Internado Grimore (Adelaida D'Angeles 1) -Editando-

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Capítulo 12: Risas y reencuentros

Tomé mi teléfono y le envié la dirección de mi casa a las chicas. Luego, tras asegurarme que todo lo que necesitaba estaba en el baúl del auto, me giré hacia Xavier, que me había acompañado. Según él, ya que yo no lo había invitado, lo mínimo que podía hacer era dejarlo despedirse. Aunque solo me vaya tres días. Si chicos, ¡hoy es viernes! ¿Adivinen quien perdió clase? ¡Ni siquiera sé por qué eso me pone feliz! ¡Debería concentrarme en mis estudios!

Maxon entró al auto seguido de Molly, quien como novia oficial nos acompañaba los tres días.

-¿Te puedo besar? -preguntó Xavier.

Miré a mi alrededor. Estábamos a la vista de todo el mundo, y de hecho había muchísimas personas a nuestro alrededor. Se ve que era hora del recreo o algo así. Me daba vergüenza. Pero, si quería avanzar con la relación... ¿Un beso de despedida no es nada, cierto? Asentí sonrojada, enojada porque me lo preguntara. ¡Si lo hacía sin mi permiso, de última después podía quejarme!

Se acercó, tomó mi cintura y unió nuestros labios. Me puse en puntitas de pie y pasé mi brazos por su cuello. Fue un beso lento, suave y delicado, aunque sentí unos flashes y escuché unas cámaras de fondo. ¡Métanse en sus cosas! De todas formas, fue perfecto. Sonreí con nuestros labios aún unidos y él hizo igual. Volví a mi estatura normal y dije:

-¿Te veo el domingo a la noche?

A lo que él respondió:

-Dalo por hecho.

Me sostuvo la puerta del auto para que entrase y la cerró tras mi. Lo salude con la mano y el auto arrancó, alejándonos.

-¿Sabes qué sólo no se van a ver por tres días, cierto? Y ni siquiera tres días completos -aclaró Maxon.

-Cállate -dije y volví a mi nube amorosa.

•••

-¡Lucy! -exclamé, corriendo hacia mi hermanita pequeña.

Ella corrió y la alcé, abrazándola fuerte.

-¡Te extrañé un montón! -exclamó.

-¡Ay, pequeña!

Luego de varios segundos abrazadas, la solté sólo con la condición de que luego me contaría todo en su nuevo internado.

-¡Hola, Max! ¿Y ella es...? -preguntó, señalando a Molly.

-Ella es Margaret, mi novia. Aunque, decile Molly. Molly, ella es Lucy, la hermana pequeña de Ade.

Lucy miró desconfiada a la novia de nuestro primo y no respondió cuando ésta la saludo. Se dio vuelta y entró a nuestra gran casa, corriendo por el patio de entrada.

Nuestra casa era enorme. Tenía, al principio, un portero eléctrico controlado por guardias. Luego, venía un camino rodeado de árboles preciosos que llevaba a una rotonda. En una parte de esa gran rotonda, se encontraba la mansión de mis padres. Ésta era de grande más o menos media manzana, sin incluir ningún pasto ni nada de eso. Luego, había otra manzana detrás con grandes piletas, fuentes y juegos. Tenía varios senderos por los que yo solía andar en bici y, al final, estaba el establo, junto con otro gran patio para andar a caballo. Esa era mi parte favorita.