Capítulo 42: La piscina.

323 31 8
                                    

* Narrado desde el punto de vista de Mangel *

Caminamos hasta donde la piscina, podemos ver que hay un pequeño anuncio que dice que la piscina ya está cerrada, pero afortunadamente no necesitamos de una llave para poder entrar por la puerta, pues esta no tiene seguro.

-¿No nos atraparan? -pregunto mientras Rubius cierra la puerta tratando de no hacer ruido.

-No lo sé, pero no vamos a regresar a este lugar en un buen tiempo, me quiero arriesgar, y ¿tú? -dice y se quita la camiseta.

No tiene que siquiera convencerme de hacerlo cuando se está desnudando frente a mí.

-¿En verdad lo estás preguntando así? -digo mirándolo.

Rubius ríe un poco.

-¿En verdad tú no puedes resistirte ni un poco a mí? -dice con media sonrisa, provocándome.

-No, ni un poco -digo y me acerco a él.

Lo tomo de la cintura y lo atraigo hacia mí para besarlo, mientras aprovecho para tocar todo su torso, ¡joder!, es sumamente perfecto este parguela.

Sé que llevamos cuatro días siendo unos malditos enfermos sexuales, pero no puedo controlarme con Rubius, en verdad que no puedo. No entiendo como pude vivir tantos años cerca de él sin poder tener su cuerpo, supongo que en su momento me conformaba con su cariño, pero menos mal que ahora tengo mucho más, ya no podría ver la vida sin él.

Comienzo a besarlo con más ansias, con necesidad, necesito hacerle el amor.

Rubius baja su mano a mi entrepierna y comienza a tocarla de arriba a abajo, puedo sentir como el pantalón comienza a quedarme apretado con el paso de su movimiento.

Entonces de la nada se separa de mí. Me mira y se muerde su labio inferior, maldita sea, eso me pone demasiado.

-Estás ansioso ¿no es así? -dice él, aún sigue provocándome.

-Tu culpa -digo en mi defensa.

-Vamos a nadar, anda -dice, se separa de mí y termina de quitarse la ropa, incluyendo los boxers, para segundos después meterse en la piscina.

-¿Nadar desnudos? -le pregunto.

-¿Qué? ¿No quieres hacerlo aquí dentro? -me dice con una mirada seductora.

No puedo explicar la sensación que me recorre al escuchar eso de Rubius. Es tan sexy que jamás me cansaría de estar con él.

Rápidamente me deshago de toda mi ropa y entro a la piscina siguiendo a Rubius.

-Si no te hubieras dedicado a ser Youtuber, hubieras sido un excelente playboy -le digo soltando una risa cuando llego a un lado de él, aunque es cierto lo que digo.

-Pero no te hubiera conocido y tú eres una de las mejores cosas que hay en mi vida, por no decir que la mejor -dice él mientras toma mi rostro entre sus manos -mi Mangel.

Me acerco para besarlo.

-Una carrera a la otra punta de la piscina, quien pierda tiene que ser el uke esta vez -dice y rápidamente comienza a nadar.

Yo tomo uno de sus pies y lo atraigo hacia atrás para poder tomar ventaja. Entonces comienzo a nadar rápidamente como lo dijo.

-¡Eso es trampa! -le escucho decir en alto, pero continuo hasta llegar al otro lado seguido de Rubius -No es justo -dice haciendo pucheros.

-No es justo que me dejes con las ganas -digo y lo tomo de la cintura para acercarlo a mí y comenzar a besarlo.

Rubius corresponde el beso y de un movimiento sube sus piernas sobre mi cintura sin parar el beso. Comienza a moverse provocando que nuestros miembros se rocen.

-¿Quieres hacerlo? -le pregunto separándome ligeramente de sus labios.

-Claro que quiero -responde él sonriendo.

-¿Así a ti te toque ser el uke? -pregunto soltando una pequeña risa.

-Algún día te tocará a ti, pero por ahora eso no me importa.

-Y a todo esto, ¿cómo conoces ese término? -me quedo mirándolo unos segundos pero él no contesta, solo desvia su mirada de mí -¿acaso ves yaoi? -pregunto soltando una risa.

-Y ¿tú? -dice devolviéndome la mirada.

-Sigamos con lo que estábamos ¿quieres? -digo con una sonrisa.

-Mejor -dice sonriente y yo devuelvo mis labios a los suyos.

A Horrid Reality (Rubelangel)Where stories live. Discover now