Capítulo 28

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*Mikhela

La señora Jang me llevó primero a conocer las instalaciones del edificio que estaba preparando Keun para un nuevo proyecto, me sentí un poco incómoda al principio porque una cámara nos seguía todo el tiempo. La madre de Keun daba órdenes a diestra y siniestra siguiendo las instrucciones de su hijo, poco después me invitó a comer.

Fuimos a un lugar tranquilo y alejado de la ciudad, me preguntaba un sinnúmero de cosas sobre mi vida, mi antiguo empleo y hasta sobre mi ex novio; cada cierto tiempo me hacía comentarios sobre una futura carrera como modelo y actriz en ese país, aprovechando claro el status de estrella hayllu de Keun.

-Nunca he pensado en ser modelo o algo parecido, señora... Mucho menos aprovechando la fama de Keun. Yo tengo una profesión a la que me dedico hace mucho tiempo y a la que pretendo regresar a ejercer después que tenga a mi hijo y me acomode en este país.

-Pero con las influencias que tiene mi hijo sería mucho más fácil todo, ¿No lo crees?

-¡No!... No lo creo ni lo espero. Quiero ganarme el respeto de todas las personas que conocen a Keun pero quiero hacerlo por mi propio esfuerzo para que él se sienta orgulloso de mí.

La madre de Keun no dijo nada más, solo se quedó viéndome complacida seguramente por mi respuesta, después de media hora más nos dirigimos a una tienda de ropa y joyería fina.

-Keun Suk-ah me dijo que si querías o necesitabas algo, podía comprarlo para ti... ¿Qué dices?... ¿Quieres alguna joya o algún abrigo?... Aquí los hay originales si deseas uno.

Me quedé pensando unos segundos en qué quería, sonreí inesperadamente cuando algo vino a mi mente, comencé a buscar por uno y otro lado pero nada era de mi agrado.

-¿Qué buscas? ¿No hay nada aquí que te guste?... Hay muchas cosas caras y exclusivas en esta tienda- la señora Jang me seguía a cada paso que daba mostrándome infinidad de joyas, cada una más valiosa que la otra.

-¡No necesito nada de eso!...- me detuve en seco girándome hacia ella- ¿Hay alguna papelería en este lugar?

Se quedó sorprendida por mi pregunta, la tomé de la mano y salimos del centro comercial, le pedí al chofer que nos llevara a la librería más cercana y compré un diario. Luego volvimos a casa.

Cuando Keun Suk llegó lo recibí llena de felicidad con un enorme abrazo y un profundo beso, cada día que pasaba me sentía más enamorada de él. Le conté lo que había hecho en el día junto a su madre y se sintió feliz por mí, después me pidió que me vistiera adecuadamente porque me llevaría a una reunión de trabajo muy importante para él.

Sandra y Kurt también vendrían con nosotros, así no me sentiría sola o fuera de lugar.

Keun había preparado todo un ajuar para mí, un vestido dorado, largo con escote moderado, estilo griego, acompañado de hermosas joyas. Había de todo, collares de perlas, de brillantes en oro y plata, anillos y pulseras en juego que cualquier mujer mataría por tener. Pero siempre me había caracterizado por mi sencillez y ahora no iba a cambiar mi estilo.

Me puse las joyas más sencillas que encontré y me maquillé para la ocasión. Después de una hora llegamos al lugar de la recepción. Muchos periodistas nos rodearon apenas nos vieron llegar, poniéndome muy nerviosa. Keun tomó mi mano con firmeza y me sonrió dándome confianza.

Entramos a un salón muy grande y elegante, había muchas personas vestidos glamorosamente, todos asiáticos. Hombres muy guapos y mujeres realmente hermosas, que al vernos llegar voltearon a mirarnos como si hubiera llegado el circo a la ciudad. En principio me miraban sin discreción hablando bajito en el idioma de Keun.

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