Capítulo 13

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(Mikhela)

Pasé toda la noche en vela, llorando como una tonta y sin sentido.

¿Por qué lloraba? No lo sabía, sólo sabía que el corazón me dolía muchísimo al pensar en él. Me dolía mucho más que cuando rompí con Alex. Aún tenía aquel pañuelo que me había prestado, su olor seguía impregnado en él aún después de haberlo lavado; lo acaricié y me aferré a él como si fuera algo preciado.

Cuando al fin pude recobrar la razón, me levanté y me di un baño frío para despertar mis sentidos. Me vestí con ropa casual pero cómoda, unos jeans ajustados al cuerpo y una delgada blusa arriba de la cintura que estilizaba mi figura, el cabello suelto, maquillaje suave y unos tacos moderados me hacían sentir bien. Quería verme hermosa aunque me había prometido a mí misma que no lo vería otra vez; aunque si ese hombre era mi destino y lo volviera a ver, tendría que verme hermosa para él.

Llegué con una sonrisa ansiosa y nerviosa mirando a todos lados, me crucé con mucha gente que apenas y conocía, quería preguntar por él pero no lo hice, ¿Qué les diría? ¿Han visto al hombre hermoso con el que estuve anoche? ¡Es que se me perdió!... ¡Además... ¿Alguien sabe cómo se llama? ¡XD! Era algo tan ridículo, quería reír y a la vez llorar por tanta estupidez, aceleré el paso moviendo la cabeza para que todas esas estúpidas ideas se fueran de mi cabeza, entonces alguien me llamó.

-¡Oh! James

-¡Querida!- se acercó dándome un beso en cada mejilla- ¡Te perdiste anoche con ese papasote!... ¡Oh my God! ¡Qué afortunada eres, preciosa! Llegar del brazo de ese hombre, fuiste la envidia de todas las chicas de la fiesta. Si supieras que más de una, quería revolcarte por el piso jajajaja

-¿Ah sí?- sonreí nerviosa- ¡No... me digas! ¿Pero sabes? Creo que te equivocas... Él y yo apenas y nos conocemos, en realidad yo...

-¡No mientas, niña! Si te comía con los ojos.

-¿Lo dices en serio?

-¡Claro! Desde que llegó no dejó de mirar por un instante la puerta, todas coqueteaban con él pero nada; parecía una piedra porque no le hacía caso a ninguna. Incluso pensé que era gay, ¡Ayyy! ¡Yo dije que era mi día de suerte! Pero nada. Hasta que llegaste mija. Entonces sus ojitos empezaron a brillar y su sonrisa ¡Oh my God! ¡Qué sonrisa!

-¡¿De verdad?! ¿No me estás mintiendo?- una gran sonrisa se dibujó en mi rostro- Entonces ¿Le gusto?

No lo podía creer, de pronto sentí que el corazón se salía de mi pecho, le pregunté si lo había visto y dijo que no pero que tal vez en el tercer piso sabrían algo de él.

Corrí lo más rápido que pude a los ascensores pero antes de abordar una mano impertinente detuvo mi camino.

(Keun Suk)

Kurt había llegado por mí para acompañarme al aeropuerto, Gunsama tenía algo más que hacer antes de volver, así que volvería solo a casa; supongo que tenía una expresión muy mala porque Kurt no dejaba de hacerme preguntas.

-¿Entonces estás bien?...

-¡Ya te dije que sí!... Ya no molestes ¿Quieres?

Jugaba con mi celular mientras veía el camino por la ventana.

-Si te gusta, ¿Por qué no lo dices y ya?

-¿De qué hablas?- respondí haciéndome el desentendido, pero su imagen se apoderó de mi mente al instante.

-¿Por qué lo niegas? A ella también le gustas... ¿Por qué no te das una oportunidad?

-¡Ajá! ¿Y luego qué?... Sabes que no será fácil... Es mejor terminar antes que se vuelva complicado.

-¡Ok! Si quieres irte así, como un cobarde, hazlo. Pero no vengas después quejándote por lo que no hiciste.

¿Acaso tenía razón? ¿Estaba siendo cobarde?... Lo cierto era que desde el primer instante que la conocí, su calidez me cautivó, quise negarlo hasta ahora, pero no podía hacerlo más. Irme me dolía, dejarla me dolía; pero... ¿y si no funcionaba? Si al final me daba cuenta que solo había sido una ilusión, ¿Un engaño para tapar el dolor de lo que me había pasado antes?

Decidí que no podía irme así.

Kurt dio la vuelta directo a su hotel, pero no estaba, quizás estaría en la estación y fuimos hacia allá. Apenas bajé pregunté por ella pero nadie sabía nada, afortunadamente metros más allá encontré al tipo afeminado de la noche anterior y me dijo que ella también me estaba buscando, me sentí feliz por sus palabras. Cuando llegué hasta ella, la vi de espaldas discutiendo con su ex; cuando él me vio la tomó a la fuerza y la besó.

Me sentí tan estúpido; cómo pude imaginar que se olvidaría tan pronto de él, yo no significaba nada para ella y aunque me costaba aceptarlo, tenía que darme por vencido.

Me di la vuelta dispuesto a irme cuando escuché un fuerte golpe, me giré y pude ver al tipo con una mano en la mejilla mientras ella volteaba furiosa. No pudo verme porque él la sujetó abrazándola nuevamente pero ella seguía luchando por liberarse, entonces no pude soportarlo más.

(Mikhela)

El idiota de Alex me arrastró hacia una oficina vacía, quería que arregláramos las cosas, pero solo podía pensar en Kurt, o como se llamara. Quería irme pero atajaba mi paso.

-¡Mikhela por favor hablemos!... ¡No podemos terminar de esta manera!

-¡¿Qué dices?!... Si terminamos fue tú decisión no la mía.

-¡Pero ya no quiero que terminemos!, por favor, empecemos de nuevo.

-Alex ¡Se acabó!... Lo siento...

Di la vuelta para irme pero volvió a detenerme.

-Mikhela, linda. ¡Yo te amo!...

-Escucha Alex. Tal vez no lo creas y pienses que estoy diciendo esto solo para lastimarte pero, yo... ¡Ya no te quiero!

-¡¿Me vas a decir que te gusta ese tipo?!

-¡No tengo por qué responder!

-¡Ni siquiera sabes su nombre! ¡¿Cómo puede gustarte él?!

-¡Si me gusta o no, no es problema tuyo!

-¡Pero ese tipo te engaña, no es quien crees!

-¡Eso ya no importa! ¡Al fin y al cabo ya se fue, ¿No?! Y Yo también tengo que irme Alex, así que por favor déjame ir.

Cuando creí que Alex había entendido lo que trataba de decirle, me sujetó con fuerza y me besó, sin previo aviso. Entonces forcejeé con él y lo abofeteé, me di vuelta para irme pero el idiota volvió a sujetarme con fuerza, estaba a punto de liberarme cuando vi que alguien lo había derribado separándome de él.

-¡¿Kurt?!...- lo estaba viendo muy enojado- ¿Qué- qué estás haciendo aquí?

Alex seguía en el piso pero yo no podía dejar de mirar a Kurt, se veía muy tenso así que me puse delante de él para que me viera.

-¡¡Idiota!! ¡¿Quién te crees que eres?!- dijo en inglés para que esta vez Alex pudiera entender lo que decía- ¡Déjala en paz! ¡¿No entiendes?!... ¡Ella es mía!

Me quedé muda cuando lo escuché, lo miré directo a los ojos buscando una respuesta a lo que mis oídos habían escuchado.

-¿Qué... dijiste?- tartamudeé mientras una tímida sonrisa se asomaba en mi rostro.

-Yo... tú... ¡Me gustas!

¡Dios! ¿Era en serio? No lo podía creer. Mi sonrisa se amplió inmediatamente y él cambió su expresión de inmediato por una de felicidad. Me colgué de su cuello y lo besé, sin miedo, sin vergüenza de que nos vieran. Él me abrazó con fuerza de la cintura profundizando el beso.

Sus labios eran tan suaves, tan dulces, tan... tan... de ensueño... Me sentí en las nubes en sus brazos mientras olvidaba cómo respirar.

Segundos después, que parecieron una eternidad, nos separamos, sonriendo como dos tontos enamorados. Tomó mi mano y me sacó de ahí, dejando a Alex atrás.

Fuimosdirecto a mi departamento, no había un lugar más seguro para nosotros en esemomento.    

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