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Capítulo 5: La Fiesta

Las primeras rondas, sólo presencié, debido a que la botella no paraba en mi lugar. No sé si se me olvidó mencionar, pero Lucas al final terminó subiendo, al igual que Xavier y un par más que yo conocía.

La botella finalmente se detuvo en mi lugar, y volvió a girar. Dio con un rubio que no ubicaba, quien sonrió. Yo también lo hice, aunque sólo de cortesía.

Al ser la primera vez que nosotros dos como pareja salíamos elegidos, teníamos que besarnos. La segunda vez que una misma pareja era elegida, tocaba algo de lo que aún no estaba enterada, pero ya que jugaba con adolescentes hormonados, era imaginable. La tercera, seguramente era cojer. Aunque calculo que varios conocen el juego mejor que yo.

Era mi primera vez jugando, así que quería hacerlo bien.

El rubio se acercó a mi, y pasé mis manos alrededor de su cuello, acercándolo.

Sus labios se juntaron con los míos y pronto nuestras lenguas estaban peleando. Bajó sus manos a la parte baja de mi cadera, y yo enredé mis dedos en su pelo. Sus manos siguieron bajando hasta que me tocaron el culo, seguras y firmes. Me acercó aún más pero el beso ya se me estaba haciendo muy largo. ¿Vieron cuando no disfrutan demasiado de algo? Bueno, así fue. Así que me separé y el chico volvió a su lugar. Miré hacia Britannia para ver si lo había hecho bien, y la chica sonrió.

—¡No sabía que eras una fiera! —susurró en mi oído.

Reí cómo si hubiera dicho el mejor chiste, aunque seguro era el alcohol riéndose. Entre ronda y ronda siempre había alguien que rellenaba los vasos, así que casi inconscientemente había estado tomando Dios–sabe–qué.

La botella volvió a girar, y, luego de unas rondas, me volvió a tocar. Con Xavier. Con un conocido. No sabía si podía ser igual de valiente con alguien que me conocía. Me ruboricé al verlo acercarse y podía ver la confusión en Bri. Porque, vamos, después de como actué con el último chico... La diferencia, es que a él lo conocía, y lo iba a tener que ver después de eso, y que lo valoraba como amigo, y que ¡miren si pasaba algo y nuestra amistad se arruinaba! Estaba en una situación terrible, y sufrí viéndolo caminar hacia mi.

—¿Lista? —preguntó, dulce, acercándome a él.

En vez de responder, decidida a terminar con todo eso, acerqué mi boca a la de él, lentamente.

Sin esperar, y de un movimiento, Xavier juntó nuestros labios y, posteriormente, nuestras lenguas. Éste beso era distinto al anterior, tenía más vida. Pasé mis brazos por su cuello, acercándolo más a mí. Me estaba quedando sin aire pero no me quería separar. Él, a diferencia del chico anterior, dejó sus manos en mi cintura, sin bajarlas, lo que me alivió. Parecía mucho más concentrado en el beso. Y, de repente, el chico al que besaba ya no estaba conmigo, sino en el piso, y, de torpe, caí yo también, arriba de él.

—¿Qué carajo? —preguntó Xavier, mirando a alguien detrás mío.

Me acaricié la rodilla, puesto que me la había dado fuerte contra la punta de la mesa y me dolía. Mucho.

—¿Estás bien? —cuestionó preocupado al ver mi cara.

—Mi... rodilla —dije, tratando de no demostrar todo el dolor que sentía.

Internado Grimore (Adelaida D'Angeles 1) -Editando-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora