—¡¡NO!! —vociferé, y corrí hacia donde estaba Remus.
Como no podía ser de otra forma, salí despedido hacia atrás con suma violencia, cuando mi cuerpo tocó la barrera invisible que mantenía a Tonks y a su esposo aislados de su alrededor.
Desde el suelo recorrí con la mirada el lugar, en busca de algunos de los chicos. Más que a nadie, buscaba ver a Hannah.
Pero al voltear a mi derecha lo que pude ver fue al menos seis enormes jaulas, con una persona metida en cada una de ellas. Eran en total cuatro hombres y dos mujeres los que gritaban, al tiempo que intentaban sacudir los barrotes que los encerraban.
Cuatro pares de manos me alzaron del suelo y arrastraron por varios metros. Al menos cuatro puñetazos se estrellaron en mi rostro, y luego, la punta de una varita se hundió en mi mejilla. El público vitoreó.
—Compórtate, ¿quieres? —dijo el mortífago, un hombre joven con un arete que atravesaba su nariz—. Vuelve a moverte, y estarás en el lugar de ella. —Señaló a Tonks con su cabeza.
El solo hecho de imaginar a Remus convertido en hombre lobo y destrozando a su propia esposa me ponía los pelos de punta. Tal vez por eso no dudé en responder apenas un segundo después:
—Ponme en su lugar. Déjala libre y ponme allí.
—Tendrás tu turno, no desesperes —dijo la presuntuosa voz de Rabastan desde el palco, maximizada con ayuda de su varita—. Pero por ahora disfruta de lo que tienes enfrente, amigo. Todos los disfrutaremos.
Gotas de sangre caían al suelo de tierra, aunque no sabía si emanaban de mi boca, o de alguna otra parte de mi rostro. El hombre bajó la varita y se apartó de allí. Me puse en pie y volví a mirar a la pareja que estaba en medio de aquel extraño anfiteatro. Remus estaba de rodillas y tomaba las manos de su esposa. Sollozaba en silencio.
Fue imposible evitar que un nudo se atravesara en mi garganta. Fruncí los labios con fuerza, impidiendo que las lágrimas salieran de mis ojos. Una brillante cabellera roja se dejó ver desde el otro extremo del lugar, a varias decenas de metros de distancia. Charlie miraba la escena con tanta pena como yo. Estaba bastante malherido, y tenía ambas manos encadenadas. Detrás de él, Lara no parecía mostrar emoción alguna, pero sabía que ella realmente era así, y que probablemente por dentro estaba tan nerviosa y llena de ansiedad como yo. Pero no había rastro de Neville. Ni de Hannah.
Pasaron los minutos. Pudieron haber sido cinco o veinte, no podía saberlo, pero el cielo oscureció aún más, y cuando pensaba que en cualquier momento quedaríamos completamente a oscuras, la luna llena se dejó ver, redonda y brillante, casi como si su mera existencia fuera sólo para alumbrar ese momento, y justo ese lugar.
—¡Y el espectáculo está a punto de comenzar, señores! —exclamó Rabastan.
La transformación de Remus fue lenta. Primero fueron sus uñas, y luego comenzaron a salir pelos por todo su rostro. Unos afilados colmillos sobresalían de su boca, y ese fue el último gesto humano que vi de él, antes de que se pusiera a cuatro patas y gruñera con intensidad, con la saliva chorreando de sus fauces, listo para atacar.
Las gradas casi se vinieron abajo. El público comenzó a gritar como loco, alzando los brazos y aplaudiendo.
—¡Sangre! ¡Sangre! ¡Sangre! —gritaban.
Pero un ruido me hizo quitar la mirada de la gente que asistía al aterrador espectáculo. En las jaulas ubicadas a mi derecha ya no estaban las personas que vi unos minutos antes, y en su lugar, había criaturas tan feroces como la que estaba en el centro de la arena, las cuales aullaban y golpeaban los barrotes con sus zarpas.

ESTÁS LEYENDO
Más Allá del Tiempo, por Regulus Black
Fiksi PenggemarFan Fiction || Secuela de "Más Allá" || Regulus Black aún lidia con las consecuencias del enorme secreto que salió a la luz en el Mundo Mágico, mientras que junto a Hannah Abbott viajará al pasado para indagar sobre aquello que tanto la marcó a ella...