✖ 22

200 31 3
                                    

¿Cómo se podría tratar a una persona como Michael? Nadie lo sabía, era más simple dejarle solo que detenerse a pensar en lo que sucedía en su cabeza, y quienes probablemente se tomaban el tiempo de meterse en sus pensamientos terminaba aún más enfermo que el mismo chico. ¿Cómo no? Siempre teniendo el miedo permanente de que el joven en cualquier minuto decidiera decir adiós, sin regreso. El teñido entendía como se sentían las personas a su al rededor y por ello prefería simplemente dejarlas él a ellas, caminando sin detenerse por nada ni nadie, sin dejar que nadie le conozca más de lo que él desea. Por ello abandonó a casi todos los amigos de la escuela, quedándose sólo con Luke y Amy, nadie más. O ese era su plan al comienzo, sin embargo había comenzado a hablar repentinamente con uno de su ex compañeros, le resultaba cómico y es que nunca habían mantenido una conversación que durará más del »¿Cómo estás

Pero hablar día a día con él se le hacía agradable, bastante agradable, le hacía sentir tan bonito que no sentía la necesidad de llamar la atención de los hombres mayores a diario. Una noche, luego del trabajo Michael hablaba con Sam, el joven era más alto, su cabello era negro y lo mantenía corto, su piel era bronceada y sus ojos eran pequeños, a Michael le causaban ternura. El chico moreno le preguntó aquella noche si quería ir al cine, a lo que Michael contestó con un sí, necesitaba despejarse un poco.

Y entonces el día sábado a primera hora Sam estaba fuera de la casa de Michael, llevaba una polera con un logo de un pingüino, unos jeans desgastados y una gorra, Michael en cambio iba vestido de negro, en vestimenta eran demasiados opuestos. Los chicos caminaron hacia la parada del autobús hablando de cualquier cosa, algunas sin sentido, otras con un poco más. 

— ¿Qué película quieres ver? —Preguntó el mayor observando al teñido, este comenzó a observar las películas , ninguna llamaba verdaderamente su atención.

— No lo sé ¿Estación zombie? —Preguntó no muy convencido, el moreno medio sonrió y Michael pensó que tal vez aquella sugerencia no le había agradado— ¿No te gusta? —Interrogó con un puchero, el mayor sonrió.

— Yo te invité, tu debes decidir —Fue lo que dijo el moreno, Michael le sonrió con un pequeño sonrojo sobre sus mejillas. La gente más alta que él le intimidaba.

— Quiero ver estación zombie —Dijo en un tono caprichoso, el joven mayor sonrió y fue a comprar las entradas. Retiraron el pedido de inmediato y subieron al salón del cine.

A penas se sentaron Michael posó sus pies en el asiento delantero, durante la película el teñido pegaba saltos, gritos, maldiciones y risas nerviosas cada vez que algún zombie aparecía y aún así no despegaba su mirar de la gran pantalla. Al terminar la película ambos salieron comentándola, pidieron una bolsa para llevar las palomitas y es que Sam se había excedido comprando.

— ¿Quieres ir a comer? —Interrogó el mayor pasando uno de sus brazos por el hombro del chico más bajo, este se encogió de hombros observando toda la gente a su alrededor.

— Está realmente lleno —Comentó el joven.

— ¿Quieres ir a mi casa entonces?

— Me encantaría.

MIKE IS A CAT 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora