una compañía muy buena para ella, pero me agradaría que estuviese conmigo.

El embarazo de Ana ha tenido uno que otro tropiezo estos meses, pero en general está muy bien... también me encantaría que estuviera acá y disfrutar un poco de su estado, de ver crecer a mi nieto en su vientre. Mia me ha dicho que no ha crecido mucho, pero que ya se puede ver el pequeño bulto en su estómago.

Ana pudo festejar su cumpleaños con su padre, al parecer Ray estaba muy feliz por eso, y Ana estuvo muy contenta en complacerlo aunque ahora no tanto. Taylor nos informa que Ana le ha dicho a su padre que quiere volver a Seattle, pero él le ha dado largas al asunto.

Si Ana regresara ahora, tendríamos muchas cosas que explicar, como el hecho que SIP fue cerrada hace meses debido a la explosión, Carrick tuvo que indemnizar a gran parte de la flota de la editorial, que tuvo que ser despedida momentáneamente, hasta tanto no se encuentren a los culpables del atentado. Esto le ha ocasionado a mi marido un gran dolor de cabeza, dice que las perdidas han sido grandes, aunque Ros garantiza que más adelante se podrían recuperar.

En estos momentos hay una orden de captura en contra de una señora llamada Elizabeth Morgan. Ella, según mi marido, fue la que puso la bomba que casi mata a la asistente de Ana, gracias a Dios la chica se encuentra ahora muy bien, pero aún está muy traumada por todo lo que tuvo que pasar.

Me encuentro en la cocina junto con mi madre. Mis padres se vinieron a pasar una temporada en casa y este año se quedan con nosotros para acción de Gracias y no viajan a casa de mi hermano, como todos los años, mi madre cree que yo la necesito más, y tiene toda la razón, necesito mucho a mi madre en este momento.

—Hija, ¡Deja de darle vueltas a las cosas!, ¡eso solo acrecienta más lo que estás sintiendo! — Me dice con condescendencia.

—Lo sé madre, pero no puedo evitar pensar en lo sola que se ve esta casa.

— ¿Y los chicos, Elliot y Mia? — Me pregunta.

—Elliot vendrá para acción de Gracias, al parecer se encuentra haciendo un trabajo fuera de la ciudad, me ha dicho que vendrá con su novia.

— ¿Tiene nueva novia? ¿Y qué pasó con la rubia con a que lo vi la última vez? —Me pregunta mi madre curiosa.

—Ellos terminaron madre. Aunque si te soy sincera, por un momento pensé que esa chica era la adecuada. —Hasta que supe que pretendía armar una fiesta por la desaparición de mi hijo pequeño. En mi cabeza creo que lo dijo en un arrebato, al calor de una discusión, pero mi corazón de madre aun no le perdona el comentario.

—Así que mi nieto es otra vez es el rompecorazones de la ciudad... y sus alrededores —Dice mi madre sonriente. Y yo no puedo dejar de sonreír con ella una sonrisa que no había tenido en varios meses. —Sí, me temo que mi hijo mayor siempre ha sido un rompecorazones, a diferencia de Christian al que solo le conocí una novia.

— ¿Cómo está Ana?

— Ella va muy bien madre, tiene casi cinco meses de embarazo, me gustaría que Mia y ella estuvieran aquí, aunque sé que es mejor para Ana estar en Montesano. —Le digo a mi madre. —cuando de repente siento unas manos pequeñas y suaves tapándome los ojos, siento una gran emoción, me quito las manos de mi cara y me volteo para ver a mi princesa que regresa a casa. Abrazo a mi pequeña sin poder evitar que salgan lágrimas en mis ojos.

Aprendiendo a Vivir Sin TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora