Capítulo 8

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ESCÁNDALO: ¡Melissa Wilson admitió haberse acostado con su guardaespaldas!

La actual reina de belleza, Melissa Wilson, confesó haber tenido relaciones con su guardaespaldas luego de que la pareja se dejó ver muy "acaramelada" en una playa este fin de semana.

Abrazos, besos y caricias atrevidas fueron solo algunos de los momentos capturados por los paparazzis que se encontraban en el lugar.

'Así es, estábamos en la playa bebiendo tequila, champaña y vino, rodeados de varios amigos, lo invité a nadar y mientas nadábamos me quité la parte baja de mi bikini lo que le puso muy cachondo, tanto que luego me pidió que nos despidiéramos de mis amigos, pues quería estar conmigo a solas, ahí fue cuando nos dirigimos al hotel de mi padre que queda frente a la misma playa y tiene una espectacular vista al mar' relató Melissa.

'Después de que nos quedamos solos en una habitación del hotel, me besó y lo hicimos dos veces. Es muy apasionado, tiene unas piernas muy bellas, está como hecho a mi medida. Me dijo que gimiera lo más que pudiera, que eso le excitaba. Cuando estaba arriba de mí no me dejaba mover y después me puso de espaldas, le gustan las mujeres sumisas' dijo al respecto.

Lo insólito de todo es que solo ha pasado un mes desde que Melissa Wilson se comprometió con su pareja, el futbolísta Tony Gerald, con quien se casaría cuando ella entregase la corona.

'Le digo a Tony, que ya no me caso con él, Maluma es mucho mejor que él... en todos los aspectos, olvídense de esa boda, se cancela'.

Respondió Melissa al ser consultada sobre su matrimonio.

Aquella fue la gota que derramó el vaso, Justin sentía tristeza, dolor, impotencia, miedo, rabia, su estómago ardía como una montaña en pleno incendio de verano, quería morir, no sin antes haber matado a Maluma.

Su mente daba tantas vueltas como las agujas de un reloj en cámara rápida.

Miles de pensamientos se hospedaron en su mente, sentía que el aire le faltaba, como un pez alejado de su pecera, se quedó inmóvil, allí, frente a la pantalla de su laptop, sus manos le picaban como si las hubiese metido en ácido, golpeaba sus almohadas como si fuese al mismísimo Maluma a quien estaba dañando, sus lágrimas caían sobre ellas como misiles en épocas de guerra, golpeó y golpeó, hasta que comenzó a ver borroso y todo se puso negro.

Cuando la luz regresó, se dio cuenta de que se había quedado dormido, tenía la cara tan hinchada, las muñecas aún le dolían, sus almohadas estaban rotas y su laptop seguía allí. Se percató enseguida de que tenía 7 llamadas perdidas de Diego. Le devolvió la llamada.

— Hasta que por fin — dijo Diego aliviado. — Regresé esta mañana, toqué tu puerta y no contestabas.

— Discúlpame Diego, de verdad lo siento, lo que me pasa es que...

— Tranquilo, después me cuentas, me acaba de llegar una oferta de una fábrica de chocolates para hacer su calendario en Bogotá con todos los gastos pagados, y como es en Colombia pensé en ti y en lo que me contaste...

— Gracias pero ya no lo necesito, anoche terminé con Maluma.

Hubo un pequeño silencio en el ambiente.

— Eh... ¿Diego?

— Sí, aquí estoy, lo lamento, yo no debí...

— Tranquilo todo fue muy rápido.

— ¿Pero estás bien, no?

— Pues no, estoy jodido, qué quieres que te diga.

— Mira, ahora mismo estoy en la oficina pero qué te parece si esta noche te invito a cenar para que te distraigas y superes este percance — sugirió Diego.

— Qué descarado, no pierdes tiempo en aprovecharte de mi ruptura con Maluma para tener una cita conmigo — bromeó Justin.

— Perdón, tienes razón, tú estarás muy mal — se apenó Diego.

— Espera, yo no he dicho que no me guste la idea.

Justin quería convertirse en el chico malo, descuidado y sin sentimientos como lo consideraban su padre y Maluma. Su única bandera sería la lujuria y si su ex no había perdido el tiempo, él tampoco.

El Guardaespaldas IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora