Capítulo 15: ¿Despedida?

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* Narrado desde el punto de vista de Mangel *

Estoy parado en frente del edificio del departamento de Rubius, he pasado la madrugada y parte del día caminando, no he podido dormir, solo he estado pensando en todo lo que pasó y mis pasos sin rumbo me trajeron hasta aquí.

Lo necesito, ahora más que nunca lo necesito, pero él no está conmigo y no puedo hacer nada para que lo esté, todo está demasiado jodido entre nosotros.

-¿Por qué no puedo odiarlo? -me pregunto, después de lo que hizo debería odiarlo cada vez más y es como si ese sentimiento fuera desapareciendo con el paso de los días.

-Porque lo amas por sobre todas las cosas, hasta por encima de ese ilógico odio que tienes por lo que se supone que te hizo -dice Michell detrás mío.

Volteo rápidamente al escuchar su voz, no sabía que ella estaba aquí.

-¿Cuánto tiempo llevas ahí mirando? -pregunto.

-Unos cinco minutos, no escuchaste cuando llegué al parecer, y no te has movido, ¿por qué no entras a verlo? -pregunta ella con una sonrisa.

-No quiere verme y no es un buen momento para hablar con él.

No puedo llegar y decirle, te vine a buscar porque Julieta me dio la noticia de que voy a ser papá y no sé cómo tomármelo.

«¿Si ella está mintiendo?»

Vienen a mi mente esa pregunta, no sé porque estoy desconfiando de ella, pero ya no quiero hacerlo, es lo único que tengo, además de que ella me dará una de las cosas más hermosas que pueden darme, una niña, al menos espero que sea una niña.

-Pensé que era solo un problema de mujeres el asumir cosas que no han dicho los demás -dice sarcástica - Además, ¿por qué no es un buen momento? ¿Por la nueva mentira de Julieta?

-¿Qué?

-No te habrás creido eso de que está embarazada.

Creo que mi gesto expresa todo.

-¿Cómo sabías...? -comienzo a preguntar.

-«Ya no puedes hacer nada Michell, yo y Mangel estamos mejor que nunca, él no me dejara si estoy esperando un hijo» -dice haciendo referencia a algo que dijo Julieta.

-¿Hablaste con ella? ¿Cuándo te dijo? -pregunto confundido.

-Hoy le mande un mensaje, y me contestó con eso.

-Eso no quiere decir...

-Tú sabes lo que quieres creer Mangel, pero Julieta no está embarazada y Rubius no te jodio la vida hace seis meses, esa es la verdad, puedes creerla o si prefieres vivir en una mentira, créele a ella, ve con ella y con tu hijo imaginario.

-No te pienso permitir que...

-¿Qué? ¿Qué te moleste diciéndote la verdad?

-Ya no te molestes Michell, las cosas son mejores como están -dice Rubius detrás mío.

Volteo a verlo y él comienza a caminar hacia Michell, lleva una maleta.

Pasa a un lado de mí como si nada, ni siquiera me mira.

-¿Puedes llevarme? -le pregunta Rubius a Michell una vez que llega a un lado de ella.

-¿A dónde van? -pregunto yo preocupado.

La cara de Michell denota sorpresa, supongo que ella tampoco sabe a dónde quiere ir.

-Tengo que ir al aeropuerto, ¿recuerdas? -dice Rubius al notar la expresión de Michell.

-¿Es hoy? -pregunta Michell.

-Si, en poco tiempo -dice Rubius un poco ansioso.

No entiendo nada.

-Bueno, yo venía a verte porque pensé que estarías molesto, venía a disculparme, tal vez no era la forma de decir todo eso anoche, pero ya no sabía como tratar de que tú... -dice Michell.

-Eso no importa ahora, no estoy molesto, pero necesito irme ahora, entiendo si no puedes llevarme, es solo que no puedo demorarme más -dice Rubius.

Comienzo a caminar hacia Rubius.

-¿A dónde irás? ¿Cuándo regresas? -pregunto preocupado.

-No es el momento Mangel, estarás bien, esto es algo que debí hacer hacer mucho tiempo -dice casi sin energías, nunca había visto a Rubius así.

Él se gira y ve a Michell.

-Ah, claro, entra -dice Michell abriendo las puertas de su auto.

-Gracias -dice Rubius, abre la puerta trasera para dejar su maleta, después la cierra y abre la delantera.

No puedo moverme, no puedo hacer nada.

Yo debería estar odiándolo y sin embargo tampoco puedo, es como si el simple hecho de tenerlo en frente mío me haga olvidarme de todo lo que pasó.

-Te echare de menos -me dice Rubius.

Quisiera abrazarlo y pedirle que no se vaya, pero ahora tengo una responsabilidad que me impide hacerlo, mi hija.

Rubius cierra la puerta mientras me mira, Michell arranca el auto y rápidamente desaparecen entre las calles.

Ahí se va el mejor sueño que he vivido.

Quizá es mejor así, tal vez es bueno decir adiós y afrontar mi realidad.

A Horrid Reality (Rubelangel)Where stories live. Discover now