Menstruación Masculina [Duzzy - Slaxl] (M-PREG)

Capítulo 7

Ya hiendo más al presente, Izzy sostenía con firmeza la sartén por su mango.
Axl lo piensa dos veces y da un paso interponiendo que la sartén le de un duro golpe en su secreta pareja.
Duff se levanta rápido pero no fue lo suficientemente rápido, la sartén le había golpeando a Axl.
                        Izzy nota su acción, dejando caer la sartén al suelo bruscamente, claramente no le quería lastimar a él sino a Slash. El de cabellos enrulados alcanza a sostener al pelirrojo antes de que caiga al suelo.

–A-Axl...

–N-No... digas nada Izzy... –le interrumpe al chico de la boina –... s-sé que no estuviste bajo control...

Él se intenta levantar cubriendo la parte golpeada pero cae otra vez en los brazos de Slash débilmente mientras le comenzaba a sangrar la nariz.

–Vaya... si que tienes fuerza en ese brazo... ¿eh? –le comenta viendo la expresión de preocupación a Izzy con tal de dar un cumplido pero solo logra más preocupación de parte del de cabellera negra.

–Mierda... habrá que llevarlo al hospital, creo que le quebró la nariz –propone Slash viendo el estado de Axl.

–Esta bien, yo conduzco, Slash acompañas a Axl, Steven te quedas acá calmando a Izzy.

–¿Pero qué mierda? Estoy bien.

–No lo estas, ya viste lo que le hiciste con Axl, ahora ya pareces muy preocupado por lo que hiciste, no te pongas alterado ¿si? Total... con Steven te divertirás y pasaras un rato para reflexionar bien todo.

–Esta bien... –suspira.

Izzy mira a todos, suspira pesadamente por última vez y se dirige a su cuarto rápidamente. Duff se retracta, mira a Steven, él entiende lo que le trata de decir y se dirige con el resto al auto mientras el bajista subía las escaleras a por Izzy para ver qué le pasaba, porque ese estado de animo le parecía un tanto extraño. Los demás se fueron de la casa directo al vehículo preocupados por Axl.
Izzy se había encerrado en su cuarto, ha quedarse allí reflexionar sobre lo que le había hecho al pelirrojo, a lo que siente unos pasos lentos detrás de su puerta, siente que le dan un par se golpes a ella, decide no decir nada. Hubo un par de golpes un poco más desesperados junto a la voz de Duff pidiéndole que le abriera.

–¿Que no te habías ido al hospital?– le reclama un tanto molesto.

–Al fin no fui, déjame entrar.

Izzy se niega por la forma bruta que le pedía, el bajista suspira y cambia su expresión.

–¿No ves me preocupas?– su tono de voz más suave y calmado.

El guitarrista se acerca a pasos lentos a la puerta y la abre viendo a su alto compañero estar con las manos en los bolsillos con la expresión en sus ojos de preocupación.

–¿Qué?– rompe el silencio al notar que no para de mirarle y que no le había hablado ya luego se abrirle la puerta hace unos segundos.

–¿Puedo pasar?

Él se hace a un lado y le deja entrar a su cuarto, cierra la puerta y se sienta en la cama al lado de Duff iniciando una conversación.

–A veces siento... que "tales" días no eres tú...

–¿A qué te refieres?

–Me refiero a que a veces cambias tu actitud como en menos de una semana y de la nada te comportas si nada pasara– le explica, sin dejar se verle a los ojos.

Él queda sin palabras, no tiene nada que decir porque conociendo a Duff, lo más probable es que lo tome como broma.

–Izzy... sabes que puedes decirme– dice con tan solo ver que miraba el piso jugando con sus dedos, me toma del mentón para que le mire, poco a poco se le acerca al rostro notando que el chico de la boina se sonrojaba.

–Esta bien, lo diré– se separa inmediatamente con el rubor en sus mejillas –. Es en ese tiempo que dices... es como si me llegara la regla...

–¿La escuadra?

–El periodo– le replica.

–¿Cuasimodo?

–¡Imbécil! Que tengo menstruación como las mujeres.

Duff comienza reír viendo lo rojo que estaba por el enojo.

–Ya entendí desde un principio, solo te quería hacer enojar... y si es así, me quedo callado, no le diré nada a los demás– asegura con total sinceridad.

–¿Hablas en serio?

–Te lo prometo– pone una mano en el corazón y otra en alto jurando que guardará el secreto.

Ambos se intercambian sonrisas amistosas, pero la más destacada fue de Izzy, pues muy pocas se me podía ver sonreír, ni aunque le sobornaran sonreiría, sonríe de forma sincera y sin falsedad, haciendo que Duff se quedara hipnotizado.

–Nunca te había visto sonreír– comenta –, solo a los demás, hasta le ganas sonriendo a Axl.

–No digas eso– la borra.

El bajista borra su cálida sonrisa, y en un intento desesperado, se abalanza sobre Izzy y empieza con hacerle cosquillas, él no paraba de reír y de pelear con que salga de encima suyo, y más cuando siente que le hacía cosquillas en el cuello con los labios apegados a aquella parte del cuarto. Duff solo seguía, escuchando dulces risas junto a una tierna sonrisa.

–Duff... detente– exclama al sentir que de cosquillas en el cuello pasaron besos, y llegando s chupetones. Jadeaba y llegó a gemir de placer una vez y sacó de encima al bajista.

–L-lo siento– sale del cuarto dejando solo y confuso a Izzy.

Ambos estaban sonrojados, confusos y en diferentes cuartos, y obviamente no contarían aquella extraña experiencia para ambos.