A Horrid Reality (Rubelangel)

Capítulo 27: Vivir juntos.

* Narrado desde el punto de vista de Rubén *

Después de documentar las maletas anuncian nuestro vuelo, entonces comenzamos a caminar hacia la fila para abordar. Sorprendiéndome totalmente, Mangel me toma la mano entrelazando nuestros dedos, se que no es un gesto extraño o poco usual, pero es la primera vez que nos tomamos de la mano desde que sabemos lo que sentimos el uno por el otro, y se siente acogedor, me siento aún más vivo con su contacto.

Veo a Mangel de reojo y puedo notar su amplia sonrisa, entonces me mira, toma mi mano y la acerca a su boca para darle un beso.

-¿Volveremos a vivir juntos? -pregunta Mangel, mientras yo aún muero de ternura por el anterior gesto.

-No lo sé, es pronto para saber eso ¿no?, tenemos tiempo para decidirlo -le digo.

Su sonrisa se pierde un poco y devuelve su mirada al frente, al notarlo sé que la he cagado.

Claro que quiero volver a vivir con él, pero me parece que el vivir de nuevo juntos tan rápido después de todo lo que ha pasado no es una excelente idea, es que... Aún tengo miedo.

-Quiero decir, por supuesto que quiero estar y vivir contigo, pero por todo lo que pasamos, tal vez deberíamos esperar -digo mirándolo, tratando de arreglar lo que dije antes.

-Ya están abordando. Vamos, hablamos dentro del avión -dice Mangel -¿Tienes los pases de abordar?

Saco los boletos de mi chaqueta y se los doy a la chica que los recibe.

-Buen viaje -dice ella con tono dulce.

Mangel y yo comenzamos a buscar nuestros asientos una vez dentro del avión.

Cuando los encontramos Mangel suelta mi mano e inmediatamente extraño su contacto. Nos sentamos en los lugares que nos asignaron, yo a lado de la ventana, me encanta ver a través de esta durante el viaje.

Mangel no dice nada, solo se sienta a un lado mío, yo me acerco a él, pero ni siquiera se inmuta, ¿tanto le molestó que no aceptara vivir de nuevo con él?, no es una decisión definitiva, además no creo que sea lo más importante por ahora, también hay que pensar como se lo vamos a decir a todos, lo cual no me tiene muy tranquilo.

-Mangel, ¿te molesto que no aceptara? -digo rompiendo con el silencio.

Nos amamos lo suficiente como para callar cada que uno no se encuentra bien, no somos niños para comenzar a suponer sin preguntar, así que lo hago.

-No, no lo estoy. Es solo que esperaba un si. Pasamos tanto tiempo alejados que no quiero seguir lejos de ti -dice mirándome.

-Vale, pues podríamos revisar... -comienzo a decir.

-Olvidado, ven aquí mi amor -dice y me da un beso fugaz -tal vez no lo pedi de la manera adecuada. Debo ir al baño, ahora regreso.

Joder, debería aprender a no cagar momentos que van tan bien.

¿Por qué no tan solo dije que sí?, de igual manera terminaremos viviendo juntos, la he liado.

-Rubiuh -se escucha a Mangel por el altavoz del avión.

¿Qué coño?

Volteo a todos los lados tratando de encontrar a Mangel, pero no lo veo.

-Sé perfectamente y entiendo que aún tienes miedo de lo que pasamos, de lo que pasaremos y de lo que sentimos. Pero te pido que no permitas que ese miedo te aleje de mí, sé que yo fui en parte el culpable de tu miedo, por esa razón me prometí recompensarte todos lo días por ello, y aunque ambos sabemos lo que sentimos y que eso puede ser difícil de enfrentar, quiero que sepas que te amo y eso no lo va a poder cambiar ni lo que pasamos ni lo que pasaremos, así que ¿qué dices? ¿Esta vez lo pedi mejor? ¿Quieres vivir conmigo de nuevo? -entonces él sale de una especie de cabina y camina hacia mí.

Puedo jurar que estoy a punto de llorar, este chico me sorprende cada vez más.

Me levanto, voy hacia él, no me importa quién pueda opinar o lo que vaya a pensar la gente. Llego a donde está él y lo beso.

-Claro que quiero, joder, quiero pasar toda mi vida a tu lado -le digo abrazándolo con fuerza.

-Gracias -me susurra Mangel en el oído.

Puedo observar como algunas personas nos miran mal y por primera vez en mi vida no me importa ni un poco lo que puedan opinar.

-En verdad que me encantan esta clase de detalles románticos y odio tener que interrumpir, pero ya vamos a despegar -dice apenada una de las aeromozas.

-Lo siento -dice Mangel con una inevitable sonrisa, toma mi mano y caminamos de vuelta a nuestros asientos.

-¿Mangel...? -comienzo a decir una vez que nos sentamos.

-¿Qué pasa? -pregunta él.

-Estoy enamorado de ti.