Capítulo 23

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Justin echó la cabeza hacia atrás y tras varios minutos de placer total, llegaron al orgasmo tan esperado por los dos.

Gimieron fuertemente por última vez antes de que el rapado se descargara dentro de él.

Su cabeza cayó en el hombro del rubio, ambos estaban empapados de sudor, Justin sonrió con la respiración agitada.

Solo se escuchaban sus susurros y ambas respiraciones mezclándose en aquella habitación apenas iluminada, sus miradas lo decían todo, había nervios, temor, ansias pero sobre todo... amor.

Eran dos cuerpos, dos almas, dos corazones destinados a estar juntos, queriendo demostrar todo aquello que tenían guardado dentro.

— ¿Qué era lo que venías a hablar? — preguntó Maluma.

— Es sobre tu hijo... — inició.

— Ah, no te preocupes, renuncié a la empresa y le dejé claro a George que no quiero nada con su hija pero me haré cargo de mi hijo. Quiero estar contigo Justin.

— ¿En serio? — Justin no lo podía creer. ¿Cómo podía decirle que el niño no era suyo después de esa confesión? Simplemente no podía.

— ¿Y tú?, ¿qué vas a hacer con Diego?

— Estás pesado con el tema, para que te quedes tranquilo, ayer terminamos la fotos para el calendario y hoy Diego y los otros modelos regresaron a París.

— ¿Y tú por qué te quedaste? — preguntó Maluma.

— Eh... Por ti... — mintió, Justin ni loco arruinaría el momento romántico diciéndole a Maluma que se quedó porque al día siguiente se reuniría con un agente de Calvin Klein, sabía lo celoso que se ponía con su deseo de ser modelo.

— ¿Dónde te quedarás a dormir? Supongo que ya deben desalojar los apartamentos.

— No había pensado en eso.

Justin buscó sus cosas. Rosa llegó del bingo y Maluma le pidió que dejara que Justin se quedara en el "sofá" por un tiempo. Ella aceptó encantada.

Obviamente Justin no durmió en el sofá, cuando Rosa se fue a dormir él e metió en la cama con Maluma.

Justin despertó antes del amanecer, estaba abrazando a Maluma.

Rápidamente regresó al sofá para evitar que Rosa se diera cuenta.

Poco tiempo después Maluma se levantó, debía buscar trabajo. Mientras él se fue, Justin hizo lo mismo, tenía que reunirse con el agente de Calvin Klein en un bar cercano.

Justin estaba nervioso, pero su temor desapareció pronto. El agente fue muy amable, le explicó todas sus dudas y le dio el visto bueno, el sueño que tenía Justin de convertirse en modelo estaba cerca de materializarse. O al menos eso creía...

El agente se despidió y Justin se disponía a salir cuando vio en una de las mesas a la desquiciada de Melissa a punto de consumir alcohol.

— ¿Qué pretendes hacer con todo esto? Si puedes saber — dijo retirándole el vaso de las manos.

— No es problema tuyo.

— Claro que sí, estás embarazada y aunque ese niño no sea de Maluma le arruinas la vida.

— Ya eso no me importa.

— No entiendo por qué te comportas así, tú puedes estar con la persona que quieras.

— Porque el que yo quiero no me ama.

— Y no te va a amar ninguna persona si sigues con esa actitud.

El Guardaespaldas IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora