Capítulo 11

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Después de confesarle todo eso a Dougie, confesárselo a medias claro, me quedo callada, aunque él sigue intentando sonsacarme más información, insiste en que sabe guardar secretos, que puedo confiaren él y contarle lo que quiera, que no va a asustarse ni contarlo por ahí, parece que realmente le interesa, pero de todos modos no pienso contarle nada.

Llegamos a casa, bajamos del coche y vemos allí el coche de Tom, por lo que ellos ya deben de haber llegado. Dougie abre la puerta y entramos.

-¡Ya estamos en casa! -Grita Dougie, para que Tom y Gi lo oigan- Así que si estáis desnudos o haciendo algo no apto para menores por la casa parad. -Añade riéndose y mirándome- Eso solo lo digo para fastidiarlos, esta claro que si están haciendo algo para mayores de 18 lo estarán haciendo en su habitación -me dice en un tono algo más bajo y riéndose. Yo no se muy bien que hacer, así que finjo no haberle entendido muy bien y me limito a reír tímidamente.

Subimos las escaleras para ir a nuestras habitaciones para ducharnos y prepararnos para salir. Al llegar al piso de arriba vemos a Tom en su habitación, sin camiseta y buscando ropa en el armario. Vaya él también tiene tatuajes, tiene una estrella en el pecho, y como está descalzo puedo ver que tiene otra en el pie, y ademas de eso también tiene una buena tableta de chocolate. Genial Elena, ¿que pasa, ahora también te va a gusta Tom? Decido dejar de pensar en eso, con estar colada por Harry me llega. Tom nos dice que Gi esta en la ducha y que después aun se duchará él, así que tenemos tiempo de sobra para ducharnos nosotros y arreglarnos.

Me voy a mi habitación y empiezo a escoger que me pondré esta noche. Empiezo a revolver por el armario, menos mal que se me ocurrió traer algo de ropa por si salia y unos buenos tacones. He traído varias cosas que me sirven para salir de noche y si llego a saber queme iba a acoger una estrella del pop habría traído más. Elijo un mono de pantalón corto y palabra de honor blanco estampado con puntos negros diminutos, para calzarme escojo unos zapatos negros preciosos de doce centímetros de tacón y algo de plataforma, que son mucho más cómodos. Una vez decidido lo que me voy a vestir me voy a la ducha.

Salgo de la ducha y empiezo a vestirme, me pongo el mono, pero no se si ponerme medias, así que llamo a Gi y le pregunto a ella, me dice que ella lo que hace es meterlas en el bolso y si tiene frió se las pone, así que decido hacer lo mismo. Cuando me ve vestida empieza a decirme que estoy guapísima, la verdad es que a mi siempre me ha gustado como me queda este mono -como soy morena la ropa blanca resalta mucho sobre mi piel, y siempre he tenido buen tipo, así que la ropa ajustada me sienta bastante bien- pero tampoco es para tanto. Mientras Gi y yo hablamos me hago tirabuzones en el pelo con la plancha, pues tengo el pelo ondulado tirando a liso, me maquillo y justo cuando estoy a punto de acabar se escucha la voz de Tom desde el piso de abajo diciéndonos que nos demos prisa, que ya llegamos tarde, Gi baja al momento mientras yo termino. Yo termino de pintarme y cojo el bolso y los zapatos en la mano, pues no se puede estar calzado dentro de casa con zapatos de la calle, excepto en la cocina y el garaje, donde los chicos tienen una especie de plató para cosas del grupo. Bajo las escaleras a toda prisa y en cuanto me ven Tom empieza a decirme que estoy preciosa, que no tendría que haberme puesto tan guapa, que ahora tendrán que estar toda la noche vigilando que no se me acerque ningún tío con malas intenciones, mientras que Dougie en cuanto me ve se pone muy colorado y aparta la vista enseguida. Al llegar abajo le digo a Tom que deje de decir tonterías, que a mi los chicos nunca se me acercan, me calzo, cogemos nuestras chaquetas y salimos.



Mi corazón nunca mienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora