✖ 20

177 29 0
                                    

Como era de costumbre su familia había viajado por el cumpleaños de una de sus primas pequeñas, Michael no había ido esta vez pero aquella decisión la había tomado Daryl  y es que hace unos años, en el cumpleaños de la misma niña, llegó una de sus amigas pero esta no fue sola, fue con sus padres y Michael no pudo evitar fijarse en el padre de aquella muchacha.

En el cumpleaños, habían variadas mesas, Michael se encontraba aburrido jugando con el contenido de su vaso mientras escuchaba las aburridas charlas de sus tías y primas. Su mirada comenzó a curiosear por ahí hasta encontrarse con un hombre de no más de veinticinco años, llevaba unos pantalones negros y una polera con un logo de calavera, se le quedó viendo sin gran disimulo y con ilusión hasta que se percató de que llevaba un anillo en su mano y la chica a su lado también, estaba comprometido.

Pero no muerto.

Sus miradas se encontraron, Michael le sonrió coqueto y el hombre también lo hizo, y de esta manera comenzó un juego de miradas interminable.

Ya en la noche, cuando los niños se habían ido a dormir y los adultos festejaban, Michael comenzó a hablar de forma coqueta con aquel padre que estaba muy bien dotado aparentemente.

Mientras hablaba, se imaginaba como sería montar a aquella belleza, pero sus planes se vieron frustrados por su padre, este le había mandado a dormir y en el presente cumpleaños no lo había dejado ir.

[…]

El día viernes Michael había pedido permiso junto a Amy y Luke para irse más temprano del trabajo, y es que esa noche se haría la fiesta de gala de su curso. Cuando iban en el tren, Luke habló.

— Esta vez somos nosotros quienes se bajan de los últimos —Mencionó, Amy le observó sin comprender por lo que el rubio continuó— Iremos hasta el final del recorrido porque Mike quiere perforarse —Explicó, la muchacha miró al joven que iba un tanto distraído.

— ¿Cuál te harás ahora? —Interrogó la muchacha.

— El de la nariz, supongo —Respondió el otro encogiéndose de hombros.

— Oh dios, te verás tan homosexual —Rió la chica, Michael se encogió de hombros nuevamente.

Una vez abajo del tren, comenzaron a caminar hasta el local en donde Michael habitualmente se perforaba.

— ¿Entonces cuál te pondrás? —Interrogó el rubio mientras caminaba, estaba algo cohibido y es que cerca del local había un establecimiento de señoritas y estas no le dejaban de mirar.

— Una argolla, supongo —Respondió encogiéndose de hombros, observando a algunas chicas que pasaban por allí.

— ¿La gruesa o delgada? —Interrogó nuevamente, Michael comenzó a pensar.

— La gruesa —Respondió decidido— ¡No! Mejor la fina —Respondió nuevamente esta vez algo menos decidido— Ay, no sé.

Y cuando finalmente llegaron al local, a Michael le pusieron la gruesa.

MIKE IS A CAT 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora