Ara.
—Ven acá, Ara —Max me corretea en medio de la oscuridad que nos envuelve dentro de su departamento.
Las cortinas están corridas, huele a limpio y un poco a su fragancia, pero también hay algo en el aire que despierta más y más mi curiosidad.
—¿A qué huele?
—A mis ganas de ti —bromea, respirándome cerca del oído. Sus manos están en mis caderas.
La electricidad entre nosotros aumenta minuto a minuto, me volteo para estar frente a frente, pero antes de que pueda decir algo, Max me besa otra vez. Mi lengua acaricia tímidamente la suya y se une a ella en una lenta y erótica danza de roces y sensaciones, de sacudidas y empujes. Levanta la mano y me agarra la mandíbula para que no mueva la cara.
Estoy indefensa, con las manos unidas por detrás de la espalda, la cara sujeta mientras avanzamos a paso lento hasta una puerta de madera cerrada, estoy aprisionada, sus caderas me inmovilizan. Siento su erección contra mi vientre.
«¡Madre mía!».
Me desea. Maxwell Nox, el incansable número uno de todo Montive, me desea, y yo lo deseo a él, aquí y ahora.
Mientras estoy sumergida en su boca e imaginándonos en la cama, Max abre la puerta y enciende rápidamente la luz, dejándome ver la inmensidad de la habitación. Me mira de reojo y deja escapar un ligero suspiro. No parece la principal. Lo primero que me llega es el olor a nuevo y madera con toques de vainilla. Es bastante agradable, la luz es tenue y sutil. En realidad, no veo de dónde sale con exactitud, porque se camufla perfectamente con la cornisa. Lo primero que noto es la enorme cama vestida con sábanas blancas y cuatro pilares en sus esquinas. Un conjunto de sillones de cuero negro decora la parte izquierda de la habitación. Junto a la puerta hay un mueble de caoba maciza con cajones estrechos, y me pregunto, ¿por qué me ha traído aquí y no a su recámara?
—Quería que tu experiencia no fuera tan hogareña y mandé a poner esta habitación parecida a un hotel. En el mueble de ahí —señala a su izquierda, junto a la puerta—, hay cosas que puedes utilizar para tu diversión y también un conjunto para dormir. —Lo escucho hablar. Está recargado aún en el marco de la puerta y me observa con deseo, se muerde su labio inferior mientras barre una y otra vez mi cuerpo con la mirada.
Avanzo lentamente hacia él, colocando mis manos en los bolsillos traseros de sus vaqueros, me sostengo de puntitas para besarlo nuevamente, Max, en cambio, me aparta un poco, toma mi mano y me conduce fuera de la habitación hacia el comedor principal.
—Antes hay algo que debo pedirte que firmes algo—dice, y reprimiendo mis ansias, yo solo puedo seguirlo.
Recuerdo que en una de las llamadas en el carro le comentaron a Maxwell algo sobre unos papeles, y no sé si tiene que ver o no conmigo, y si voy a verme obligada a firmar algo. Me desespera tener que andar conjeturando todo el tiempo. Y para colmo de desdichas, estoy muy nerviosa. Hoy es mi gran día y él se ha atrevido a contarme el rollo.
ESTÁS LEYENDO
Al Límite de ti. ©
Romance¡Entra en el emocionante mundo de los negocios y el amor! Conoce a Maxwell Nox, el implacable magnate que se debate entre el matrimonio y el poder. ¡Pero el amor no está en su menú! Así que lanza un reto al aire: ¡Se busca urgentemente pareja para s...