Capítulo 38: El uke.

386 37 6
                                    

* Narrado desde el punto de vista de Mangel *

Cuando Rubius entra al baño yo me dirijo al closet donde acomode parte de mi ropa, busco algo que ponerme.

-¿Quieres acompañarme en una ducha? -dice Rubius abriendo la puerta del baño.

El tono con el que lo dice me parece demasiado atractivo. Accedo casi al instante asintiendo con la cabeza.

Camino hacia el baño, él empieza a preparar el agua en una especie de jacuzzi.

-Joder, ¿todo esto es nuestro? -digo sorprendido, no había entrado al baño y es realmente genial.

-Si, al parecer si -dice y se acerca a mí.

De la nada comienza a besarme y a arrinconarme contra la pared, me sorprendo totalmente pero por supuesto, le correspondo.

-Carajo, me es muy difícil controlarme cuando te veo desnudo -dice cerca de mi oído cuando se separa de mis labios, esto causa que comience a sentir ''algo'' -y por lo visto tú también ¿no? -dice y baja la mirada.

Como lo suponía, tengo una muy notoria erección entre las piernas que Rubius toma con una mano para comenzar a masturbarme.

No puedo evitar soltar algunos gemidos que él calla con besos.

-¿Qué estás haciendo conmigo? -pregunto entre gemidos.

-Lo que yo quiero -dice en un tono suave que casi me hace venirme.

Ostia, no es tan pasivo como pensaba.

-Ya está lista el agua -dice soltándome y caminando de nuevo hacia el jacuzzi.

Se mete en este y se sienta cuidadosamente, ¿le dolerá mucho?

Me hace un gesto para que entre con él, entonces camino, entro al jacuzzi y me siento del otro lado.

-Ven aquí -digo alcanzando su mano y atrayéndolo hacia mí.

Rubius se sienta frente a mí, entre mis piernas, rozando mi miembro.

Se lo que intenta, pero no lo va a lograr, no le haré el amor ahora que no está completamente bien, no quiero hacerle daño.

Lo abrazo por la espalda.

-Sé lo que intentas -le digo en el oído.

-Y ¿qué intento? -dice volteando un poco el rostro sin llegar a mírame por completo.

-No lo haremos ahora Rubius -digo con un tono suave, tampoco quiero que crea que no quiero hacerlo.

Entonces quita mis manos y se voltea para verme.

-¿Por qué? -pregunta mirándome.

-No pienso hacerte daño -digo tomando su mano.

-No me hiciste daño.

-Tampoco estás completamente bien -digo tratando de acercarlo a mí.

-Entonces es mi turno de hacerte mío -dice con un tono seductor.

-¿Tú? -río un poco -Mi amor, es mejor esperar a que estés completamente bien.

Rubius me mira, se ve molesto por mi comentario.

-Como quieras -dice y se monta sobre mí sorprendiéndome, toma un jabón liquido que dejaron en el jacuzzi, vierte un poco en una de sus manos, para después ponerlo sobre mi pecho expandiéndolo por todo este con sus manos.

La imagen es gloriosa, vaya que me estoy conteniendo para no cogérmelo ahora mismo.

Una vez que termina yo tomo el jabón y hago lo mismo con él.

Después hago que se voltee y repito el procedimiento por la espalda mientras él termina de limpiar sus brazos y su pecho.

-Voltéate -dice cundo termino con su espalda, entonces lo hago y él hace lo mismo conmigo, y de momentos acercándose demasiado a mi entrada, ¿no estará pensando en...?

Terminamos de ducharnos, tomamos un par de toallas y salimos del baño.

Entonces siento como unas manos me empujan haciéndome caer de cabeza en la cama, volteo rápidamente y veo a Rubius que se monta sobre mí, me quita la toalla dejando al descubierto mi miembro.

Él toma mi pene con ambas manos y se lo mete por completo en la boca.

-¡Joder! -grito sintiendo la gloria.

Lo chupa un par de veces antes de sacarlo de su boca y comenzarme a masturbar con ambas manos.

Si sigue así, no aguantaré mucho sin venirme.

-Rubius... -digo y él comienza a bajar el ritmo de su movimiento, impidiendo que me venga -¿Qué haces?

-Venga, vuelve a decir que no soy capaz de hacerte mío, dilo -dice con la mirada encendida.

-Rubius, por favor.

Joder, no puede hacerme esto.

-No acepto suplicas, mi amor -dice y me da un beso fugaz mientras sigue con su movimiento de arriba a abajo, demasiado lento, torturándome.

Intento poner una mano yo para terminar con esto, pero él me lo impide.

-Vamos, estoy esperando -dice.

-¡Lo siento! -digo con la respiración agitada -cógeme ahora mismo si es lo que quieres, pero coño, termina con esto.

Rubius me mira y sonríe.

Vuelve a meterse todo mi miembro en la boca y con sus manos marca un movimiento más rápido.

Gimo como nunca antes, me voy a venir.

-¡Rubius! -grito y dejo mi liquido en su boca.

Él se saca mi miembro y me besa, sabe un poco salado, supongo que eso es por mí.

-No fue tan buena idea retarme ¿no? -dice orgulloso.

-Me fascinas -digo mirándolo.

Él puede hacerme lo que quiera, joder, bien se ha ganado ese derecho.

A Horrid Reality (Rubelangel)Where stories live. Discover now