MIKE IS A CAT 2

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Poco a poco todo iba volviendo a la normalidad, según lo que Michael pensaba. Amy se había sincerado con él y entre llantos confesó que no le gustaba la actitud apática que Mike había tomado contra ellos, aunque su llanto era más bien de frustración y es que no le gustaba sentirse de esa manera, ella se consideraba una persona fría, aunque en el fondo Mike sabía que aquello era una farsa, una máscara más.

Luke había vuelto a su antiguo puesto junto a Mike, habían vuelto a reír por cualquier estupidez mínima que ocurriera dentro del salón. Michael se sentía de cierta forma bien, sin embargo no todo era siempre color de rosa, existían matices. Si bien las cosas con Luke se estaban arreglando, el teñido seguía sintiendo rechazo hacia su persona, no siempre pero habían veces en las que sólo se quería esconder de él ─Y de todos, en general─ y no ser encontrado.

Observaba a su alrededor, eran todos estúpidamente perfectos, tan perfectos que le causaba repulsión. Observaba a Luke, un chico de tez blanca, ojos azules y hermosos, bonitos labios, con un buen cuerpo y en cambio él, él tenía el cabello enmarañado por las tinturaciones, su piel era dispareja, llevaba unas ojeras horribles que mayoritariamente escondía tras el maquillaje que quitaba a su madre a escondidas.

Podría afirmar que cada día de semana para Michael era un infierno, odiaba levantarse para ir a clases. Se despedía de su familia y salía de casa hacia la parada del autobús rogando a alguna fuerza mayor que en el cruce le atropellaran o que el bus que él tomara sufriera un accidente en donde él sea el único muerto. Probablemente si alguien le escuchara decir eso, le preguntaría ¿Porqué simplemente no se mataba él y ya? Y la verdad es que lo había intentado, muchas veces en su niñez y adolescencia pero vio el llanto de su madre y aquello no le dejó seguir. En cambio, si su muerte ocurría de forma natural, su familia no sufriría tanto ni se sentiría impotente por no haber hecho algo por su hijo primogénito.

Un suspiro salió de sus labios, el rubio a su lado le quedó observando fijamente de forma interrogante a lo que el teñido simplemente negó.

─Por cierto, invité a tu prima para mañana ─Informó Michael al rubio.

Hace algunos días Luke y Michael habían quedado de ir a algún parque a beber, al dichoso plan se le sumó también Michelle y Jane. Y el teñido había invitado también a Marina, la prima de Luke.

─Oh, está bien ─Dijo el rubio riendo, y es que la chica no le había mencionado nada y a Mike se le había olvidado también.

─Tengo que comprar baquetas ─Murmuró el teñido suspirando─ En los ensayos de los bailes con el otro curso rompimos las baquetas del liceo ─Recordó.

[…]

El día sábado Michelle avisó que no iría y al rato Luke se presentó en la casa del teñido junto a Marina, una chica casi igual de alta que Luke. Michael salió y caminaron en silencio hasta la parada del autobús, ninguno sabía realmente que autobús tomar por lo que tomaron el primero que pasó sin siquiera tener una mínima noción de dónde este los dejaba.
A ninguno le extrañó el verse después perdidos entre apartamentos de gran magnitud, y entre risas caminaron hasta alguna calle principal para poder preguntar en dónde se encontraban, pero el lugar estaba desolado así que no quedó más opción que caminar sin rumbo fijo.

─Encontremos alguna estación de metro ─Sugirió Marina, Luke le apoyó, Michael en cambio estaba demasiado ocupado sacando fotos a los paisajes que veía.

─¿Ese es un puente? ─Preguntó de pronto apuntando a lo que efectivamente era un puente, Marina con el ceño fruncido asintió─ ¿Pasan autos o personas? ─Interrogó nuevamente.

─Personas ─Respondió el rubio, Michael sonrió.

─¡Cool! Vamos a sacar fotos ─Dijo antes de comenzar a caminar, los primos le siguieron y antes de llegar al dichoso puente observaron una estación de metro. Michael se quedó sacando fotos mientras los primos avanzaban, el teñido les alcanzó al rato.

Mientras esperaban que el metro pasara, el móvil de Marina sonó, era Jane avisando que estaba ya en el punto de encuentro. Los chicos no demoraron en llegar junto a la rubia que estaba sentada sobre una fuente de agua. En medio de la multitud comenzaron a caminar en busca de la tienda de música, después de mucho buscar, encontraron una sin embargo se encontraba cerrada así que sin más los cuatro chicos se dirigieron al parque para beber.