Internado Grimore (Adelaida D'Angeles 1) -Editando-

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Capítulo 6: La larga caminata

-Um... claro, claro, ¿por qué no?

Sonreí y tomé la mano de los dos chicos para arrastrarlos fuera de la habitación, y en dirección a la puerta principal.

Al salir, nos dirigimos a un shopping, debido a que yo quería otra ropa, y no estaba cómoda con lo que tenía puesto.

-¡Quiero entrar aquí! -afirmé, señalando mi tienda favorita.

Los chicos me siguieron dentro y saludé a la chica en la caja con un amable "buenas noches".

Ella respondió que pronto cerrarían, así que que sea rápida.

Recorrí las perchas en busca de un lindo jean y una linda camisa. Al encontrarlos, me compré además unas plataformas y un abrigo.

-Eso es todo -dije a la chica.

Ella sonrió, cobrándome.

-Adelaida D'Angeles siempre comprando, eh -exclamó una voz a mis espaldas.

Me giré sorprendida, debido a que reconocía la voz.

-¿Adelaida D'Angeles? -preguntó la chica de la caja pero no me di vuelta a verla.

Miraba al chico parado fuera de la tienda esperando a que diga algo más.

-¿Así es cómo saludas a tu primo favorito, Adelaida? Creí que mis tíos te habían educado mejor.

Salté a los brazos del chico, abrazándolo.

-¡¿Qué haces aquí?! -exclamé -¿No se supones que estabas en París?

-Volví, y me informaron que estabas en el internado Grimore. Llegué recién, y venía a conseguirte un regalo... ¿Por qué no estás en el internado? Sabes que no es seguro salir para ti.

-Tome -dijo la cajera entregándome mi tarjeta de crédito.

La acepté y me giré en dirección a los chicos.

-Chicos, él es Maxon. Maxon, ellos son Xavier y Lucas -presenté.

-Un gusto -dijeron y sonreí.

-¿Vamos por un helado? -pregunté, mirándolos con una sonrisa.

Pero, ni bien salimos del local, supimos que no podíamos ir más lejos. Detrás de unos bancos, medió escondidos, había paparazzis.

Volvimos a la tienda rápidamente y me giré a ver a mi primo con una mueca de terror.

-¿Qué hacemos ahora? -pregunté.

Lucas y Xavier nos miraban sin entender, y eso me frustraba.

-Los debí haber traído yo, lo siento tanto.

-No es tu culpa, Max, tranqui...

-¿Y si nos explican que está pasando? -cuestionó Lucas, frustrado.

-Fíjate, afuera, detrás del arbusto, hay paparazzis. Detrás de la banca, también. Seguro estamos rodeados.

-¿Por qué hay paparazzis? -cuestionaron.

-¿No lo saben? -preguntó mi primo.

-Max... No hay tiempo para esto -me giré hacia la cajera. -¿Hay alguna otra salida de la tienda? Por favor.