Max.
25 de marzo de 2022
2 horas antes.
—Vaya cara que traes... —me examina Víctor mientras me pasa una diminuta taza de café expreso que se ofreció a traerme en cuanto me vio entrar a la oficina contigua al salón monárquico—. Amigo, ¿estás seguro de que quieres estar aquí?
«No, por supuesto que no. Todo en esta situación me resulta aterrador», respondo en mi interior.
Pero a estas alturas, no es algo que pueda detener solo. A ver, el problema no son las mujeres, me encantan: rubias, morenas, pelirrojas, altas, bajas, todas las mujeres en el ámbito sexual me atraen. Adoro el cuerpo de una mujer por completo y me vuelvo loco cuando ellas toman la iniciativa. Sin embargo, en esta situación las cosas son muy distintas. No estoy buscando solo a alguien que me atraiga físicamente, porque nadie va a creer que estoy enamorado si la chica no cumple con lo que sería mi tipo, pero también quiero que sea inteligente, incluso más que yo, para poder controlar la sed sexual que seguramente me provocará. Ahí es donde entra en mis pensamientos Ara Rojo y sus dos correos extraños pero sugerentes de anoche. Todavía estoy debatiendo internamente si debiese firmar su contrato o no. Ella es sensual y brillante. Valiente y delicada. Posee en su mayoría todas las cualidades que deseo en una mujer.
No dormí, eso era más claro que el agua. No tengo ni idea de a qué hora llegué a mi departamento. Trabajo horas extras día tras día. El edificio estaba más silencioso que el ataúd de Drácula, y mi departamento no era la excepción. Desde que Ronda se mudó con sus amigas, el lugar se siente tan vacío, pero al menos es todo mío. No tuve ganas de cenar, no me bañé y ni siquiera me saqué el traje. Simplemente, seguí trabajando hasta que mi alarma sonó por la mañana. Desperté con la cabeza pegada al escritorio, con un dolor espantoso en la espalda y un montón de correos, llamadas perdidas y mensajes urgentes que buscaban saber cómo está la empresa, que sienten que se está hundiendo por culpa de Greta.
Me preocupa todo eso, obvio, al igual que me preocupa el asunto que me tiene aquí también. Y sé que es absurdo preocuparme por cosas que están más allá de mi control, lo que mi abuela podría decir o lo que mi abuelo pensaría de mí. También sé que es ridículo comerme el coco imaginando futuros escenarios donde simplemente renuncio a ser el presidente de Nox P., donde termino casado con una loca demente que hará mi vida imposible, o incluso donde soy asesinado por una horda de mujeres furiosas conmigo por algo que ni siquiera hice. Pero así soy yo, un paranoico sin remedio, y es que no quiero decepcionar a mi abuelo. Él fue la única figura paterna que tuve en mi vida, y su opinión sobre mis acciones siempre fue crucial para mí. Ahora sé que ya no está, pero eso no cambia que conozca lo que he hecho. Lo he defraudado al no cuidar de su empresa como si fuera mi vida, y ahora está envuelta en el mayor escándalo de Montive.
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Al Límite de ti. ©
Romance¡Entra en el emocionante mundo de los negocios y el amor! Conoce a Maxwell Nox, el implacable magnate que se debate entre el matrimonio y el poder. ¡Pero el amor no está en su menú! Así que lanza un reto al aire: ¡Se busca urgentemente pareja para s...