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Era ya Lunes, noche de Halloween.

Los chicos corrían por las calles golpeando puertas, tocando timbres e incluso cortando las luces de estas. Cada uno iba con excesivo maquillaje, con gorros y pañoletas que le tapaban el rostro para así no ser reconocidos por nadie del lugar. Estuvieron allí hasta la madrugada hasta que finalmente caminaron al hogar de Calum, en donde todos se quedarían a dormir.

Estaban todos esperando el baño, pues Calum y Ashton habían entrado juntos y se estaban demorando bastante, lo cual llevó a los demás a hacer burlas sobre la situación.

Al día siguiente, Michael despertó gracias a las alarmas de su móvil. Se levantó con cuidado para no despertar a sus amigos, sin embargo fracasó, pues todos despertaron. Aprovechó de despedirse y Cal le fue a dejar a la puerta.

Sus iris verdes viajaban de un lado a otro intentando acostumbrarse a la luz solar mientras caminaba a casa, que por suerte no quedaba tan lejos. Mientras caminaba, pensaba en su vida, en el lío que tenía.

El día domingo se habían juntado todos en la casa de Calum. Había asistido Eloy y Amy, Michael sabía que algo sucedía entre ellos pero nada podía hacer, no le correspondía en absoluto.

[…]

Había llegado a su hogar y había tenido que salir nuevamente, esta vez a la casa de Luke. Amy pasó por él, iban conversando de manera amena y sin darse cuenta cruzaron una calle, no se dieron cuenta hasta que dos conductores les gritaron que caminaran más rápido, entre risas corrieron.

Llegaron y de inmediato subieron a la habitación del rubio, se tiraron a la cama para intentar hacer el trabajo, pues se entretuvieron viendo vídeos graciosos de caídas y mierdas por el estilo.

Al rato llegó Michelle junto a Eloy, Michael notó las miradas del pelinegro y su rubia amiga, su instinto jamás le fallaba. Evitó al pelinegro por todas las horas siguientes, ya no quería estar cerca de él, ya no lo conocía.

[…]

El día jueves Amy se acercó al teñido, ambos se sentaron en la sombra a comer una hamburguesa.

—Debo decirte algo... —Confesó la joven, Michael sonrió, sabía lo que era y no precisamente porque alguien se lo habría dicho. Sino, porque él tenía un extraño instinto el cual rara vez se equivocaba.

—Dime —Dijo el joven sonriendo, probablemente otra persona se hubiera enojado pero que va, él no tenía derecho alguno de sentir algo mínimo.

—El domingo estábamos en la habitación de Calum, y Eloy se me acercó y nos besamos —Confesó nerviosa, Mike sonrió divertido, no le sorprendía de hecho lo sabía.

—Ya lo sabía —Fue todo lo que dijo con una sonrisa antes de ser interrumpidos por Ann.

Al volver a clases se sentó en el último asiento solo, pues Luke se encontraba adelante junto a las chicas. Michael recordó que el día anterior el rubio le había mostrado que en la cajita de sus lentes tenía cigarros. Observó que el rubio estaba demasiado ocupado y con sigilo abrió la mochila de este y buscó el estuche de los lentes.

Le quedaban tres cigarrillos.

Le quitó dos, sabía que Luke prefería la hierba y prefería que siguiera en ese camino en vez del cigarrillo, así que le hacía un favor al quitarle dos de estos. 

MIKE IS A CAT 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora