Toque la puerta de nuevo pero Emma se negaba firmemente a abrirme.— ¡Vamos Emma! — Intente de nuevo—Todos me están mirando raro Em — me encogí de hombros aunque sabía que ella no podía verme— no es que me importe mucho, pero tu siendo tan buena amiga como eres no dejaras que las personas me observen como si estuviese loca ¿Verdad que si?
No respondió, tampoco me abrió.
— ¿Es enserio? ¡Ábreme la maldita puerta de una buena vez si no quieres que la derribe!— le grite desde el otro lado.
— ¡Ja! ¡Realmente quisiera verte intentarlo! — contesto ella burlona, su voz sonaba ronca como si hubiese estado llorando.
Solté un suspiro profundo, así era mi mejor amiga, terca como una mula. Me aparte unos cuantos pasos observando la fuerte y gruesa estructura con la que estaba hecha la enorme puerta del baño comparada con mi baja estatura y poca condición física.
¡Tú puedes Ann! me animo mi subconsciente, ¡Derriba la maldita puerta y luego saca a tu amiga de allí y dale una buena bofetada por hacerte si quiera pensar en hacer esta locura! creo que eso era suficiente "animo" por hoy.
Retrocedí unos cuantos pasos más preparándome mentalmente y corrí a toda velocidad hasta impactar con toda mi fuerza contra la dura superficie de la puerta. La puerta no se abrió, pero mi brazo si crujió y sentí un dolor infernal que recorrió desde mi muñeca hasta mi hombro. Un chillido gutural salió desde mi garganta y escuche claramente el "crack" que hace la puerta, para ver después como se abría lentamente y una rubia melena asomaba su cabeza por allí.
— ¿Estas bien? — me pregunto ella.
¡De maravilla! ¿No ves que nunca he estado mejor?
— ¡Claro, estoy perfecta!— sonreí sarcástica apretando mi mandíbula y sosteniendo mi brazo con fuerza como si eso fuese a hacer que el dolor disminuya.
Ella rio y puede notar que efectivamente sus ojos estaban rojos y tenía el rostro húmedo.
— A veces eres tan torpe Andrómeda — negó con su cabeza sonriente examinado mi brazo, yo me queje apartándola— puede estar fracturado, déjame verlo.
Aguante la respiración, mordí mi labio con fuerza y le extendí mi brazo para que ella lo revisara, volví a quejarme porque el dolor era insoportable.
— Al menos logre que salieras de tu guarida — le dije y ella me sonrió.
— Sera mejor que te lleve al hospital— Emma me tomo del otro brazo comenzando a jalonearme fuera del lugar — La verdad es que ya me comenzaba a incomodar la mirada de la gente— comento ella una vez estuvimos fuera.
— Bueno... — comencé diciendo— déjame decirte que fuiste tú quien se encerró en el cubículo de un baño público a llorar como magdalena querida amiga.
Ella me fulmino y me pellizco el brazo que me dolía en venganza.
— ¡Aushh! — me queje mientras nos montábamos en la parte trasera de un taxi — ¿Me vas explicar que fue lo que paso?— le pregunte después de un rato de silencio entre ambas.
— Hacia el hospital mar cercano, por favor — guio amablemente mi amiga al taxista que le sonrió enseñando su amarillenta y torcida sonrisa, ella se la devolvió. La rubia junto a mí me observo raro— ¿Que me decías?— pregunto ella distraída.
— Te decía que... — pensé correctamente mis siguientes palabras— ¿Por qué mi primo y tú se estaban insultando de ese modo?
Emma agacho su cabeza evitando mi mirada y jugueteando con los dedos de sus manos.
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¿Admirador Anónimo? ©
Short Story¿Alguna vez has sentido miedo a ser rechazado?, ¿Te has roto la cabeza pensando una manera perfecta para declararte?, ¿Te has vuelto loco/a por una persona que no sabe ni de tu existencia? Bueno, ¡Pues yo sí! Mi nombre no interesa por ahora, porque...