Era ya sábado, los padres de Michael se habían ido de viaje por lo que este, junto a Deniel se quedaron en casa con la condición de no hacer fiestas, no invitar amigos, no quemar la casa, ni tampoco salir de esta.
Michael fue a la cocina a lavar los platos sucios, una vez que estaba todo limpio, abrió uno de los muebles en donde había fideos instantáneos. Puso agua a hervir y subió las escaleras de dos en dos hasta la habitación de Deniel.
─Hey, enano ─Llamó el teñido, Deniel le observó con sus cejas alzadas de forma burlesca, pues el muchacho era un poco más alto que Mike─ No me jodas ¿Quieres almorzar al tiro? ─Interrogó.
─¿Tú vas a cocinar? ─Preguntó el menor observando su vídeojuego.
─No, el viejo compró fideos instantáneos ─Respondió el teñido.
─Entonces sí ─Deniel sonrió, Michael le tiró una almohada y bajó para preparar lo que sería el almuerzo.
Mientras echaba el agua caliente se puso a pensar, estaba molesto consigo mismo. De pronto su celular sonó en un mensaje, mientras revolvía los fideos se puso a leer, era Alex.
Alex: Hey, pasaré a tu casa por mi bajo.
Mike suspiró, llevó el almuerzo a su hermano y observó el mensaje una vez más.
Mike: Traeme cigarros.
Mandó, si Alex le veía como una puta a la que se compraba con drogas y alcohol, lo aprovecharía. Después de todo se sentía demasiado solo ¿Qué había de malo en engañarse por un momento? ¿En sentirse querido o deseado aún cuando es un engaño?
Suspiró nuevamente y fue al living a comer, no tenía hambre, tomó su móvil y vio que Alex le había mandado un mensaje; estaba afuera.
Salió con el bajo en mano y le saludó.
─Hey ─Saludó el pelinegro.
─Hola ─Saludó el teñido ordenando la funda del bajo.
─Toma, fue lo único que encontré ─Dijo tendiendo un cigarrillo.
─Vale, gracias ─Le sonrió tomando el cigarrillo.
Alex se fue de inmediato, tenía cosas que hacer y Michael entró. Probablemente si hubiese estado completamente sólo en casa, le hubiese invitado a pasar pero ahora estaba Deniel y sería un inconveniente.
[…]
Diez pastillas.
Once pastillas.
Doce pastillas.
Trece pastillas.
Catorce pastillas.
Quince pastillas.
Estaba mareado, sus mejillas estaban sonrojadas, sus labios secos y su cuerpo temblaba. Con dificultad se metió al baño para ducharse.
Cerró sus ojos, allí estaba Amy diciéndole lo mal amigo que era, estaba Eloy diciéndole que le daba asco, Luke también estaba burlándose, daba pena.
Estaba solo.
Estaba malditamente solo.
No quería estar solo.
No quería estar.
Una melodía lejana comenzó a sonar, era agradable pero no tenía fuerzas para contestar, solo quería dormir.
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MIKE IS A CAT 2
Fanfiction✖ Continuación de Mike is a Cat ✖ Nada es para siempre, las relaciones tampoco lo son.