Capítulo 29

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El chofer corrió hasta la puerta de la casa, encontrándose a su jefe tirado e inconsciente en el suelo.

El empleado se hincó sobre él y comenzó a llamarlo por su nombre, pero Jeremy no hacía caso. Sacó su celular del bolsillo y marcó inmediatamente a una ambulancia.

Jeremy entró en una camilla a la clínica hacia terapia intensiva, en el trascurso de su casa al hospital, se le estaba dificultando respirar.

Roy tomó su celular y comenzó a marcar un número.

— ¿Aló?

— ¿Señora Pattie? Soy Roy, lamento llamarla para darle una mala noticia.

— ¿Qué pasó?

— A Jeremy le dio un infarto, está muy grave.

Mientras tanto, inquieto y sin parar de moverse, Maluma esperaba que los médicos le dijeran cómo se encontraba Melissa, y lo más importante, si el hijo que está esperando seguía en perfecto estado.

— ¿Pero qué fue lo que pasó? — preguntó.

— Ya te lo dije — insistió George. — Comenzó a sangrar y se puso muy nerviosa...

— ¿Familiares de Melissa Wilson? — preguntó el doctor.

— Sí, ¿qué pasó doctor?, ¿cómo está?

— La paciente ha perdido mucha sangre debido a problemas con la placenta, por poco sufre un aborto espontáneo — informó. — Ya la madre se encuentra consciente y el feto está fuera de peligro, ahora necesita mucho reposo.

— Gracias doctor — dijo Maluma.

— Si quieren pueden pasar a verla — ofreció el doctor retirándose del lugar.

— Tengo miedo de encontrarme con una situación que no pueda manejar — reconoció George. — Ve tú, es lo último que te pido.

Maluma entró lentamente en la habitación y allí estaba Melissa, arropada con una sábana color crema sobre la cama dormida como un ángel.

Tomó una silla que estaba por ahí y la colocó al lado de la cama, se sentó para vigilarla durante unos minutos.

Melissa abrió pesadamente sus ojos y rápidamente alzó su mirada.

— ¿Perdí al bebé? — preguntó preocupada.

— No, tranquila, solo tienes que guardar reposo.

— Recuerdo que comencé a sangrar, esto es horrible — expresó. — Perdóname por todo lo que te hice — pidió la pelirroja.

— Te vas a recuperar — dijo Maluma acompañándola hasta que volvió a quedarse dormida.

Justin y Pattie habían pasado horas en la sala de espera y todavía no tenían ninguna información sobre Jeremy. La madre del rubio caminaba desesperada de aquí para allá.

— Mamá siéntate — pidió Justin. — Pronto vendrá el doctor — agregó.

— No puedo. Entiéndeme, es tu padre.

— Lo sé, pero quiero que te tranquilices.

— Estoy bien, solo quiero que me digan cómo está — explicó Pattie.

— ¿Quieres algo? Iré a la cafetería.

— No, gracias. Anda tú, te prometo que me quedaré aquí sentada.

— Está bien.

Justin veía su café, empezó a darle vuelta con la cuchara sin mucho entusiasmo.

Suspiró levantando su cabeza, llevó su vista hasta la entrada de la cafetería y ahí estaba él, Maluma, dirigiéndose a su mesa.

— Justin... ¿Qué haces aquí? — preguntó.

— A mi padre le dio un infarto y al parecer está muy grave.

— Lo siento.

— ¿Y tú?

— Melissa tuvo algunas complicaciones y casi pierde al bebé.

— ¿En serio? Lo siento... ¿cómo estás?

— Me asusté — admitió. — Me asusté mucho, si al bebé le pasa algo, yo me muero — rompió en llanto.

— No pienses eso, tenemos que ser positivos, ella y el bebé se van a poner bien — aseguró secando sus lágrimas.

La nostalgia del momento obligó a ambos a mantenerse la mirada fijamente por unos segundos y levemente, se besaron, fue corto, pero especial, un beso cargado de la fuerza que necesitaban.

— ¿Maluma? — una voz bastante familiar interrumpió el beso, haciendo que el rapado se separara de Justin.

El Guardaespaldas IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora