Capítulo 24

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Justin se encontraba en una fría y oscura oficina con sus manos esposadas sobre un escritorio.

— Estamos siendo muy tolerantes con este tema, ya sabes... Una denuncia por agresión es algo muy serio — dijo el comandante.

— Exijo que se haga algo con este malentendido.

— La ciudadana Melissa Wilson te ha denunciado, tendrás que permanecer en una celda hasta que ella ofrezca testimonio.

— Esto es injusto — lamentó.

— Maldita, me quieres separar de él — pensó el rubio.

El comandante se levantó acercándose al chico, le quitó las esposas e hizo que el rubio se deshiciera de sus pertenencias.

— ¿Me puedo quedar con el celular? — preguntó ingenuamente con una suave voz.

— No — dijo el guardia con una voz ronca.

Justin dejó todo sobre una bandeja y lo llevaron hacia las celdas de la comandancia.

Habían varios presos encerrados ahí, por diversas circunstancias, robos, asesinatos o algún otro crimen real que cometieron y estaban esperando que les dieran condena para trasladarlos a una cárcel de máxima seguridad, para Justin era nuevo todo esto.

Todo por una absurda mentira que solo buscaba alejarlo de Maluma.

Era totalmente insólita esa acusación, antes de acosar a Melissa prefería matarla, con eso se la quitaba de encima y tendría un verdadero motivo para estar allí.

El celular de Maluma sonó.

— Maluma, soy Justin... No me interrumpas. Melissa me denunció  alegando que yo la agredí. Estoy en la Comandancia Policial, me dieron la oportunidad de hacer una llamada, pero es obvio que no llamaría a mi familia, por eso te hablo. Ven por favor, necesito verte. Necesito sentirte junto a mí.

— Estaré ahí. Voy saliendo.

— Gracias.

— Jus...

— ¿Qué?

— Te amo.

— Yo igual.

Y colgó. Melissa no tenía vergüenza alguna para hacer aquello, ahora comprendía al rubio y su preocupación aumentó, su prometida lo había encarcelado solo para separarlos, pero él haría lo que fuese necesario para poder sacarlo de ahí.

Dos horas habían pasado desde que Justin se encontraba tras las rejas.

Melissa ni se había molestado en ir a rendir alguna declaración pero Maluma estaba ahí, en los pasillos de la Comandancia, dispuesto a ponerse rígido y encararla pese a que en esas dos horas, nunca la vio pisar tal lugar.

Se levantó de la silla y se acercó al escritorio de la recepción.

— ¿Puedo hablar con el comandante?

— ¿Quién lo busca?

— No me conoce, solo quiero, mejor dicho, necesito ver a un detenido.

— ¿Nombre?

— Justin Bieber.

— Espere un momento.

El policía se alejó de ahí y entró a la oficina, segundos pasaron para que le dejara entrar.

— ¿Juan Luis? — preguntó el comandante.

— Sí, soy yo, le suplico que por favor me deje ver a Justin.

— Justin te nombró en su declaración. La señorita Wilson hizo una denuncia en contra de él.

El Guardaespaldas IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora