Capitulo 27. La Enfermeria y algo de los Ruddians

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Vaya manera de morir, pero no creía poder sobrevivir, había ingerido unos vasos de veneno y cosas que no sabían que eran, había explotado mi suministro para manipular los elementos, tenía unas cuantas heridas graves, tal vez y una costilla rota. Pero después de ser acorralada por Quirrel, tenía por seguro que mi destino sería otro.

Mi tiempo en el purgatorio, era acalorado, tal  vez y tuve pase directo al infierno, no he sido muy buena chica estos días. Pero esperare a Mandy, Ophelia y Parkinson aquí, el infierno no sería divertido sin nadie a quien molestar o hacer maldades a placer, tampoco con ese clima que se carga.

—Va a estar bien, Profesor —empecé a abrir los ojos.

—No sabía que habían profesores en el infierno —algo dorado brillo, pero también alguien rio eran un par de gafas. Qué raro. Pestañee otra vez. El rostro sonriente de Albus Dumbledore se agitaba ante mí.

—Buenas tardes, Destiny —dijo Dumbledore.

Lo mire asombrado.

—No estoy muerta —digo sorprendida, pero tenía un horrible dolor por todo el cuerpo, incluyendo el cuello.

—Gracias, al cielo no —dijo la enfermera Pomfrey—, ¿En qué demonios pensabas cuando ingerías el veneno?

—Que no había tiempo que perder —respondí con una sonrisa de vergüenza. Entonces recordé—. ¡Señor! ¡La Piedra! ¡Harry estaba...! ¡Era Quirrell! ¡Él tiene la Piedra! Señor, rápido...

—Cálmate, querida muchacha, despertaras a tu compañero —señaló a Harry, que estaba dormido a una cama de mi—. Pero debo decirte que estás un poco atrasada —dijo Dumbledore—. Quirrell no tiene la Piedra.

—¿Entonces quién la tiene? Señor, yo...

—Destiny, por favor, cálmate, o la señora Pomfrey me echará de aquí.

Trague y mire a mi alrededor. No estoy en el infierno, estaba en la enfermería, esta era fría, pero yo me andaba muriendo de calor, la boca se me secaba y... cerca tengo una mesa, con una enorme cantidad de paquetes, que parecían la mitad de la tienda de golosinas.

—Regalos de tus amigos y admiradores —dijo Dumbledore, radiante—. Lo que sucedió en las mazmorras entre tú, el troll y la manera que ayudaste a Harry en el último momento  es completamente secreto, así que, naturalmente, todo el colegio lo sabe. Creo que tus amigos, los señores Fred y George Weasley, son responsables de tratar de enviarte un inodoro. No dudo que pensaron que eso te divertiría. Sin embargo, la señora Pomfrey consideró que no era muy higiénico y lo confiscó.

—¿Cuánto tiempo hace que estoy aquí?

—Tres días. El señor Ronald Weasley y la señorita Granger estarán muy aliviados al saber que has recuperado el conocimiento. Han estado sumamente preocupados.

—Pero señor, la Piedra...

—Veo que no quieres que te distraiga. Muy bien, la Piedra. El profesor Quirrell no se la pudo quitar a Harry. Yo llegué a tiempo para evitarlo, aunque debo decir que lo estaba haciendo muy bien.

—¿Usted llegó? ¿A que hora?

—En cuanto llegué a Londres, me di cuenta de que el lugar en donde debía estar era el que había dejado. Llegué justo a tiempo parar ayudar a Harry también —me guiño un ojo—. En lo que se refiere a la Piedra, fue destruida.

—¿Destruida? —dije sin entender—. Pero su amigo... Nicolás Flamel...

—¡Oh, sabes lo de Nicolás! —dijo contento Dumbledore—. Hiciste bien los deberes, ¿no es cierto? Bien, Nicolás y yo tuvimos una pequeña charla y estuvimos de acuerdo en que era lo mejor.

Destiny en Hogwarts [La Piedra Filosofal] #Wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora