El Guardaespaldas II

Capítulo 32

— Felicidades hijo — dijo Gloria sin salir de su asombro.

— Gracias, bueno, voy a mi cuarto y recojo algunas cosas.

— ¿Pero en qué quedamos? — expresó Fernando.

— Fernando... — reprochó su mujer.

— Es que esto es increíble, me sueltan hace minutos que a mi hijo le gustan los hombres, para nada... Si eres gay, eres gay, coño.

— Él es gay y seguirá siendo gay — aseguró Rosa.

— ¡EXCELENTE! Un gay que se va a casar y va a tener un hijo con una mujer, están todos locos, ¿qué clase de familia va a tener ese niño? Ahora mismo me va a escuchar.

— Cuidado con lo que le dices — advirtió Gloria.

Fernando tocó la puerta del cuarto.

— ¿Se puede?

— Claro, pasa — ordenó Maluma mientras metía lo necesario en un bolso.

Fernando dio algunos pasos lentamente y se sentó en la orilla de la cama.

— Ven, siéntate.

Maluma dejó de hacer lo que estaba haciendo para sentarse junto a su padre.

— ¿Qué te pasa papá, por qué esa cara de preocupado?

— "Papá" es una palabra muy grande, pero sí, yo soy tu papá.

Maluma lo miró extrañado.

—Tú sabes que cuando eras pequeño yo te cambiaba los pañales mientras tu mamá salía por ahí... — recordaba Fernando.

— Papá, si viniste a hablarme de mi mamá y el panadero otra vez puedes irte, no es el momento... — dijo Maluma cansado.

— No, no, no es eso. Tú sabes que yo siempre te quise mucho...

— ¿Estás melancólico porque vas a ser abuelo? — preguntó.

— Bueno, un poco, yo quería tener esta conversación para saber cómo estabas...

— ¿Qué te pasa papá? — insistió Maluma.

— Eso digo yo... ¿Qué te pasa a ti? — devolvió la pregunta.

— Yo estoy bien, estuve un poco preocupado por el bebé, pero ya se me pasó. Eso es todo. Ahora trataré de reorganizar mi vida.

— Me dice tu mamá que tienes un problema... — dijo torpemente Fernando.

Maluma respiró profundo antes de lanzarle una mirada asesina.

— Yo no tengo ningún problema — advirtió.

— ¿Te gustan los hombres? — soltó.

— Ah, es eso... ¿Me vas a juzgar? — retó el rapado.

— No, yo no te estoy juzgando, para nada, entiéndeme, me enteré de eso y luego me dices que sí te vas a casar con Melissa... solo quiero mantener el diálogo que siempre tuvimos.

— Pues muchas gracias papá, pero no hace falta.

— Yo creo que puedes estar confundido...

— ¿Perdón? — preguntó sorprendido. — Yo no voy a permitir que ni tú, ni nadie se meta en mi vida — comentó. — Y si te incomodan mis gustos, mira para otro lado.

— Maluma, yo te estoy hablando desde el amor, quiero que me entiendas, no te estoy juzgando, ni mucho menos.

— Un consejo, ubícate papá — advirtió Maluma cuando se disponía a salir de su cuarto, pero cuando abrió la puerta su madre y su abuela casi caen encima de él por estar apoyadas en la puerta escuchando.

— ¿Qué está pasando acá? — dijo Gloria fingiendo que no estaba ocurriendo nada.

— Ahora entiendo — dijo Maluma viéndolas. — Todo es culpa de ustedes que no pueden cerrar el pico.

— Yo no sé qué te está diciendo tu papá — mintió Gloria.

— No sabes lo que me está diciendo pero sí sabes lo que le dijiste. ¿Por qué no lo publicas en el periódico? "Mi hijo es marica" — estalló.

— Basta, por favor — pidió Rosa.

— No puedo creer que sean tan egoístas que les importe más un chisme que yo. No me traten como si estuviera enfermo, porque en esta familia todos son unos locos enfermos, pero a mí no me van a enfermar.

— Hijo, no pienses eso — suplicó Rosa.

— Ah, ¿sabes lo que te digo, papá? Que estoy convencido de que tú también eres gay.

— ¿QUE YO SOY GAY?, ¿QUE YO SOY GAY? — gritó Fernando.

— Si tanto te ofende es porque algo hay. Además, Eusebio siempre te ha gustado.

Maluma se fue de la habitación y los dejó solos.

— Todo es tu culpa, ¿qué le dijiste? — reprochó Gloria.

— Estábamos hablando normalmente y tomé el rol de padre que me corresponde, eso es todo — explicó Fernando.

— ¿ROL DE PADRE? por favor, no hagas más nada.

Mientras tanto, Justin regresó al hospital, pero no para ver a su padre precisamente...