Capítulo 28

1.5K 84 9
                                    

Pattie se acercó a Jeremy rápidamente, plantándole una bofetada que resonó por toda la casa.

— ¿Cómo puedes hacerme esto, Jeremy?

— Mamá, por favor, cálmate — interrumpió Justin.

— Justin, este es un asunto entre tu papá y yo — dijo la mujer.

— Vamos a hablar Pattie, todo tiene una explicación — susurraba Jeremy lentamente.

— ¿Para qué vamos a hablar?, ¿para que me mientas más? — derramó una lágrima. — Me parece insólito que después de todo lo que he hecho por ti, de soportar tus humillaciones y las humillaciones que le haces a mi hijo me hagas esto.

— Estás exagerando, ¿acaso por lo que digan estos dos vas a terminar con 25 años de matrimonio?

— "Estos dos" son tu hijo y su novio — sentenció la mujer. — Ya mismo retomaré el contacto con mi abogado.

Pattie salió corriendo del lugar con Jeremy detrás de ella.

— ¿Estás contento? — preguntó Justin a Maluma.

— Jus, si callábamos íbamos a ser cómplices.

— Ese no era nuestro asunto — se lamentó.

— ¿Te ibas a quedar callado sabiendo que están a engañando a tu mamá?

— SÍ, ¿Y QUÉ? — confesó Justin. — Ese no era mi problema.

— No, simplemente pretendías alcahuetear al descarado de tu papá que tanto daño nos ha hecho — dijo Maluma.

— Me tienes cansado con tu discurso moralista, te recuerdo que tú me hiciste lo mismo que mi papá le hizo a mi mamá.

— Yo ya te he pedido perdón por lo que pasó antes. Entiendo que estés así, pero se te pasará.

— El perdón no me sirve de nada cuando tú sigues pensando en Melissa... Maluma, ¿sigues pensando en ella? — preguntó Justin.

El silencio reinó por unos segundos en la casa.

— Sí — admitió. — Pero Justin, necesito que entiendas que todo esto es una tontería. Lo único que te tiene que importar es que te elegí a ti.

— Para ti puede ser normal que la persona que amas te diga algo así... pero imagínate que soy yo quien te dice eso... — pidió.

— Jus, me daría igual porque... nos queremos.

— A mí no me da igual, Maluma. No puedo estar así contigo, lo siento pero no puedo — dijo abriéndole la puerta y echando de su casa al rapado.

Maluma llegó en total estado de depresión a casa de su abuela Rosa. No quería ni comer.

— ¿Qué te pasa? — preguntó Rosa preocupada.

— A mí... Eh... — tomó aire. — Soy gay... ¿ya sabes? ... homosexual — explicaba Maluma tímidamente ante la mirada de confusión de su abuela.

— Yo sé lo que es es gay Maluma — dijo Rosa soltando una sonrisa de alivio. — Qué susto, eso ya me lo imaginaba — sonrió.

— ¿Cómo que ya te lo imaginabas?

— Soy tu abuela cariño, esas cosas se notan. Esperaba estar equivocada, no lo niego, pero la pluma siempre te la he visto.

— ¿La pluma? ¡ABUELA!

— Mi novio es Justin y bueno, siempre ha tenido una relación difícil con su papá, mucho más desde que salió del armario. Una noche encontramos a su padre con otra mujer y desde entonces lo presioné para que le contara todo a su mamá. Mi intensión nunca fue crear todo este problema pero ahora me siento culpable porque su familia se separó.

— Ay hijo, yo no sé qué tienen tus relaciones que nunca rematas. Tú no tienes que sentirte culpable de nada. Eso tarde o temprano se tenía que saber de alguna manera. Aquí el único que cometió un error fue su papá.

— Lo sé, pero Justin se molestó y me sacó en cara que lo engañé — se lamentó Maluma. — ¿Qué quieres que haga si me siento horrible? Tú no entiendes que amo demasiado a Justin, pero él tiene todas las razones del mundo para no querer estar conmigo.

— Reconquístalo, se nota que ese muchacho te ama.

— Abuela, no es tan fácil. Yo le hice cosas horribles, además, Melissa está en el medio.

— Olvídate de Melissa, olvídate de todo. Es verdad que cometiste errores, pero lo más normal en este mundo es equivocarse — dijo Rosa quitándole culpabilidad.

— Ya es definitivo que Maluma y yo lo dejamos — dijo Justin a su madre.

— Yo sigo sin entender por qué lo dejaste.

— Lo hice por respeto a ti.

— Pues no tenías que hacerlo, me lo hubieras preguntado antes.

Mientras tanto, en su casa, Jeremy se colocó una mano en el pecho cayendo al suelo dramáticamente.

El Guardaespaldas IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora