Capitulo 23. Firenze.

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A la mañana siguiente, llego una nota en la mesa del desayuno. Eran para Hermione, Harry, Neville y yo.

Vuestro castigo tendrá lugar a las once de la noche. El señor Filch les esperara en el vestíbulo de entrada.

Prof M. McGonagall

En medio de la ira que sentía por los puntos perdidos, había olvidado que todavía me quedaban los castigos. De alguna manera esperaba que Hermione se quejara por tener que perder una noche de estudio, pero la desagraciada no dijo una palabra. Nunca me habían castigado, bueno mi castigo era soportar a mis hermanas seis meses, por lo que temí el castigo que me tocara.

A las once de aquella noche, nos despedimos de Ron y Ruddy en la sala común.

—Yo lo cuidare —pero Ruddy parecía querer venir conmigo, seguro pensara que es un paseo, pero negué y le di una caricia en la cabeza.

—Yo saldré sola, Ruddy, quédate con Ron, el cuidara de ti —y bajamos al vestíbulo de entrada con Neville. Filch ya estaba allí y también Draco.

—Síganme —dijo Filch, encendiendo un farol y conduciéndolos hacia fuera—. Seguro que se lo pensaran dos veces antes de faltar a otra regla de la escuela, ¿verdad? —dijo, mirándolos con aire burlón—. Oh, sí... trabajo duro y dolor son los mejores maestros, si queréis mi opinión... es una lástima que hayan abandonado los viejos castigos... colgaros de las muñecas, del techo, unos pocos días. Yo todavía tengo las cadenas en mi oficina, las mantengo engrasadas por si alguna vez se necesitan... Bien, allá vamos, y no penséis en escapar, porque será peor para vosotros si lo hacéis.

—¿Acaso... —pero Hermione me pateo, voltee los ojos, porque creo que no quería que perdiéramos mas puntos, pero ya la copa de las casas estaba perdida, pero no se quería arriesgar mas.

La luna brillaba, pero las nubes la tapaban, dejándonos en la oscuridad. Se lo que sea, hacia increíblemente feliz a Filch, pero si tenia que ser algo incluya oscuridad, estare valiendo...

—¿Eres tú, Filch? Date prisa, quiero empezar de una vez.

Ibamos a estar con Hagrid, por lo menos mi suerte a mejorado.

—Supongo que crees que vas a divertirte con ese papanatas, ¿no? Bueno, piénsalo mejor, muchacha... es al bosque adonde iran y mucho me habré equivocado si volvéis todos enteros.

Al oír aquello, Neville dejó escapar un gemido y Draco se detuvo de golpe.

—¿El bosque? —repitió, y no parecía tan indiferente como de costumbre—. Hay toda clase de cosas allí... dicen que hay hombres lobo.

Neville se aferró mi manga de la túnica y dejó escapar un ruido ahogado.

—Eso es problema vuestro, ¿no? —dijo Filch, con voz radiante—. Tendríais que haber pensado en los hombres lobo antes de meteros en líos.

Hagrid se acercó hacia nosotros, con Fang pegado a los talones. Llevaba una gran ballesta y un carcaj con flechas en la espalda.

—Menos mal —dijo—. Estoy esperando hace media hora. ¿Todo bien, Des, Harry, Hermione?

—Yo no sería tan amistoso con ellos, Hagrid —dijo con frialdad Filch—. Después de todo, están aquí por un castigo.

—Por eso llegan tarde, ¿no? —dijo Hagrid, mirando con rostro ceñudo a Filch—. ¿Has estado dándoles sermones? Eso no es lo que tienes que hacer. A partir de ahora, me hago cargo yo.

—Volveré al amanecer —dijo Filch— para recoger lo que quede de ellos —añadió con malignidad. Se dio la vuelta y se encaminó hacia el castillo, agitando el farol en la oscuridad.

Destiny en Hogwarts [La Piedra Filosofal] #Wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora