✖ 25

184 36 9
                                    

El manto nocturno tapaba la ciudad, Michael se encontraba recostado sobre el brazo de Sam y este le acariciaba suavemente la espalda. Ambos estaban tirados en el pasto observando las estrellas mientras hablaban de cosas sin mucha coherencia y reían de forma estruendosa por algún mal chiste que cualquiera de los dos dijera. Se quedaron un minuto en silencio, hasta que Michael se acercó a sus labios y dejándole con la ilusión, mordió su cuello con fuerza.

— Hey, me va a quedar una marca ─Reclamó, pero a Michael poco le importó pues siguió dando mordidas en su cuello y clavículas. Mientras Sam no dejaba de hablar de lo lindo que Michael era, su rostro de niño pequeño y amurrado, sus facciones, su forma de ser.

El teñido escondía su rostro en el cuello del otro para no observarlo, estaba avergonzado.

Cuando el reloj marcó las doce, Sam decidió ir a dejar al teñido a su casa y justo antes de entrar, Michael tomó al moreno del rostro y lo besó con fuerza, el otro le siguió tomándolo de la cintura y así se quedaron un buen rato hasta que el hermano pequeño del teñido comenzó a observar por la ventana a ambos chicos. Michael con el miedo de que le descubrieran echó al joven a su casa, este rió y se fue entre sonrisas.

Aquella noche, Sam confesó que realmente quería estar con Michael y este tenía una mezcla de felicidad y preocupación, sin embargo, decidió seguir junto al moreno.

Poco duró aquella felicidad, pues en la noche siguiente, el moreno le confesó que no estaba seguro de lo que sentía. Había vuelto a hablar con su exnovia y seguramente volverían a estar juntos, Michael sonrió y lanzó literalmente todo a la mierda.

[…]

─ ¿Entonces? ¿Ya nada? ─Interrogó Calum sentado sobre el pastizal.

─ No, de todos modos es mejor así ─Murmuró el joven, aunque claramente mentía. El moreno había observado detalladamente el rostro de su amigo, sus ojos estaban hinchados y rojos, pensaría tal vez que se había ido a fumar hierba, pero no, sabía que a Michael le afectaba que le dejaran.

─ ¿Seguro que es así? ─Interrogó nuevamente sacando pequeñas matas de pastizal. Michael sonrió encogiéndose de hombros.

─ Sí, creo que no soy para estar en una relación. Al final todo es un juego, un juego que yo controlo ─Susurró, Calum suspiró sin saber qué decir realmente. Había hablado con Ashton y mientras Michael no consiguiera ayuda profesional, jamás podría alcanzar una estabilidad mental.

MIKE IS A CAT 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora