15. El Otro Elegido

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El recién llegado caminó altivamente hasta una de las sillas vacías que estaban frente al largo mesón, sentándose en ella. Llevaba el cabello recogido en una coleta, y su rostro mostraba diversas cicatrices, destacando una especialmente grande en una de las mejillas. Su mirada seguía siendo fría, como el Draco de nuestra anterior línea temporal, pero había dejado de lado (en buena parte) aquellos aires de suficiencia.

—Mientras más lo repites, más ganas me dan de convertirte en un renacuajo, Longbottom —dijo él, conservando su característica forma de hablar, como si arrastrase las palabras.

—Sólo les explicaba a ellos lo que se dice de ti —respondió Neville con una sonrisa burlona.

—Y aún así, la gente sigue creyendo que es verdad. Por cierto, ¿quiénes son?

Draco reparó en Hannah y Lara, reconociéndolas de inmediato. Abrió la boca, pero volvió a cerrarla un par de segundos después. Tal vez se resistía a la idea de saludarlas. En vez de eso, inclinó levemente la cabeza.

—A ellas ya las conoces, por supuesto. Y él es... —Neville se dirigió a mí—. ¿Cuál era tu nombre?

—Sebastian Arquette.

Draco me miró fijamente durante varios incómodos segundos.

—¿Dónde los han encontrado?

—No muy lejos de aquí —explicó Tonks—. El chico activó una de nuestras trampas.

El hijo de Lucius usó un encantamiento convocador para atraer una taza de porcelana y servirse algo de té. Bebió un largo sorbo antes de hablar.

—Pensé que los Abbott estaban en el extranjero.

—Decidí volver a Gran Bretaña hace un par de semanas —respondió Hannah con cierta antipatía.

El muchacho terminó su taza y volvió a servirse.

—No te imaginabas escuchar esa historia sobre mí al llegar, ¿verdad?

—No hubiera imaginado ni en un millón de años que se trataba de ti —aseguró la rubia.

Él soltó un grave suspiro.

—No es algo que me enorgullezca. Es como si de pronto la gente necesitara una nueva celebridad... otro niño huérfano a quien adular. Como si eso les diera la fórmula mágica para derrotarlo a... él. —Soltó un bufido—. Me encantaría decir su nombre, pero sigue siendo tabú.

—¿Huérfano? —pregunté.

—¿Dónde han estado metidos ustedes?

—Escondidos, camuflados, en el extranjero... no todos tuvimos una radio mágica a un lado —respondió Lara—. Los chismes siempre corren, pero no con todos los detalles. Desde hace meses oigo que hay un nuevo elegido, pero nadie mencionó tu nombre.

—Tiene razón —intervino Neville—. Incluso Hannah pensaba que el elegido era yo. ¿Te imaginas? ¡Yo!

—Sería un futuro muy negro para la comunidad mágica —soltó Draco con sorna.

Neville hizo una mueca, haciéndose el ofendido

—Pero sí. Huérfano. Quien-Ustedes-Saben asesinó a mi madre. Ella mató a Dumbledore en mi nombre, como deben recordar. No... —Tardó en continuar, quizás buscando palabras que le fueran menos dolorosas—. No quería que yo me hiciera cargo de eso. Era la misión que me fue encomendada, y prefirió hacerlo por sí misma. Ya habían muerto personas por mi culpa. Ella sólo quiso... quitarme ese peso de encima.

Más Allá del Tiempo, por Regulus BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora