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Capítulo 27: No te puedo prometer que seré perfecto

-Ese sí que fue un beso -escuché a alguien gritar.

Mi respiración se mezclaba con la de Lucas, nuestras narices se tocaban y nuestros labios sonreían. Nuestros ojos, por su parte, admiraban. Miré al chico frente a mí, y no lo podía creer.

-Vamos, antes de que te arrepientas.

-¿Lucas de qué...? -comencé pero me alzó y luego me besó para acallar mis gritos.

Me llevo como a una princesa hasta su habitación, y le di pequeños besos en el cuello en el camino. Mis manos rodeaban su cuello, lo que me ayudaba a estabilizarme y a tener mejor acceso allí.

-Si no paras con esos, me obligarás a saciar mi deseo aquí mismo.

-Shhh -susurré, y le di otro beso más, pero ese fue el último.

Significara lo que significara, no quería que "sacie su deseo" en público.

-Woow, veo que se reconciliaron -dijo Simón ni bien entramos.

Le sonreí y luego me bajé de los brazos de Lucas para darle un beso en la mejilla. Nos abrazamos y era mi forma de decirle gracias, cosa que creo que entendió.

-Bueno, bueno, ella es chica, a no olvidar -dijo, levantándome del suelo y alejándome de su amigo en dirección a su cuarto.

Me depósito en su cama y luego, besó mis labios. Intensifiqué el beso y me recosté, trayéndolo conmigo. Sus manos bajaron a mis caderas y las mías subieron a su cuello. Fue un beso lindo, pero cuando mordió mi labio inferior, la habitación se acaloró.

Se quitó su abrigo y yo me saqué mi campera, pero el resto de la ropa quedó en nosotros.

No sabía si eso me ponía contenta o me desilusionaba. Es decir, ¿no me quiere de aquella forma o...? No, basta, Adelaida, deja de pensar en esas cosas y disfruta, me dije a mí misma.

-¿Qué tienes? -preguntó Lucas ya que no respondía más al beso con la misma intensidad.

-Nada -fingí una sonrisa.

-A mi no me engañas, Ade. Sé que esa no es tu sonrisa. Tienes de las mejores sonrisas que vi, y esa que acabas de hacer es más falsa que el culo de las Kardashians.

Me sonrojé y miré el piso de su cuarto. Luego, levanté la vista a sus ojos.

-No te diré -dije al final. -Pero no tienes de qué preocuparte.

-¡Claro que si tengo! La chica que quiero está aquí conmigo, sonriendo falsamente mientras la beso.

-Es algo estúpido que se me pasó por la mente... Sólo déjalo, ¿si?

Ni por todo el helado del mundo le diría en lo que pensaba.

-Bueno, pero con una condición -hizo saber coquetamente.

-¿Y cuál sería tu condición? -pregunté, acercándome más a él.

-Que me beses.

Internado Grimore (Adelaida D'Angeles 1) -Editando-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora