Capítulo 28: Enamorados.

354 34 31
                                    

* Narrado desde el punto de vista de Mangel *

Cuando escucho salir esas palabras de la boca del chico que tengo a un lado mío, el chico que más amo en este mundo, siento que el tiempo se para por unos segundos, nada puede ser mejor que este momento.

Miro a Rubius, no puedo ocultar mi emoción, la amplia sonrisa que llevo en el rostro me delata por completo.

No me esperaba que lo dijera, al menos no tan pronto. Aunque yo también estoy enamorado de él, no sé que tiene que me vuelve loco.

-Pero no me mires con esa cara de tonto -dice entre risas.

-No puedo evitarlo, no sé que tienes que cada vez que estoy contigo, estoy perdido, perdido en esos ojos color miel -digo e inmediatamente me sorprendo por lo dicho, ¿cuándo he dicho yo algo así?

Esta vez caí en verdad.

Rubius se sonroja. Joder, es demasiado lindo.

Acaricio una de sus mejilla y le doy un beso en la frente.

-Venga, hoy venimos románticos ¿no? -dice él mirándome.

-Románticos no, tal vez la palabra correcta es enamorado.

Rubius me mira, sus ojos están cargados de ilusión.

-Estimados pasajeros, estamos a unos minutos de despegar, les agradeceríamos que apaguen sus aparatos electrónicos o los pongan en modo avión, así como también el revisar bien el ajuste de sus cinturones de seguridad. Para cualquier duda puede consultarla con el personal. Les recordamos que durante el despegue no pueden moverse de sus asientos y tampoco abrir la persiana de la ventana. Nos esperan al rededor de doce horas de viaje. Les informaremos si sucede algún imprevisto. Disfruten volar con nosotros -dice la voz de un chico por el altavoz.

Rubius y yo hacemos lo que nos indican, abrochamos los cinturones, Rubius cierra la persiana de la ventanilla que tiene a un lado y al final ponemos modo avión en los móviles. Ni siquiera recodaba  que traía mi móvil, en lo único que me he concentrado en todo el día es en mi Rubius. Aún le tengo preparada una sorpresa en Japón, a parte de la que se llevo hace pocos minutos. Debo admitir que ni siquiera tenía preparado hacer eso, pero cuando pude notar que aún permanecía en él miedo por lo que las personas opinaran y por todo lo que tuvo que sufrir por mi culpa, supe que era el momento de demostrarle que esta vez será totalmente diferente y fue una suerte que las aeromozas fueran tan amables.

-Doce horas de viaje, es bastante tiempo, ¿qué quieres hacer durante el trayecto, mi amor? -le pregunto a Rubius.

La sonrisa de Rubius aparece cuando de mis labios sale ese ''mi amor''.

-Creo que a pesar del tiempo nunca dejaré de emocionarme con esa simple frase saliendo de tus labios -dice él y se acerca a mí para darme un suave beso.

-Y dime, ¿aún tienes miedo? -pregunto, no puedo con la curiosidad.

-Un poco -dice, yo lo miro confundido -es que de no haber sido porque Michell demostrara la verdad, tal vez tu seguirías con Julieta, y me da miedo que pueda volver a ocurrir el que una mentira nos separe y que quizá en esa ocasión no se sepa la verdad. Joder, me aterra perderte.

-Pero cariño, yo supe la verdad hoy ¿recuerdas?

-Michell me dijo ayer que tú querías recuperarme, ¿significa que tú...?

-Que yo no puedo vivir sin ti, y que al ver tu ultimo vídeo me di cuenta que te amo demasiado como para casarme con otra persona -digo interrumpiéndolo.

-¿Aún sin saber la verdad decidiste dejar a Julieta para estar conmigo? -dice sin creerlo.

-Así es, y al conocer la verdad me sentí como un idiota -digo agachando la cabeza.

Rubius levanta mi rostro y me sonríe.

-Abrázame, tonto -dice él mientras sus ojos se iluminan.

Paso un brazo sobre sus hombros y lo atraigo hacia mí.

-Creo que durante estas doce horas de viaje solo quiero dormir abrazado a ti. Que sepas que durante todo este tiempo sin ti, nunca me dejaste dormir. Todas y cada una de las noches estabas presente en mis sueños -dice Rubius mientras se acomoda recostándose en mi pecho.

-Duerme mi amor, yo estoy aquí y no me iré.

Rubius sonríe contra mi pecho, toma una de mis manos y entrelaza nuestros dedos.

-Quédate siempre conmigo -dice Rubius.

-Ya no seré más aquel idiota que una vez te dejo ir -digo acariciado la espalda de Rubius con la mano que tengo libre.

-No eres un idiota, solo un poco parguela -dice entre risas -pero seas lo que seas, nunca te vayas, por favor.

-Es una promesa -le susurro al oído.

Él aprieta mi mano y se acomoda para dormir, yo lo observo hasta que se queda dormido, mientras pienso en lo afortunado que soy de tenerlo conmigo de nuevo.

A Horrid Reality (Rubelangel)Where stories live. Discover now