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Capítulo 14: Besos y despedidas

Volvimos al internado esa misma tarde. Cuando llegamos, ya era hora de cenar y nos juntamos con los chicos para hacerlo. Con "con los chicos" me refiero a Lucas y demás, y al grupo de Xavier y Regina. Es decir, éramos bastantes personas, y si bien había un poco de tensión, todo iba de maravilla. A excepción de que Xavier no andaba por ningún lado, ¿no iba a venir?

-¡Hola, perdón la tardanza! -exclamó, apareciendo al fin. Tenía el pelo revuelto y lucía cansado, como recién levantado de una siesta. -¿Cómo les ha ido, chicas?

-¡De maravilla, podrás luego chequearlo en los diarios y las revistas! -presumió Regina.

Reí y se giró hacia mi. Me miró directo a los ojos y todo en lo que mi cabeza podía pensar, era él.

Me acerqué, al igual que él, hasta que quedamos a unos pasos de distancia.

-¿Cómo te ha ido, Ade? -preguntó.

-Muy bien, ¿y a ti, Xavi? -dije y reí ante el apodo, debido a que sonaba como para un niño pequeño.

-Bien, dormí bastante. -Volví a reír, está vez más fuerte. -Amo tu risa, Ade.

Sonreí y me besó.

-Yo amo tus besos -respondí.

Eso fue todo lo que él necesitaba para pasar su brazo por debajo de mi espalda y acercarme, para besarme con más pasión.

-¡Ehh, consíganse una habitación muchachos!

Reí sobre los labios de Xavier, separándonos. Él tenía los ojos abiertos y me miraba como si fuera la persona más bonita que vio en su vida. Me hacía sentir especial, segura. Me hacía sentir querida.

-¡Lucas, ¿a dónde vas?! -gritó Bri, haciendo que rompa el contacto visual con Xavier.

Me giré y lo vi tomar una cerveza y salir del lugar. Miré a Bri, que nos miraba y le pregunté mediante unas señas femeninas que había pasado. Con señas femeninas me refiero a eso exactamente. Si eres mujer, entenderás. Es una forma que tenemos nosotras de comunicarnos con una seña o una movida de palabra y entendemos todo lo necesario. Podemos tener grandes conversaciones de esa forma. Yendo al grano, me respondió con un encogimiento de hombros diciendo "no tengo idea, no es mi problema". Luego de eso, giró hacia Parker y la perdí.

-Ven.

Xavier tiró de mí, llevándome fuera. Paseamos un rato por el campus, hasta que llegamos a unos reconocidos árboles. En menos de cinco minutos, ya estábamos frente a la preciosa laguna, los dos solos, en nuestro escondite especial.

-¿No te encanta aquí? -pregunté.

-Me fascina cualquier lado donde vos estés.

Lo miré con cara de "no mientas", y él se encogió de hombros.

-Es la verdad -se defendió. -Pero, si, éste lugar particularmente, me encanta. Como vos me encantás.

Me sonrojé y desvié la mirada, pero no me dejó. Tomó de mi barbilla e hizo que nuestros ojos conectaran.

-Ade, sé que es un poco temprano pero... ¿quieres ser mi novia? -preguntó, al tiempo que me mostraba una rosa.

Internado Grimore (Adelaida D'Angeles 1) -Editando-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora