Quédate conmigo... amor

Aurora en el Crepúsculo

"Con el nuevo día llegan nuevas esperanzas y nuevas ideas."

Eleanor Roosevelt

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Me despierto y abro lentamente los ojos. Aunque mi instinto me dice que no hay peligro, me pongo en guardia. Estoy tumbado en el suelo y tengo frío, mucho frío. Otra vez esta puta selva de los cojones, la reconocería hasta con los ojos cerrados. No entiendo que coño hago aquí ni cómo he llegado. El rocío que se condensa sobre la cubierta vegetal del suelo me empapa la ropa y tiemblo. Apenas entra luz a través de las copas de los árboles y me cuesta distinguir algo más allá de la zona en la que me encuentro. El silencio es perturbador. No se oye absolutamente nada, ni el zumbido de los insectos, ni el aullido de los monos...nada. Es desconcertante.

De repente oigo como alguien me llama, gritan mi nombre desde algún lugar entre la espesura ¿Una mujer? Pero que narices está pasando... Me levanto y me dirijo hacia esa voz que reconozco pero que no consigo ubicar.
Intento correr pero los árboles no me lo permiten. Tropiezo varias veces con las raíces que poblan el suelo y me levanto intentando llegar hasta esa voz que me llama sin descanso. Llego hasta un riachuelo y entonces la veo. Distingo su silueta pero está de espaldas y no puedo verle la cara. No sé quién es, pero algo dentro de mí me dice que la conozco... Intento llamar su atención pero no se gira, así que decido cruzar y acercarme. Justo cuando estoy a punto de llegar hasta ella, oigo otra voz femenina que me llama desde el otro lado del río y cuando me giro, la veo. Es Anna. Pero que coño... Dos mujeres, una a cada lado del río.
Una mano se posa en mi antebrazo y un escalofrío me recorre de arriba a abajo.

Me despierto empapado en sudor y con la respiración alterada ¿Qué cojones ha sido eso? ¿Una jodida pesadilla? ¿Quién narices era esa otra mujer?

Todavía es de noche. Poco a poco mis ojos se van acostumbrando a la penumbra que reina en la habitación. Intento controlar mi respiración pero no consigo deshacerme de la sensación de desasosiego que me invade. Entonces me giro y la veo. Está tumbada boca abajo y su mano descansa en mi pecho. Me concentro en la calidez de su tacto y vuelvo a intentar respirar con normalidad. Imágenes de lo vivido hace unas horas vuelven a mi mente y un sentimiento de paz se apodera de mi alma. Anna...Sólo pensar en lo que ha ocurrido entre nosotros hace que mi corazón lata a mil por hora oprimiendo mis costillas y se me encoja el estómago. Recordar la sensación de su piel al entrar en contacto con la mía despierta en mí un ansia desconocida por volver a tocarla...
Intento levantarme despacio para no despertarla. Necesito una ducha. El agua caliente me relaja y se lleva con ella los restos de la pesadilla. Ha sido un sueño de lo más extraño...

Noto su presencia incluso antes de verla. Una suave ráfaga de aire me acaricia la nuca.

- Matt... - susurra mi nombre y pega su cuerpo al mío. Anna...

Puedo notar sus pechos desnudos presionando mi espalda y mi cuerpo se despierta con un hambre voraz. Me acaricia suavemente las costillas y el vientre y una fuerte sacudida me recorre de piés a cabeza. Me giro lentamente para poder verla. Levanta los brazos y agarrándome del cuello me atrae hacia ella pegando su pecho al mío, apretando sus curvas contra las mías. Se pone de puntillas para poder besarme haciendo que nuestros cuerpos encajen perfectamente. Acaricia fugazmente mis labios con los suyos antes de comenzar a besarme las mejillas, la mandíbula, el cuello y la garganta. Me quedo completamente inmóvil mientras va descendiendo por mi pecho presionando su boca sobre mi piel.

- Más... - le suplico mientras sujeto fuertemente su melena con mis manos.

Fuertes temblores me recorren el pecho bajo su boca mientras va dejando un reguero de fuego a su paso. Sigue descendiendo por mi abdomen besando y lamiendo cada centímetro de piel a su paso. Un intenso jadeo se escapa de mi boca cuando me sujeta fuertemente las caderas.