Capítulo 21

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Después de comer y recoger y limpiar todo entre los dos Dougie y yo subimos al piso de arriba para prepararnos para salir a dar ese paseo al que le prometí que iría. Hoy hace bastante calor, así que decido que me voy a vestir un vestido rojo ajustado en el pecho y que después cae suelto formando una falda con bastante vuelo y de calzado elijo unos zapatos bancos con un poco de tacón. Me ato el pelo en una coleta para que no me de mucho calor, y me aliso un poco el flequillo, pues hoy lo tengo bastante ondulado, también me pongo una pequeña raya en el ojo, un poco de máscara y por supuesto brillo de labios rojo. Ya que Dougie no quiere tener nada conmigo que sufra un poco viendo lo que se pierde. 

Estoy en mi habitación haciendo la cama y recogiendo un poco cuando Dougie llama y me dice que él ya está listo y que me espera abajo, le digo que bajo enseguida, recojo algunas prendas de ropa que están en el suelo, las meto en el armario, coloco algunas cosas más en su sitio y tras unos minutos bajo.

En cuanto le veo me quedo petrificada, está guapísimo, lleva ropa normal y corriente, pero le queda genial, lleva un pantalón vaquero pirata por encima de las rodillas, una camiseta de Zukie y de calzado unas converse. Lleva el pelo como siempre con la cinta que le queda de muerte. Sigo bajando las escaleras y me fijo en que él se ha quedado igual de impresionado al verme a mi.

-¿Nos vamos? -Le digo sonriendo.

-Claro -me dice abriendo la puerta.

-¿A donde vamos? -le pregunto mientras caminamos hacia su coche.

-Es una sorpresa -me dice sonriendo.

Nos subimos al coche y empezamos a alejarnos de la enorme casa. Después de unos minutos en el coche Dougie aparca al lado de un pequeño parquecito rodeado de árboles, con la hierba recién cortada y un pequeño lago en el medio.

-¿Donde estamos? -le pregunto aun sentada en el asiento del copiloto.

-En un parque -contesta el riéndose.

-Vale, listo, me refiero a como se llama este parque -le contesto haciendo una mueca.

-Jajajajaja, ya me lo imaginaba, pero me apetecía meterme contigo -dice riéndose más- en realidad no tiene nombre o por lo menos yo no lo se.

-¿Y como supiste de su existencia?

-Bueno, hace un tiempo caí en una depresión bastante fuerte...-empezó a decir con un débil hilo de voz.

-No tienes que contármelo si no quieres -le interrumpo.

-No, no te preocupes, es bueno que hable del tema, me ayudará a superarlo.

-Está bien, pues continua.

-Mejor vamos bajándonos del coche y te lo cuento mientras paseamos o estamos sentados en la hierba -sugiere.

-Está bien -acepto.

Dougie se baja del coche antes que yo, y mientras me desabrocho el cinturón el llega a mi puerta y la abre como si fuera mi chofer y me tiende una mano para ayudarme a salir, me apoyo en el y me pongo de pie, él cierra la puerta y se dirige rápidamente hacia el maletero, una vez allí lo abre y saca una manta y una pequeña nevera de esas que se suele usar para ir a la playa.

-¿Vamos? -Me dice mientras coloca el brazo para que me sujete a él.

Me agarro y entramos en el parque, se me entierran los tacones en la tierra así que Dougie me dice que me quede quieta donde estoy un momento, se va corriendo hasta donde está el lago, extiende la manta, deja la nevera al lado y vuelve a donde estoy yo esperándole. Viene y se me queda mirando muy sonriente.

-¿Lista?

-¿Para qu.. -y antes de que me de tiempo a terminar la frase me coge en brazos como a un bebe- ¡aaaah! -Grito, pues me ha dado un susto de muerte y me pone nerviosa, pues nuestras caras se han quedado muy cerca la una de la otra.- ¿Se puede saber que haces? -Le pregunto fingiendo enfado tratando de ocultar mi cara para que no vea que me estoy poniendo roja como un tomate.

-Te llevo en brazos, para que no se te entierren los tacones en la tierra y no se te estropeen esos preciosos zapatos.

-Ah -es lo único que soy capaz de contestarle.

Me sujeto a su cuello y el empieza a caminar hacia la manta que dejó extendida antes sobre la hierba. En cuanto llegamos a la manta me deposita en ella con delicadeza y se sienta a mi lado.

-Bueno, pensé que íbamos a pasear, pero creo que esta claro que no puedo -le digo con una pequeña sonrisilla.

-Bueno, si quieres puedo llevarte en brazos -me dice muy sonriente.

-¿Estas loco? -le digo- Acabarías con una hernia -añado riéndome.

-Jajajaja, si no pesas nada, eres como una pluma -me dice- podría llevarte en brazos la tarde entera y no me cansaría. Pero bueno no va a ser necesario, porque por aquí se puede caminar descalzo sin problemas.

-¿Como voy a andar descalza por un parque cualquiera? -le digo sorprendida.

-No es un parque cualquiera, es como si fuera mio, yo corto la hierba, limpio el lago y mantengo esto en condiciones si lo llegas a ver como estaba cuando lo encontré pensarías que no es el mismo. Mira, yo también me descalzaré.

Los dos nos descalzamos y empezamos a caminar por aquel pequeño y precioso parque privado.

-Bueno, ¿quieres que te cuente como encontré este pequeño paraíso?-me pregunta.

-Si, claro que si, siempre que tu quieras contármelo claro.

Mi corazón nunca mienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora